enfermedad celíaca


MicroRNAs, mecanismo epigenético para estudiar la enfermedad celiaca

Este artículo pone al día los conceptos básicos de la enfermedad celiaca (EC) y resume los hallazgos sobre los microRNAs (miRNAs) en procesos biológicos asociados a la regulación de la inflamación crónica y autoinmunidad. Los miRNAs, una nueva clase de moduladores de la expresión génica a nivel post-traduccional, son moléculas de RNA pequeñas y no codificables que se unen a secuencias complementarias de RNAs mensajeros específicos, que pueden interferir con la síntesis de proteínas. Se revisaron los estudios publicados que evaluaron los patrones de expresión de miRNAs en diferentes Enfermedades Autoinmunes (EAI) y especialmente en la EC. La EC es una enteropatía crónica del intestino delgado provocada por proteínas del gluten, caracterizada por una respuesta inmune alterada en individuos genéticamente susceptibles, que se traduce en daño de la mucosa del intestino delgado. Esta enfermedad tiene una alta prevalencia y un tratamiento efectivo a través de una dieta libre de gluten. En la patogenia de esta enfermedad se ha demostrado que factores genéticos otorgan susceptibilidad, pero no explican el total de los casos.
El estudio de la función de los miRNA es de particular interés en la EC, dado que este mecanismo epigenético ha sido recientemente descrito en la patogenia de las EAI e inflamatorias. El estudio de los miRNA en la EC contribuirá a dilucidar cómo alteraciones en la regulación epigenética participarían en el desarrollo y evolución de esta enfermedad.

celiaca¿Enfermedad celiaca en la mucosa oral?
Con esta interrogante, cuya respuesta aparece en un Editorial, comienza la edición del mes de febrero de la Revista Española de Enfermedades Digestivas. Paralelemante aparece un artículo original, desarrollado en Italia, donde se demuestra la participación de la mucosa oral en pacientes con enfermedad celíaca, lo cual, a juicio de los autores puede tener implicaciones en el diagnóstico de dicha afección. Lea los trabajos:

Los niveles de riesgo de la enfermedad celiaca son más elevados en niños que presentan un grupo determinado de genes llamados HLA.

Según un estudio publicado en New England Journal of Medicine, más de un cuarto de los niños con dos copias de una variante de alto riesgo en un grupo específico de genes desarrollan un síntoma temprano de enfermedad celiaca, llamado autoinmunidad de la enfermedad celiaca a los cinco años. El estudio ha sido realizado por investigadores del The Environmental Determinants of Diabetes in Youth consortium, TEDDY, (EE.UU., Alemania y Suecia).

El estudio realizó un seguimiento a 6.403 niños recién nacidos con alguno de los dos grupos de genes de alto riesgo llamados HLA que son importantes en la función inmunitaria (HLA-DR3-DQ2 o HLA-DR4-DQ8) para ver quién desarrollaría la enfermedad. Tras cinco años, 291 niños desarrollaron la enfermedad celiaca, mientras que 786 desarrollaron autoinmunidad de la enfermedad celiaca.

Los investigadores encontraron que los niños con dos copias de HLA-DR3-DQ2 presentaban el mayor riesgo de desarrollo de la enfermedad a los cinco años. De este grupo, el 26 por ciento desarrolló autoinmunidad de la enfermedad celiaca y el 12 por ciento enfermedad celiaca. En aquellos con una copia de HLA-DR3-DQ2 , los riesgos de autoinmunidad de la enfermedad celiaca y enfermedad celiaca a los cinco años eran 11 y tres por ciento, respectivamente. El 90 por ciento de pacientes con enfermedad celiaca presentaban HLA-DR3-DQ2 .

«Observando estos genes de los niños, podemos identificar quiénes presentan el riesgo más elevado de enfermedad celiaca y sus padres y los asistentes sanitarios pueden supervisarlos para detectar la enfermedad rápidamente», explica Beena Akolkar, del TEDDY.

El equipo de investigación observó que los niveles de autoinmunidad de la enfermedad celiaca en Suecia eran el doble que en Estados Unidos. «Sabíamos desde hace tiempo que Suecia tiene una incidencia elevada de enfermedad celiaca, pero no conocemos todavía el motivo», explica Daniel Agardh, de la Universidad de Lund (Suecia).

Fuente: Diario Médico.

La máxima incidencia se registra en mujeres de entre 30 y 40 años, aunque el 20% de los pacientes supera los 60 años en el momento de la detección del trastorno, según la SEED.

La prevalencia de la enfermedad celíaca en la infancia es cinco veces superior a la de la población adulta; sin embargo, en los últimos años, y gracias a las técnicas diagnósticas disponibles, “están siendo diagnosticados nuevos casos, en especial en pacientes adultos, por lo que se puede afirmar que la enfermedad celíaca ha dejado de ser un trastorno típicamente infantil”, asegura la doctora Julia Álvarez, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

“En el momento actual, entre el 20% y el 50% de los nuevos diagnósticos suceden en sujetos mayores de 50 años. Puede aparecer a cualquier edad de la vida y afecta a las mujeres más que a los hombres; en este sentido, la máxima incidencia se registra en mujeres entre 30 y 40 años de edad, aunque el 20% de los pacientes supera los 60 años en el momento del diagnóstico”, señala esta experta, tras el 56 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, celebrado la semana pasada en Valencia.

La forma clásica de la enfermedad se caracteriza por síntomas graves de mala absorción (diarrea, esteatorrea, déficit de vitaminas liposolubles, hierro, calcio y ácido fólico), cambios de carácter, falta de apetito, retraso del crecimiento, títulos positivos de anticuerpos séricos y atrofia grave de las vellosidades en las biopsias del intestino delgado. “Éstos son los síntomas más frecuentes con los que se presenta la celiaquía en niños de entre 9 y 24 meses, que, además de las manifestaciones expuestas pueden presentar náuseas, vómitos, distensión y dolor abdominal recurrente, pérdida de masa muscular y de peso”, explica la doctora Álvarez.

Sintomatología por edades

El carácter del niño cambia hacia la irritabilidad, apatía, introversión e incluso la depresión. Después de los tres años, son frecuentes las deposiciones blandas, talla baja, anemias ferropénicas resistentes a tratamiento y alteraciones del carácter. En este sentido, añade la doctora, “cuando la enfermedad evoluciona sin tratamiento, particularmente en los niños entre el año y los dos años, pueden aparecer formas graves-crisis celíaca-, con presencia de hemorragias cutáneas o digestivas graves”.

A partir de la adolescencia y en los adultos, la clínica de la enfermedad celíaca es más latente y los síntomas digestivos están ausentes o bien ocupan un segundo plano. “La clínica más característica a esta edad es el dolor abdominal, generalmente de tipo cólico y recurrente, acompañado de hinchazón abdominal fluctuante, dispepsia o malas digestiones, síntomas de reflujo gastroesofágico y alteración del hábito intestinal, frecuentemente hacia estreñimiento”, matiza la experta.

“La enfermedad ha sido ilustrativamente definida como un trastorno ‘camaleónico’, que supone que habitualmente pueda presentarse como una inexplicable deficiencia de hierro, lesiones predominantemente cutáneas, alteraciones óseas, neurológicas o un aumento de transaminasas séricas, estando a menudo ausentes los trastornos digestivos”, apunta la doctora Álvarez, y añade: ”Creo que es importante relacionar en la sospecha diagnóstica los síntomas derivados los déficits de micronutrientes asociados como vitaminas liposolubles (A, D, E y K), B6, B12, ácido fólico, cobre, zinc, además del hierro comentado anteriormente”. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico, concluye.

Grupos de riesgo, programas de cribado

En un estudio llevado a cabo a través del Banco de Sangre de la Comunidad de Madrid, a través de la determinación de anticuerpos específicos en exámenes voluntarios realizados a más de 2.200 personas, uno de cada 370 era celíaco. Según concluyen los autores del estudio, estos datos justificarían la instauración de un programa de cribado universal. En opinión de la Dra. Álvarez, “merece la pena identificar al menos los grupos de riesgo en los que deberemos tener una especial sensibilidad para el despistaje de enfermedad celiaca considerando las posibilidades de formas clínicas, no clásicas, que tienen en ocasiones importantes repercusiones en estado nutricional de los pacientes y su calidad de vida”. Algunos autores estiman que el retraso medio entre el comienzo de los síntomas y el momento del diagnóstico es, por término medio, de unos veinte años, período en el que los pacientes deambulan por repetidas consultas con distintos especialistas, los cuales por lo general, no piensan que la celiaquía pueda ser la enfermedad que causa sus diversas molestias, en un periplo interminable, costoso y muy penoso, asegura la responsable del Área de nutrición del a SEEN.

Celiaquía en el niño

El diagnóstico de enfermedad celíaca en un niño genera en la familia distintos sentimientos. Por un lado,“la tranquilidad de haber encontrado la causa de los problemas que presentaba su hijo y que en muchas ocasiones es la causa de un vía crucis en busca de diagnóstico, y por otro lado, una sensación de agobio por todos los aspectos nutricionales que deben controlar -explica la especialista- deben aprender que alimentos concretos o productos alimentarios pueden dar de comer a su hijo, sienten limitaciones, se preocupan y limitan su vida social por dificultades para manejarse fuera del entorno del domicilio”.

Las familias al completo pueden vivirlo como un grave problema que, inicialmente, les limite la calidad de vida, en este sentido, “las distintas asociaciones de celíacos de nuestro país han desarrollado recursos, informativos y formativos, para mejorar estos aspectos psicológicos y minimizar el impacto del diagnóstico”, indica la doctora. En estas asociaciones se ofrecen catálogos donde se recogen los alimentos sin gluten, tipos y marcas disponibles, cursos de cocina, consejos de compra, revisión de etiquetado etc.

“Cuando los padres asumen el diagnóstico y el tratamiento son capaces de comenzar a educar a los hijos enfermos, sus familiares y asociarse con los educadores para sensibilizarles en el tema”, añade la doctora. La educación en la alimentación de un niño celiaco debe basarse en las mismas tácticas educativas que en el resto de la población haciéndole entender que los alimentos con gluten les perjudican. Aun así, indica la experta, “sabemos que la adherencia continuada a la dieta sin gluten es difícil a cualquier edad y el incumplimiento dietético es muy frecuente entre los celíacos con tasas de entre el 50-80%”.

La alimentación en el celiaco

Su tratamiento consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. “La dieta sin gluten se basa en dos premisas fundamentales: a) eliminar todo producto que tenga como ingredientes trigo, espelta, cebada, centeno y avena, y b) eliminar cualquier producto derivado de estos cereales -almidón, harina, sémola, pan, pasta, bollería y repostería-”, asevera la doctora Álvarez.

El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz. Deben evitarse, en la medida de lo posible, los alimentos elaborados o envasados, ya que en éstos es más difícil garantizar la ausencia de gluten. Los pacientes con anemia deberán recibir preparados de hierro, folato y vitamina B12 según las necesidades, “a pesar- indica la doctora-de que los diferentes estudios muestran que una dieta sin gluten, por sí sola es capaz de revertir la anemia entre un 78% y un 94% de los pacientes”.

Los estudios demuestran que los pacientes celíacos ven afectada su calidad de vida en función de los síntomas presentes y del impacto que sobre ellos tiene el seguimiento de una dieta sin gluten. En este sentido, explica la doctora, “algunos estudios de calidad de vida en niños celíacos muestran que hasta en un 23% de casos la tristeza es un síntoma presente cuando hacen dieta sin gluten”. Los estudios de calidad de vida relacionada con la salud realizados en población celíaca muestran que los celíacos que no siguen dieta muestran una peor calidad de vida que los que la siguen.“La preocupación referida por la mayoría de los celíacos es la necesidad de seguir una dieta toda la vida”, concluye la representante del Área de Nutrición de la SEEN.

Tomado de: Jano Online

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dra-elsagLa enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, que es la fracción proteica presente en algunos cereales como el trigo; en otros, como son la cebada y el centeno, existen las llamadas prolaminas que también producen el mismo efecto. La Dra. Elsa García Bacallao expone sobre el tema en la sección «Consulta Médica» del Periódico Granma.

Un nuevo estudio de la Universidad de McMascter revela que la molécula elafin, presente en el intestino de individuos sanos, se encuentra en menor cantidad en pacientes con enfermedad celiaca.

Científicos de la Universidad de McMaster (Canadá) han descubierto que la molécula elafin, que está presente en el intestino de individuos sanos, se encuentra en menor cantidad en pacientes con enfermedad celiaca. Los resultados del estudio se han publicado en The American Journal of Gastroenterology.

En este estudio, los investigadores han descubierto que la molécula elafin, al interactuar con la enzima transglutaminasa 2, reducía la reacción enzimática que aumenta la toxicidad de los péptidos derivados del gluten. En estudios con ratones, los investigadores han descubierto que la administración de la molécula elafin protege el revestimiento del tracto gastrointestinal superior que se altera con el gluten.

«A las personas que tienen que evitar el consumo de gluten de manera estricta durante toda su vida a veces les resulta muy difícil debido a que no se encuentra sólo en la comida, sino que también lo utilizan en la industria cosmética y farmacéutica como relleno», explica Elena Verdu, profesora de medicina en la Facultad de Medicina Michael G. De Groote.

En este sentido, Verdu afirma que este hallazgo aumenta la posibilidad de la administración o el reemplazo de elafin como una nueva terapia adyuvante a la dieta sin gluten. «Esto podría permitir una flexibilidad en una dieta restrictiva permanente y aumentar la calidad de vida de los pacientes y acelerar potencialmente la curación de las lesiones celiacas», concluye.

celiacaAplicación de los criterios de Oslo en la enfermedad celíaca: ¿útiles en la práctica clínica?

Se trata de un artículo de la autoría de M.C. García-Gavilán y colaboradores, publicado de la revista SAPD; 2014, 37 (1) en donde se clasificaron,  en función de los criterios de Oslo a los pacientes diagnosticados de enfermedad Celíaca desde 2008 a 2012 y se compararon con la clasificación de éstos mismos pacientes según se había hecho hasta ahora. Los autores consideran que los Criterios de Oslo simplifican la clasificación de los enfermos con EC y posibilitan obtener información directa con respecto a la sintomatología predominante en cada uno de ellos. Además, permiten una clasificación que es comparable entre diferentes centros y que facilita la búsqueda bibliográfica.

Para saber más:

Los pacientes con enfermedad celiaca que sufren patología crónica en el intestino delgado son más propensos a fracturarse la cadera que aquéllos cuyos tejidos intestinales están en mejor estado.

Los pacientes con enfermedad celiaca que sufren patología crónica en el intestino delgado son más propensos a fracturarse la cadera que aquéllos cuyos tejidos intestinales están en mejor estado, según un estudio que se publica en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

Aunque el riesgo de fracturas óseas ya e

ra conocido, los estudios clínicos realizados hasta el momento no habían determinado si podía mantenerse o agudizarse a raíz de eliminar el gluten de la dieta. La investigación, coordinada por Jonas Ludvigsson, del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), ha comprobado cómo la mucosa que recubre el tejido del intestino delgado puede sanar y, con ello, reducir el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad, como las fracturas óseas. El estudio analizó muestras de tejido de 7.146 suecos detectados con enfermedad celiaca desde julio de 1969 a febrero de 2008. Se examinó el tejido intestinal para determinar el daño del tejido y se registró que el 43 por ciento tenía atrofia vellosa persistente donde el tejido intestinal no había sanado. Además, aquéllos con daño tisular persistente eran más propensos a romperse la cadera.

Fuente: Diario Médico.

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