El biólogo Daniel Eberl de la University de Iowa y sus colegas han mostrado que uno de los mecanismos involucrados en la audición es similar a la batería de su automóvil.
Y si eso no es suficientemente interesante, los científicos de la UI adelantan sus conocimientos sobre la audición humana investigando un sistema auditivo similar en la mosca de la fruta (Drosophila).
Para ver cómo el mecanismo de la audición se asemeja a una batería, usted tiene que saber que el sistema auditivo de la mosca de la fruta contiene una proteína que funciona como una bomba de sodio / potasio, a menudo para abreviar, denominada bomba de sodio, y es altamente expresada en una célula de soporte especializada denominada célula de scolopale (conformada por numerosos microtubulos enclavados en ases de filamentos (7-10 nm de diámetro). Los ases son fácilmente visibles mediante microscopia electrónica en crioestabilidad (congelación a alta presión e inyección rápida). Los filamentos identificados son de actina).
La celda de scolopale es importante porque envuelve las terminales sensoriales del oído de la mosca y hace una estrecha cavidad extracelular o compartimento alrededor de ellos denominado espacio de scolopale.
«Usted podría pensar que estos compartimentos son similares a los de una batería, la cual necesita ser cargada aumentando la conducción de electrones a través de los circuitos», Eberl plantea en la revista de la Academia Nacional de Ciencias, «en el sistema auditivo la carga de iones conductores en los espacios de scolopale o átomos cargados eléctricamente, a través de canales de membrana en las terminales sensoriales que se abren brevemente en respuesta a la activación por sonidos. «Nuestro trabajo muestra que la bomba de sodio tiene un papel particularmente importante en esta célula para ayudar a rellenar o recargar este compartimento con los iones adecuados. El oído humano también depende de un compartimento denominado escala media, que conduce iones dentro de las células sensoriales del oído de forma similar. 7 enero 2013
The research was supported by the National Institutes of Health (grant number 5P30DC010362-03) and the Iowa Center for Molecular Auditory Neuroscience at the UI (grant number P30DC010362).