cancer de páncreas

Un experimento en el que se administra inmunoterapia a ratones con cáncer de páncreas concluye con muy buenos resultados. Es de esperar que en un año se inicien los estudios en pacientes.

La inmunoterapia sola, sin quimioterapia ni radioterapia, prolongó la supervivencia de los animales con cáncer de páncreas en más del 75 por ciento. Los hallazgos se publican en Cancer Cell y son tan prometedores que darán pie a un ensayo el próximo año. El estudio, dirigido por Sunil Hingorani y Phil Greenberg, de la División de Investigación Clínica del Centro del Cáncer Fred Hutchinson (Seattle), ha probado la inmunoterapia en ratones diseñados genéticamente para desarrollar tumores pancreáticos muy similares a los que aparecen en las personas. Ver más…

Las células tumorales se pueden distinguir en sangre porque producen exosomas con la proteína glypican-1.

Un grupo de investigadores ha descubierto un nuevo biomarcador para la detección precoz del cáncer de páncreas a través del estudio de los exosomas producidos por las células tumorales, que contienen la proteína glypican-1 (GPC-1). El hallazgo, publicado en Nature, forma parte de un estudio, coordinado por Raghu Kalluri, de la Universidad de Harvard, en el que han colaborado los científicos Agustín Fernández Fernández y Mario Fernández Fraga, del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (Iuopa-Obra Social Cajastur, Universidad de Oviedo). Ver más…

farrerasEnfermedades del páncreas.
Capítulo 26 del libro Medicina Interna de Farreras y Rozman. Decimoséptima edición, año 2012.
Acceso posible a través de ClinicalKey, solo para miembros del sistema nacional de salud de Cuba. (utilice las versiones más recientes de cualquiera de los navegadores para facilitar la visibilidad y la descarga)

Los autores de este estudio demuestran que sucede justo lo contrario cuando se aplican virus oncolíticos.

La terapia génica con virus oncolíticos se investiga en algunos tipos de cáncer, como neuroblastomas infantiles y glioblastomas. Ahora, un grupo de la Universidad de Ottawa (Canadá) que trabaja en aplicar esta terapia al cáncer de páncreas ha desvelado un sistema para que las células tumorales sean más receptivas a ese tratamiento.

Según exponen en Nature Medicine, los tumores se apoyan para su desarrollo en los llamados fibroblastos asociados a cáncer (CAF, en sus siglas inglesas), que son células genéticamente normales, pero más susceptibles a la infección viríca que los fibroblastos no asociados y, de hecho, los CAF segregan una proteína, FGF2, que favorece la infección también en los tumores. Ver más…

Un ensayo inicial redujo de forma constante los tumores en ratones, pero algunos expertos cuestionan el uso potencial en los humanos.

Unos investigadores afirman haber desarrollado un dispositivo que puede administrar fármacos a los tumores de páncreas en ratones, y esperan que algún día se convierta en una herramienta valiosa para el tratamiento de uno de los cánceres más letales en las personas.
Se desconocen los detalles sobre el costo del dispositivo y su efecto en las personas, y los científicos no estudiaron si los ratones en realidad vivieron más tiempo tras el tratamiento. Pero el dispositivo tiene el potencial de plantear una diferencia en pacientes humanos, comentó el coautor del estudio, Joseph DeSimone, profesor de química de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

«Usamos un fármaco que por lo general no funciona tan bien, y pudimos reducir los tumores debido a la forma en que lo administramos a los tumores», afirmó DeSimone.
Pero varios investigadores que no participaron en el estudio se mostraron escépticos de su potencial para combatir el cáncer en los humanos.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society, ACS) estima que casi 50,000 personas de EE. UU. contraerán cáncer de páncreas y más de 40,000 estadounidenses morirán de la enfermedad este año.
«El cáncer de páncreas es muy difícil de tratar debido a varios motivos», señaló la coautora del estudio, la Dra. Jen Jen Yeh, profesora asociada de cirugía de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. «La mayoría de pacientes no tienen síntomas de advertencia hasta que el tumor está avanzado», dijo.
Además, penetrar los tumores con fármacos es difícil porque carecen de vasos sanguíneos, y los tumores se propagan con rapidez, según Yeh.
En el nuevo estudio, los investigadores evaluaron una versión del dispositivo (que apenas tiene 6 milímetros de diámetro) en ratones con tumores de páncreas humanos.
El dispositivo se implanta con cirugía «y recibe fármacos y electricidad a través de un puerto al que se accede desde fuera del cuerpo, similar a una bomba de infusión o insulina», dijo un estudiante de medicina, James Byrne, que trabaja en el laboratorio de DeSimone. «Podemos diseñarlo para que su fuente de energía sea una pila o para conectarlo a un enchufe eléctrico».

Otros ratones recibieron quimioterapia intravenosa, como los humanos. Los investigadores encontraron que los tumores se redujeron en todos los ratones con el dispositivo, pero en ninguno con el tratamiento intravenoso.
Los investigadores no analizaron cuánto tiempo vivieron los ratones.
Aunque el dispositivo funcione en las personas, hay limitaciones. No puede tratar el cáncer que se ha propagado, pero podría en potencia usarse para proveer alivio a través de medicamentos a los pacientes, dijo DeSimone.
Y podría usarse para reducir tumores a fin de poder extirparlos con cirugía, sugirieron los investigadores. También creen que se podría usar para tratar otros tipos de tumores, como los del cáncer de mama y el de cabeza y cuello.
El Dr. Aaron Sasson, jefe de cirugía gastrointestinal del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, se mostró cauto sobre la investigación. «Si la tecnología funcionara, solo beneficiaría a un pequeño porcentaje de pacientes», dijo. Sasson explicó que los pacientes de cáncer de páncreas son particularmente propensos a morir de cáncer que se propaga, no del tumor original en sí.
Además, añadió, «la lista de tratamientos que son efectivos en ratones pero no en pacientes es muy larga. Les falta un largo camino por recorrer».
La Dra. Allyson Ocean, profesora asociada de medicina clínica del Colegio Médico Weill Cornell y del Hospital Presbiteriano de Nueva York, se mostró de acuerdo en que la propagación rutinaria del cáncer de páncreas, con frecuencia antes del diagnóstico, es una importante limitante para la utilidad potencial del dispositivo.
«Por tanto, no creo que esta forma de administración de fármacos tenga muchas probabilidades de conducir a resultados significativamente mejores en la supervivencia cuando el dispositivo se pruebe en humanos», planteó.
Pero Ocean sugirió que podría ser útil de otras formas, como al reducir el dolor al reducir el tamaño de los tumores.
Los autores del estudio, que aún no han averiguado el costo del dispositivo, esperan poder evaluarlo en las personas en los próximos dos años.
El estudio aparece en la edición del 4 de febrero de la revista Science Translational Medicine.

Fuente: Noticias de Salud, MedlinePlus: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_150817

El cáncer de páncreas es una enfermedad silente, «una emergencia sanitaria», con un cociente único de incidencia y mortalidad. El pronóstico para los cerca de 6.000 afectados al año es funesto, principalmente porque, al no presentar síntomas demasiado específicos, el diagnóstico es tardío. Además, y hasta principios de este mes de noviembre, con la aprobación de abraxane, no se disponía de ningún fármaco específico.

Este es, a grandes rasgos, el panorama del cáncer de páncreas y que evidencia que hay que mejorar en múltiples frentes: «conseguir métodos diagnósticos tempranos que pudieran servir de cribado e identificar grupos de riesgo», señala Alfredo Carrato, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, experto en este tumor.

Señales de alarma
Carrato se ha mostrado especialmente crítico señalando que la actual situación del cáncer de páncreas en España, aunque reproducible en otros países, es de «nihilismo y no sólo en atención primaria, sino entre cirujanos y otros especialistas». Así, y a su juicio, es necesario adoptar medidas urgentes para un tumor que se sitúa en el octavo puesto mundial en cuanto a incidencia y cuarto en mortalidad, por detrás del de pulmón, pero que en «2020 pasará a ser el segundo cáncer en cuanto a mortalidad».

La posibilidad actual de sistemas de cribado es complejo porque no hay información fidedigna, aunque en Estados Unidos, por ejemplo, trabajan con estrategias con ecoendoscopia, y TC y RM en ciertos casos. También es decisivo identificar grupos de riesgo: además de los relacionados con historia familiar, se encuentran los de fumadores, IMC superior a 30, bebedores y diabéticos que aparece sobre los 50 años sin causa aparente. Zarco ha señalado que en Madrid, y dentro del Plan Estratégico de Oncología, se hace especial hincapié en «las señales de alarma» de este tumor.

Fuente: Diario Médico.

Este fármaco incrementa la supervivencia en 8,7 meses, en comparación con los 6,6 meses de la gemcitabina sola.

El uso de paclitaxel unido a albúmina en una formulación de nanopartículas, fármaco que la farmacéutica Celgene comercializa como ‘Abraxane’, ha demostrado que su uso en combinación con gemcitabina puede mejorar en una media de 2,1 meses la supervivencia de los afectados por cáncer de páncreas.

Así se desprende de los resultados presentados en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, en sus siglas en inglés) que se celebra en Chicago (Estados Unidos), donde se han presentado datos actualizados de supervivencia global del estudio ‘Mpact’, con pacientes que no habían sido tratados previamente.

En concreto, los resultados demostraron que la combinación de paclitaxel unido a albúmina en una formulación de nanopartículas y gemcitabina mejoraba la supervivencia en 8,7 meses, en comparación con los 6,6 meses de la gemcitabina sola.

Asimismo, el análisis mostró casos de supervivencia de hasta 3,5 años en el brazo de pacientes tratados con paclitaxel unido a albúmina en una formulación de nanopartículas y gemcitabina (3% de pacientes vivos). Y las tasas de supervivencia medidas transcurridos 1 y 2 años resultaron coherentes con las obtenidas en el análisis principal.

El análisis mostró también que los efectos del tratamiento en cuanto a supervivencia global en los subgrupos previamente especificados analizados en el ensayo clínico eran similares en los diferentes subgrupos.

Concretamente, los pacientes con índice 90-100 en la escala del Performance Status del Karnofsky (KPS) experimentaron una mediana de supervivencia global superior al recibir el tratamiento con paclitaxel unido a albúmina en una formulación de nanopartículas y gemcitabina en comparación con aquellos a los que se administró únicamente gemcitabina (mediana de 9,7 meses, frente a 7,9 meses).

A la hora de actualizar los resultados del estudio, también se evaluaron los efectos pronósticos de CA19-9 y el índice neutrofilo/linfocito (NLR), y el incremento de ambos estaba asociado a una menor supervivencia.

Los efectos adversos de grado 3 fueron neutropenia, neuropatía periférica y fatiga. Y en el subgrupo que recibió paclitaxel unido a albúmina en una formulación de nanopartículas y gemcitabina, el 17% de los pacientes experimentó neuropatía periférica de grado 3 (no se produjeron casos de grado 4 el 54% sufrió neuropatía periférica de algún grado).

Fuente: Jano Online.

El cáncer de páncreas será el segundo cáncer más letal en 2030

El cáncer de páncreas se convertirá en el segundo cáncer más letal en Estados Unidos en 2030, predice una investigación reciente.

Si las previsiones se sostienen, el cáncer de páncreas superará a los cánceres de mama, de próstata y colorrectal, terminando en segundo lugar solo respecto al cáncer de pulmón como el cáncer más letal del país.

«En general, la tasa de mortalidad por cáncer en EE. UU. está declinando cada año», señaló la autora del estudio, Lynn Matrisian, vicepresidenta de investigación y asuntos médicos de Pancreatic Cancer Action Network en Manhattan Beach, California.

«Y el número de muertes provocadas por otros cánceres importantes, como el de pulmón, el colorrectal y el de mama, sigue esa tendencia y está en descenso. Pero se ha logrado poco avance con el cáncer de páncreas, y sabíamos que no seguía la tendencia», lamentó.

¿Por qué?

Matrisian apuntó a una combinación de factores, como la población que envejece, el crecimiento relativo de poblaciones minoritarias de alto riesgo y la poca financiación para la investigación sobre el cáncer de páncreas.

Otros factores importantes incluyen la dificultad de diagnosticar el cáncer de páncreas temprano, y la necesidad de unos mejores tratamientos.

«El páncreas está localizado en la profundidad del abdomen», comentó, y el órgano es difícil de alcanzar y visualizar mediante los métodos de escaneo tradicionales. Además, «si el paciente presenta algún síntoma, con frecuencia es bastante no específico y vago», dijo Matrisian.

El hecho de que el páncreas esté rodeado de tejido denso que bloquea los fármacos es otro factor, añadió, al igual que la tendencia de la enfermedad de comenzar a propagarse en una etapa temprana.

El informe de Matrisian aparece en la edición de la revista Cancer Research.

Los autores del estudio anotaron que el cáncer de pulmón ya encabeza la lista como causa de muerte por cáncer en EE. UU., un dudoso honor que parece que no perderá en el futuro predecible.

Para calcular un amplio rango de cifras sobre la mortalidad por el cáncer dentro de más de una década, el equipo de investigación condujo un análisis profundo de estadísticas recientes que cubrían los doce cánceres más comunes entre los hombres y los trece más comunes entre las mujeres.

Los investigadores determinaron que durante las próximas dos décadas el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el cáncer de pulmón seguirán siendo, como son ahora, los tres cánceres principales para hombres y mujeres juntos en términos solamente del número de personas recién diagnosticadas.

Pero, para cuando llegue el año 2030, los cánceres de tiroides, melanoma y uterino en realidad superarán al cáncer colorrectal (que actualmente es el cuarto), calificando en cuarto, quinto y sexto lugar como los principales cánceres en números absolutos.

Pero el panorama de las muertes por cáncer es algo distinto.

Actualmente, los cánceres de pulmón, de próstata y colorrectal son las causas número uno, dos y tres de muerte por cáncer entre los hombres de EE. UU., mientras que para las mujeres esos lugares les corresponden a los cánceres de pulmón, de mama y colorrectal.

Se predice que el cáncer de pulmón siga siendo la principal causa de muerte por cáncer en 2030. Pero el equipo del estudio halló que la segunda principal causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres cambiará al cáncer de páncreas, seguido por el cáncer de hígado.

Matrisian y sus colaboradores describieron los hallazgos como una «llamada a la acción» que resalta una necesidad general de mejorar tanto el diagnóstico como el tratamiento del cáncer de páncreas.

Pero en una nota positiva, Matrisian sugirió que quizá el futuro resulte algo más alentador para el cáncer de páncreas, al menos en términos de la cantidad de recursos dedicados a la investigación. Por ejemplo, señaló que una ley promulgada en 2013 obliga ahora al Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. a dar un nuevo enfoque a la mejora del diagnóstico y los tratamientos para una variedad de cánceres intratables, lo que incluye tanto el cáncer de páncreas como el de pulmón.

El Dr. Anirban Maitra, codirector y director científico del Centro de Investigación sobre el Cáncer de Páncreas Sheikh Ahmed Bin Zayed Al Nahyan del Centro Oncológico M.D. Anderson en Houston, enfatizó que «el cáncer de páncreas es una enfermedad muy difícil de detectar y tratar». Y dados los fondos insuficientes para la investigación, expresó poca sorpresa sobre las tendencias previstas.

«Hace años que sabemos que el cáncer de páncreas era uno de los pocos cánceres en que la incidencia y la tasa de mortalidad estaban en aumento», apuntó, «mientras que otros cánceres importantes se han beneficiado de un avance significativo que conduce a un declive en las tasas de mortalidad. Pero la publicación de este estudio es un recordatorio potente de que hará falta mucho trabajo para mejorar los resultados de los pacientes de cáncer de páncreas».

Fuente: Al Día, Infomed.

Una nueva estrategia inmunológica incrementa de forma significativa la supervivencia en adenocarcinoma ductal.

Investigadores del Centro Integral del Cáncer Sidney Kimmel de la Universidad John Hopkins, de Baltimore, acaban de presentar el primer estudio que muestra la efectividad de la inmunoterapia en cáncer de páncreas.

Su directora, Dung T. Le, asegura que se trata de una prometedora vacuna combinada destinada a pacientes con cáncer metastásico de páncreas, una enfermedad de mal pronóstico en la que la mediana de supervivencia de 11 meses se alcanza con tratamiento de primera línea con quimioterapia Folfirinox. Sin embargo, los efectos adversos que conlleva este régimen terapéutico hacen que sólo pacientes muy seleccionados puedan beneficiarse de él.

La investigación, dada a conocer durante el pasado fin de semana en San Francisco, ha sido uno de los temas estrella del Simposio de Cánceres Gastrointestinales de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO). Esta cita tiene un marcado carácter multidisciplinar que implica a otras sociedades científicas, como el Instituto Americano de Gastroenterología, o las sociedades de radioterapia oncológica y de oncología quirúrgica.

La directora del estudio ha recalcado que las tasas de supervivencia de enfermos de cáncer pancreático avanzado tratados con otros regímenes de quimioterapia son aún menores. «Cuando la enfermedad progresa a pesar de la primera línea de tratamiento, la mediana de supervivencia se queda entre cuatro y seis meses en segunda línea, y sólo entre dos y cuatro meses si el paciente es tratado en tercera línea», puntualiza Dung Le.

Estudio en fase II
El estudio ha evaluado una estrategia inmunológica innovadora que en fase II revela mejores resultados para los pacientes y mayor tolerancia que la quimioterapia en el tratamiento del adenocarcinoma ductal metastásico de páncreas. Se trata de dos vacunas distintas: la GVAX Páncreas -a base de células cancerosas pancreáticas modificadas genéticamente para segregar la proteína GM-CSF que estimula el sistema inmunitario- y la CRS-207, que es una forma de bacteria Listeria monocitogenes, también modificada para adaptarla al uso humano, y estimular la respuesta inmune contra la proteína mesotelina, que tiene alta presencia en las células cancerosas de páncreas.

«La combinación de ambas vacunas pretende estimular la respuesta inmune contra las células tumorales de páncreas, algo que hemos podido comprobar que mejora el sistema inmune innato y lo entrena para reconocer los ataques de los tumores pancreáticos», explica Dung T. Le.

Las grades diferencias en supervivencia se observan en pacientes que recibieron por lo menos dos dosis de GVAX y al menos una de CRS-207, y en los que recibieron dos o más regímenes de tratamiento con anterioridad. La experta ha dicho que para el cáncer avanzado de páncreas se están usando varios fármacos quimioterápicos, pero no hay tratamiento estándar para las terapias de segunda o tercera línea.

En el estudio han participado 90 pacientes con adenocarcinoma ductal de páncreas metastásico, la forma más común de estos cánceres, que se trataron con GVAX seguido de CRS-207 (grupo A) o sólo con GVAX (grupo B). Casi todos ellos habían sido tratados previamente con quimioterapia. La mediana de supervivencia fue significativamente mayor en el grupo de las dos vacunas (6,1 meses versus 3,9 meses). El 24 por ciento de los pacientes en el grupo A seguían vivos después de un año, frente al 12 por ciento de los del B.

Más ensayos clínicos en el horizonte

Los autores del trabajo seguirán investigando las posibilidades de la nueva estrategia inmunológica. De hecho, ya han iniciado otro estudio en fase II en el que se evaluarán tres combinaciones distintas de las dos vacunas. El equipo de Dung T. Le también explorará el uso de GVAX/CRS-207 con fármacos que actúan sobre el sistema inmune, como el anticuerpo monoclonal ipilimumab. Se analizará la utilidad de GVAX/ipilimumab como terapia de mantenimiento en pacientes con enfermedad estable tras la administración de Folfirinox.

Fuente: Diario Médico.