Aunque la mayoría de las personas con la COVID-19 mejora al cabo de unas semanas de haber estado enfermas, algunas experimentan afecciones posteriores caracterizadas por una amplia gama de problemas de salud nuevos, recurrentes o en curso que se manifiestan entre las cuatro semanas o más después de haberse infectado por primera vez con el SARS-CoV-2.
Las afecciones posteriores a la COVID-19 también pueden conocerse como la COVID-19 prolongada, la COVID-19 de larga duración, la COVID-19 posaguda y efectos a largo plazo de la COVID-19. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (en inglés Centers for Disease Control and Prevention, CDC) de los Estados Unidos de América y expertos de todo el mundo están trabajando para obtener más información acerca de los efectos sobre la salud, a corto y a largo plazo, asociados a la COVID-19, quiénes los padecen y por qué. (Más información)