oído interno

Un nuevo dispositivo, creado por el equipo de ingenieros del centro de investigación CEIT-Ik4, de San Sebastián, y médicos de la Clínica Universidad de Navarra, consigue reducir posibles daños en la función auditiva durante las operaciones de oído. Gracias a su precisión y exactitud en llegar a la parte interna, está especialmente indicado para las operaciones de implantes cocleares y de oído medio.

Trabajar con precisión en un espacio tan pequeño -el tamaño del oído interno no supera al de la uña de un dedo meñique- y tan delicado es muy difícil, pero esta herramienta, el primer micromanipulador, lo ha conseguido. En concreto, consta de dos partes. Una de ellas va unida mediante un tornillo al hueso temporal del paciente y permite servir de apoyo a un conjunto de piezas que están ligadas a la herramienta de fresado.Con ella, el cirujano realiza el orificio en el hueso temporal para acceder hasta el oído interno, explica Mikel Echevarría, ingeniero del CEIT-Ik4 y principal investigador de la iniciativa.La otra parte de la herramienta es una pequeña pieza metálica que se comporta como un mecanismo flexible, que permite al cirujano realizar movimientos precisos y guiados de la punta del dispositivo. «En lugar de trabajar a pulso, proporciona apoyo y el movimiento necesario para realizar el fresado», apunta Echevarría, y destaca que este mecanismo atenúa las vibraciones propias de la mano.

Según el ingeniero, la necesidad de que los cirujanos pudieran realizar este tipo de intervenciones con más precisión es lo que llevó al desarrollo del micromanipulador, clave en los implantes cocleares, que constituyen «una cirugía delicada; uno de los campos donde más precisión se necesita porque se pueden dañar vasos sanguíneos y nervios, y donde son necesarios cirujanos con mucha experiencia», comenta el especialista, ya que hay que tener en cuenta que el hueso temporal está a unos 15 milímetros de profundidad.

Por estos motivos, en los implantes cocleares esta herramienta se encarga del fresado de la pequeña capa de hueso para exponer la cóclea, que convierte los electrodos en estímulos. «Es necesario fresar esa fina capa de hueso para poder introducir los electrodos en la cóclea, la que una vez expuesta y fresada, se le introduce el electrodo y se envían los estímulos eléctricos al cerebro».

Hasta hace poco, el oído interno suponía una frontera para el cirujano porque se pensaba que abrir esta parte del oído comprometería la función auditiva. Sin embargo, con la llegada en los últimos años de la cirugía de implantes cocleares se han empezado a realizar intervenciones. El micromanipulador ha ido un paso más allá, convirtiéndose en la primera técnica de gran precisión que se emplea en las áreas de reducidas dimensiones y de gran sensibilidad, como el oído interno. «La importancia del sistema reside en que es fácil de utilizar, no alarga el tiempo de cirugía y reduce el número de lesiones», señala el ingeniero. En un futuro, según Echevarría, podría llegar a utilizarse como una herramienta que libere determinados fármacos mediante microagujas para curar patologías, o podría usarse para introducir células madre que regeneren el oído interno».

Colaboración
La creación de esta técnica se ha conseguido gracias a la colaboración entre especialistas de Otorrinolaringología e investigadores ingenieros. En esta colaboración, añade el especialista, los profesionales médicos plantean sus necesidades y problemas y los ingenieros ofrecen las soluciones para tratar de resolverlos. En este caso, los ingenieros tuvieron que aprender anatomía y fisiología del oído para conocer el campo dónde se iban a mover en el desarrollo de este instrumento, además de familiarizarse con el entorno, como son los materiales esterilizantes.

Manuel Manrique, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, considera que «el micromanipulador es útil porque les sirve de apoyo en la realización de las intervenciones, algo que es muy complicado, y consigue no dañar un órgano tan sensible como el oído interno».

Los cirujanos de la clínica emplean la técnica en la zona del oído que se denomina ventana redonda para estimular los fluidos del oído interno, tratar las pérdidas de audición y realizar implantes cocleares. Esta ventana, explica Manrique, es la que comunica el oído medio con el interno. «En 30 o 50 años, las posibilidades de esta herramienta se podrán ampliar incluso a los niños».

Es posible reducir la posibilidad de que las intervenciones quirúrgicas se alarguen.

Macromanipulado
Aún se puede explorar, por ejemplo, cómo esta herramienta debería insertar los electrodos, ya que dependiendo de la manera, se puede dañar o no la cóclea.

Intervenciones
En la Clínica Universidad de Navarra se realizan al año cerca de cien intervenciones quirúrgicas. El 30 % de las operaciones de implantes cocleares se realizan con el micromanipulador.

Aplicación
En cuanto a la extensión del uso de esta herramienta, se encuentra en fase de validación en otros centros hospitalarios y se podrá aplicar en un futuro no muy lejano. 23 dic. 2013 (Diario Médico)

Editores:
Lic. Heidy Ramírez Vázquez
Dra. María T. Oliva Rosello

Desde que Moffat y Ramsden en 1977, descubrieron por primera vez la posibilidad de regeneración del sistema auditivo en seres humanos, en las pasadas dos décadas, grandes avances han ocurrido en la investigación fisiopatologica sobre la pérdida auditiva neurosensorial.

Jorgensen y Mathiesen fueron los primeros autores en notar la capacidad de regeneración del epitelio vestibular normal en loros australianos adultos. Después, Roberson et al investigó el epitelio vestibular normal en pollitos blancos de Leghorn de 12 días de nacidos usando timidina titulada y bromodeoxiuridine. Francisco Santaolalla y colegas de la universidad hospital de Basurto, en España, revisaron la sobre la teoría y la aplicación clínica de la regeneración de las células sensoriales del oído interno.

Esta revisión fue publicada en The Neural Regeneration Research (Vol. 8, No. 24, 2013), el uso de células madres, terapia de genes y los factores de neurotróficos que tienen un papel importante en la regeneración de las células ciliadas del oído interno.

La terapia génica de la cóclea ha sido usada con éxito en el tratamiento de la pérdida auditiva neurosensorial y otros trastornos de oído interno. El progreso más grande será conseguido, en un futuro próximo, con la regeneración de células ciliadas después del uso del gen homolog 1 liberado por vectores virales, lo que puede constituir  el mejor método de tratamiento clínico de ciertos tipos de pérdida auditiva. 17 Sep 2013

Santaolalla F, Salvador C, Martínez A, Sánchez JM, Sánchez del Rey A. Inner ear hair cell regeneration: a look from the past to the future. Neural Regen Res. 2013;8(24):2284-2289.

Investigadores de la Universidad Yeshiva en Nueva York  sugieren que la hiperactividad en niños con problemas del oído interno se podría controlar inhibiendo la proteína pERK en el cerebro.

Una disfunción en el oído interno podría causar directamente cambios neurológicos que incrementarían la hiperactividad. Es lo que revela un estudio que han realizado investigadores dela Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva en Nueva York (Estados Unidos).

La idea del estudio surgió cuando Michelle W. Antonie, un estudiante de medicina de la Universidad de Yeshiva, se dio cuenta de que algunos ratones estaban inusualmente activos, en un estado de continuo movimiento. Una investigación reveló que estos ratones tenían graves defectos en el sistema coclear y vestibular, y eran sordos.

Fue entones cuando los investigadores establecieron que estos problemas en los animales se debían a una mutación en el gen Slc12a2, que media el trasporte de sodio, potasio y cloruro en varios tejidos, incluido el oído interno y el sistema nervioso central (SNC). Este gen también se encuentra en humanos.

Para determinar si la mutación estaba relacionada con la hiperactividad de los animales, los investigadores seleccionaron ratones sanos y los dividieron por grupos. En el primer grupo les suprimieron este gen, en el segundo les eliminaron varias regiones cerebrales responsables del movimiento, y en el tercer grupo se les quitó el SNC entero. «Para nuestra sorpresa, sólo se incrementó la actividad locomotora en el grupo en el que eliminamos el gen del oído interno «, explica Jean M. Hébert, profesor en el departamento de Neurociencia y Genética en la universidad estadounidense.

Los científicos tenían la hipótesis de que los defectos en el oído interno provocan un funcionamiento anormal del estriado, un núcelo del cerebro que controla el movimiento. Los ensayos revelaron que el incremento de los niveles de las proteínas pERK (cinasa fosforilada extracelular regulada por señal) y pCREB (fosforilación de la proteína de cAMP respuesta elemento vinculante) estaba involucrado con la vía de señalización que controla la acción de neurotransmisores. El aumento de estas dos proteínas sólo se observó en el estriado y no en otras regiones cerebrales.

Para descubrir si el incremento de los niveles de pERK aumentaba la actividad locomotora, inyectaron un inhibidor de pERK a los ratones con el Slc12a2 deficiente, que restauró la actividad locomotora. Esto sugiere que un aumento del pERK en el estriado eleva la actividad locomotora y no la actividad general. De acuerdo con los investigadores, el hallazgo, publicado en Science (doi: 10.1126/science.1240405), sugiere que la hiperactividad en niños con alteraciones en el oído interno se podrían controlar con fármacos que inhibieran la vía pERK en el estriado.
septiembre 5/2013 (Diario Médico)

Michelle W. Antoine, Christian A Hübner, Joseph C. Arezzo, Jean M. Hébert.A Causative Link Between Inner Ear Defects and Long-Term Striatal Dysfunction.Science 6 Sep 2013: 1120-1123.

imagen de Gabriele FallopiusGabriele Fallopius (1523-1562), anatomista y botánico italiano, considerado uno de los fundadores de la anatomía moderna, fue responsable de una descripción exhaustiva de las diminutas estructuras del oído interno, llevando su nombre el conducto que atraviesa el nervio Facial en su recorrido por el hueso temporal (Nerviducto de Falopio)