2014 Archivos

Una nueva estrategia inmunológica incrementa de forma significativa la supervivencia en adenocarcinoma ductal.

Investigadores del Centro Integral del Cáncer Sidney Kimmel de la Universidad John Hopkins, de Baltimore, acaban de presentar el primer estudio que muestra la efectividad de la inmunoterapia en cáncer de páncreas.

Su directora, Dung T. Le, asegura que se trata de una prometedora vacuna combinada destinada a pacientes con cáncer metastásico de páncreas, una enfermedad de mal pronóstico en la que la mediana de supervivencia de 11 meses se alcanza con tratamiento de primera línea con quimioterapia Folfirinox. Sin embargo, los efectos adversos que conlleva este régimen terapéutico hacen que sólo pacientes muy seleccionados puedan beneficiarse de él.

La investigación, dada a conocer durante el pasado fin de semana en San Francisco, ha sido uno de los temas estrella del Simposio de Cánceres Gastrointestinales de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO). Esta cita tiene un marcado carácter multidisciplinar que implica a otras sociedades científicas, como el Instituto Americano de Gastroenterología, o las sociedades de radioterapia oncológica y de oncología quirúrgica.

La directora del estudio ha recalcado que las tasas de supervivencia de enfermos de cáncer pancreático avanzado tratados con otros regímenes de quimioterapia son aún menores. «Cuando la enfermedad progresa a pesar de la primera línea de tratamiento, la mediana de supervivencia se queda entre cuatro y seis meses en segunda línea, y sólo entre dos y cuatro meses si el paciente es tratado en tercera línea», puntualiza Dung Le.

Estudio en fase II
El estudio ha evaluado una estrategia inmunológica innovadora que en fase II revela mejores resultados para los pacientes y mayor tolerancia que la quimioterapia en el tratamiento del adenocarcinoma ductal metastásico de páncreas. Se trata de dos vacunas distintas: la GVAX Páncreas -a base de células cancerosas pancreáticas modificadas genéticamente para segregar la proteína GM-CSF que estimula el sistema inmunitario- y la CRS-207, que es una forma de bacteria Listeria monocitogenes, también modificada para adaptarla al uso humano, y estimular la respuesta inmune contra la proteína mesotelina, que tiene alta presencia en las células cancerosas de páncreas.

«La combinación de ambas vacunas pretende estimular la respuesta inmune contra las células tumorales de páncreas, algo que hemos podido comprobar que mejora el sistema inmune innato y lo entrena para reconocer los ataques de los tumores pancreáticos», explica Dung T. Le.

Las grades diferencias en supervivencia se observan en pacientes que recibieron por lo menos dos dosis de GVAX y al menos una de CRS-207, y en los que recibieron dos o más regímenes de tratamiento con anterioridad. La experta ha dicho que para el cáncer avanzado de páncreas se están usando varios fármacos quimioterápicos, pero no hay tratamiento estándar para las terapias de segunda o tercera línea.

En el estudio han participado 90 pacientes con adenocarcinoma ductal de páncreas metastásico, la forma más común de estos cánceres, que se trataron con GVAX seguido de CRS-207 (grupo A) o sólo con GVAX (grupo B). Casi todos ellos habían sido tratados previamente con quimioterapia. La mediana de supervivencia fue significativamente mayor en el grupo de las dos vacunas (6,1 meses versus 3,9 meses). El 24 por ciento de los pacientes en el grupo A seguían vivos después de un año, frente al 12 por ciento de los del B.

Más ensayos clínicos en el horizonte

Los autores del trabajo seguirán investigando las posibilidades de la nueva estrategia inmunológica. De hecho, ya han iniciado otro estudio en fase II en el que se evaluarán tres combinaciones distintas de las dos vacunas. El equipo de Dung T. Le también explorará el uso de GVAX/CRS-207 con fármacos que actúan sobre el sistema inmune, como el anticuerpo monoclonal ipilimumab. Se analizará la utilidad de GVAX/ipilimumab como terapia de mantenimiento en pacientes con enfermedad estable tras la administración de Folfirinox.

Fuente: Diario Médico.

Un estudio que se publica en Cell proporciona un modelo para estudiar las disfunciones propias del envejecimiento intestinal.

La vida de la mosca de la fruta aumenta cuando se modifica la relación simbiótica entre las bacterias y las células que recubren la pared instestinal. Un estudio que se publica en Cellproporciona un modelo para estudiar las disfunciones propias del envejecimiento intestinal.

Heinrich Jasper y sus colaboradores, del Instituto Buck de Investigación en Envejecimiento, en California, comprobaron en un modelo de Drosophilaque la carga bacteriana se incrementa de forma drástica con la edad, provocando inflamación.

El desequilibrio es provocado por la activación crónica del gen de respuesta al estrés FOXO, que suprime la actividad de las moléculas conocidas como PGRP-SC (homólogas de PGLYRP en los seres humanos), que regulan la respuesta inmune a las bacterias. A su vez, esto produce la desregulación de las moléculas de señalización Rel/NFkB, que también son claves en la respuesta inmune frente a las comunidades bacterianas. El resultado es un desequilibrio inmune que permite la expansión de las bacterias, lo que induce una respuesta inflamatoria que, entre otras cosas, produce radicales libres. A su vez, estos radicales libres causan una proliferación excesiva de células madre en el intestino, causando displasia epitelial. Sin embargo, cuando los científicos aumentaron la expresión de PGRP-SC, se restableció el equilibrio bacteriano y se redujo la proliferación de células madre. Esto bastaba para aumentar la vida de las moscas.

Fuente: Diario Médico.

Un estudio demuestra la eficacia de los tratamientos orales y sin ribavirina para la hepatitis C contra la infección, daclatasvir y sofosbuvir.

Un nuevo trabajo que publica hoy The New England abunda en la eficacia de los tratamientos orales y sin ribavirina para la hepatitis C. El estudio demuestra que la combinación de dos de los nuevos fármacos orales contra la infección, daclatasvir y sofosbuvir, resulta segura y eficaz. Esta terapia combinada se administró a 211 enfermos con genotipos 1, 2 y 3 del virus. Entre los primeros, un 98 por ciento de los 126 pacientes que no habían recibido tratamiento previo, y también el 98 por ciento de los 41 ya tratados sin éxito, mostraron una respuesta virológica sostenida, tres meses después de interrumpir la terapia.

En concreto, los pacientes tratados previamente sin éxito habían recibido lo que se conoce ya como «triple terapia» o combinación de un inhibidor de la proteasa (telaprevir o boceprevir), peginterferón y ribavirina. Mark Sullkowski, director médico del Centro de Hepatitis Víricas de la Johns Hopkins, es el autor principal de este trabajo. Sullkowski comenta que este tipo de trabajos se encamina hacia una terapia para la hepatitis C que simplifique el número de píldoras que deben tomar los enfermos.
También en este número de la revista se publica otro estudio en fase IIb con una estrategia sin interferón frente al genotipo 1 del virus. En concreto, el trabajo evalúa el efecto de añadir a la ribavirina y el inhibidor de la proteasa ABT-450 con ritonavir (ABT-450/r) diferentes inhibidores de NS5A (ABT-267, ABT-333 o ambos). Este régimen oral ha demostrado ser útil frente al virus con el genotipo 1.

Fuente: Diario Médico.

Los pacientes con enfermedad celiaca que sufren patología crónica en el intestino delgado son más propensos a fracturarse la cadera que aquéllos cuyos tejidos intestinales están en mejor estado.

Los pacientes con enfermedad celiaca que sufren patología crónica en el intestino delgado son más propensos a fracturarse la cadera que aquéllos cuyos tejidos intestinales están en mejor estado, según un estudio que se publica en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

Aunque el riesgo de fracturas óseas ya e

ra conocido, los estudios clínicos realizados hasta el momento no habían determinado si podía mantenerse o agudizarse a raíz de eliminar el gluten de la dieta. La investigación, coordinada por Jonas Ludvigsson, del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), ha comprobado cómo la mucosa que recubre el tejido del intestino delgado puede sanar y, con ello, reducir el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad, como las fracturas óseas. El estudio analizó muestras de tejido de 7.146 suecos detectados con enfermedad celiaca desde julio de 1969 a febrero de 2008. Se examinó el tejido intestinal para determinar el daño del tejido y se registró que el 43 por ciento tenía atrofia vellosa persistente donde el tejido intestinal no había sanado. Además, aquéllos con daño tisular persistente eran más propensos a romperse la cadera.

Fuente: Diario Médico.

El estudio explica cómo una proteína de la hepatitis C determina la falta de respuesta del sistema inmunológico hacia el virus, lo que podría explicar que en el 80% de los casos la infección se cronifique.

El grupo de investigación de la Universidad de Cádiz (UCA) que dirige el profesor Francisco García Cózar ha publicado un artículo en la revista Plos One en el que describe los mecanismos implicados en la cronificación de la infección por el virus de la hepatitis C. «Al conocerse que el virus de la hepatitis C utiliza una de sus proteínas para que el sistema inmune no responda –señala el estudio–, se podrá bloquear dicho proceso y lograr que el sistema inmunológico destruya el virus para evitar la hepatitis crónica».

Según indica la Fundación Descubre, los científicos de la UCA describen en células primarias cómo una proteína del virus de la hepatitis C (HCV) determina la falta de respuesta del sistema inmunológico hacia el virus. Esto «puede explicar que en el 80 por ciento de los casos la infección se cronifique, pudiendo derivar en cirrosis y hepatocarcinoma».

La investigación se enmarca en el área de la tolerancia inmunológica, en la que el equipo de científicos «cuenta con una larga trayectoria investigadora». Cuando un linfocito encuentra el antígeno que encaja con su receptor, empieza a dividirse generando un clon para destruir el antígeno. Algunos antígenos «pertenecen al propio organismo y deben ser preservados, pues de lo contrario se desarrollan enfermedades autoinmunes». Esto es la tolerancia inmunológica, «que puede definirse como la ausencia específica de respuesta del sistema inmune frente a autoantígenos».

«En general, siempre hemos investigado la tolerancia intentando inducirla para evitar enfermedades autoinmunes o el rechazo a trasplantes, y ahora pensamos que también puede ser aprovechada por los patógenos para que se les tolere a ellos, dando lugar a infecciones crónicas», ha indicado García Cózar.

Una proteína que permite activar el NFAT

En ensayos anteriores el grupo de la UCA había identificado que la molécula NFAT «estaba implicada, cuando se activa en solitario, en los mecanismos que permiten tolerar los autoantígenos». Por otra parte, un equipo de científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) «comunicó que la proteína de la cápside del virus de la Hepatitis C era capaz de activar NFAT».

La cápisde es una estructura proteica, una cubierta protectora, en cuyo interior se encuentra el material genético del virus. «En ese momento nos dimos cuenta de que esa proteína del virus HCV estaba implicada en la no respuesta del sistema inmune y planteamos la hipótesis de que la proteína activa la molécula NFAT como un mecanismo de evasión del virus, para inducir la tolerancia inmunológica», señala García Cózar.

«De un modo más concreto, los científicos gaditanos describieron en 2007 que la cápside del virus de la Hepatitis C, llamada core, induce un mecanismo de tolerancia inmunológica denominado anergia», recalca la nota de la Fundación Descubre. Se trata de un proceso que consiste en «parar funcionalmente a los linfocitos, lo cual podría explicar por qué los linfocitos de muchos pacientes infectados por HCV no pueden eliminar el virus».

Más adelante, en 2011, demostraron que las células que tienen dentro la proteína vírica, «no sólo no responden, sino que son capaz de bloquear la respuesta de otros linfocitos». Estas demostraciones se hicieron en células tumorales, «con las que resulta más fácil trabajar».

En cambio, una de las novedades del ensayo descrito en el artículo publicado en Plos One es que «por primera vez se han realizado estos experimentos con células de la sangre, células primarias no tumorales, demostrando no sólo que no responden y que pueden bloquear otros linfocitos, sino que además una única proteína viral, la cápside del virus de la hepatitis C, era capaz de provocar un fenotipo de células agotadas, que son típicas de las infecciones crónicas y de los tumores».

De este modo «se explica por qué el sistema inmune no es capaz de eliminar el virus desarrollando una infección crónica». Para introducir la proteína del virus de la Hepatitis C en células de la sangre han utilizado como vector un lentivirus derivado del virus del Sida (VIH). Los lentivirus son un tipo de retrovirus que deben su nombre al hecho de que tardan mucho tiempo en desarrollar la enfermedad.

Linfocitos humanos de biobanco

Los retrovirus en general, al entrar en la célula, generan un ADN copia e integran esa información en el genoma de la célula infectada. Los investigadores de la UCA «han introducido la información correspondiente a la proteína de la cápside de la Hepatitis C sustituyendo el genoma del VIH, por lo que las células infectadas por este virus recombinante expresarán esta proteína en vez de proteínas del VIH».

García Cozar explica que «sustituimos el genoma del lentivirus por el gen que codifica para la proteína del virus de la Hepatitis C, seguida de una proteína que emite fluorescencia verde y, por otro lado, obtuvimos linfocitos humanos de biobanco, que infectamos con los lentivirus generados».

«Las células que de este modo expresan la proteína de la cápside de HCV y que podemos seguir por emitir fluorescencia verde, mandaban a su membrana una serie de moléculas inhibidoras y eran capaces de suprimir a otra célula que tenían al lado, que no podían dividirse a pesar de que su receptor para el antígeno estaba siendo estimulado», concluye el responsable del estudio.
Fuente: Jano Online.

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Editorial ElsevierLa editorial Elsevier (Ciencia y Tecnología), ha concedido otorgar un período de prueba, para toda la red Infomed, a su plataforma ScienceDirect. Esta prueba tendrá una duración de un mes y finaliza el 12 de marzo del 2014. En su primera etapa permitirá el acceso a un grupo representativo de revistas seleccionadas e incluidas dentro de nuestros intereses principales. En una segunda etapa de la prueba, con fecha aún no determinada, la editorial ofrecerá para su evaluación el acceso a otro grupo de revistas y libros seleccionados.

laboratorio-clinico

En ambos artículos se aportan elementos básicos para la interpretación de las pruebas hepáticas. El primero de ellos lo hace en el contexto de la gastroenterología pediátrica, aunque la información que aquí se brinda resulta e interés en la práctica de la atención primaria. De manera novedosa, en el segundo trabajo se presenta una visión actualizada del valor del índice de Ritis y su interpretación.

El 20% de los españoles padece hígado graso o esteatohepatitis, y entre el 2 y el 3% ya ha desarrollado inflamación hepática o fibrosis, lo que puede acabar desembocando en casos graves de cirrosis o cáncer hepático.

Los expertos reunidos en el XXXIX Congreso Anual de la Asociación Española para el estudio del Hígado (AEEH) han presentado un nuevo método diagnóstico para detectar esteatohepatitis no alcohólica (EHNA o NASH por sus siglas en inglés) sin necesidad de realizar una biopsia. La esteatohepatitis es una enfermedad del hígado que se produce por la inflamación y daño de este órgano, como consecuencia de una acumulación excesiva de grasa en forma de triglicéridos, en lo que se conoce como enfermedad del hígado graso (HGNA o NAFLD).

Considerada como una de las epidemias clínicas del siglo XXI debido al consumo generalizado de una dieta excesivamente calórica, el hígado graso se produce por «la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Su origen es desconocido aunque suele ir asociado a la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia, y cuando esta infiltración grasa se complica, el hígado se inflama y aparece la esteatohepatitis, una enfermedad que debe ser tratada precozmente porque puede desembocar en cirrosis o cáncer», explica el Dr. Manuel Romero, miembro de la AEEH y catedrático de medicina de la Universidad de Sevilla.

La esteatohepatitis es una enfermedad completamente asintomática, que genera una pequeña alteración de la bioquímica hepática junto con alteraciones metabólicas (síndrome metabólico) como la hipertensión, obesidad, dislipemia, diabetes, etc.

La detección de hígado graso ocurre muchas veces en un chequeo rutinario y es confirmado mediante una simple analítica de sangre o una ecografía. Ahora bien, el diagnóstico de la esteatohepatitis es un poco más complejo ya que requiere de la realización de una biopsia, por lo que es mucho menos accesible e incomodo para el paciente. «Justamente por este motivo se ha desarrollado un nuevo método diagnóstico capaz de detectar si el paciente padece inflamación hepática a través de una resonancia magnética y, mediante un posterior análisis en el ordenador, nos mostrará su diagnóstico con una seguridad claramente superior a los métodos de los que disponemos a día de hoy», destaca el Dr. Manuel Romero.

Actualmente, en torno al 20 por ciento de los españoles padecen hígado graso, cifra que está aumentando potencialmente entre los jóvenes. Entre un 10 y 15 por ciento de los pacientes con hígado graso desarrollan esteatohepatitis, lo que representa un 2-3% de la población total española o lo que es lo mismo, más de un millón de personas.

Esta inflamación hepática, caracterizada por la acumulación de grasa, es producida principalmente por dos causas diferenciadas: por el consumo de alcohol en exceso (esteatohepatitis alcohólica) y por tener un perfil de obesidad o diabetes (esteatohepatitis no alcohólica). Aún así, en los últimos estudios realizados, se ha detectado que entre un 30% – 40% de los pacientes que presentan una esteatohepatitis no alcohólica es debido a causas genéticas. «Se ha comprobado que la presencia de una mutación en el gen PNPLA3 puede conllevar a que la persona sea más propensa a acumular grasa en el hígado y, por tanto, a desarrollar esta enfermedad sin necesidad de tener unos perfiles clínicos desfavorables. Se calcula que solo el 3%-5% de la población española tiene este gen mutado y que más de un tercio de ellos tendrán tendencia a desarrollar enfermedad hepática», puntualiza el Dr. Romero.

Las dos complicaciones más graves que derivan directamente de esta enfermedad serían, por un lado, la progresión natural de la enfermedad hepática, es decir, un primer proceso a la cirrosis que podría llegar a producir cáncer de hígado, y, por otro, el incremento del riesgo cardiovascular, ya que se ha visto que las personas que poseen el hígado inflamado tienen mayor riesgo cardiovascular que las personas con hígado sano.

A pesar de ello, la esteatohepatitis es una enfermedad que se puede revertir mediante la práctica regular de ejercicio físico y una dieta saludable, junto con el control de las principales enfermedades que se asocian a la esteatohepatitis, como es la obesidad y la diabetes. Aun así, el Dr. Manuel Romero añade que, «el problema es que resulta tremendamente difícil convencer al paciente para que haga deporte, con lo que nos vemos obligados a desarrollar nuevos tratamientos que permitan lograr el control de la enfermedad». En este sentido, también se presentará en el congreso un estudio que muestra el impacto positivo del ejercicio físico y la dieta durante un año en esta enfermedad. Además, en el marco del congreso, se discutirán las posibilidades terapéuticas de fármacos prometedores como el ácido obeticólico, la quercetina o el GFT-505″, añade el hepatólogo.

En el marco de la AEEH se ha conformado el Grupo Nacional para el Estudio de la Esteatohepatitis, un equipo formado por dieciocho grupos de investigación, quince hospitales y tres centros de investigación básica, que tiene el objetivo de elaborar el primer registro sobre esta enfermedad y potenciar la investigación traslacional y de colaboración.

Los hepatólogos españoles reclaman una estrategia nacional en hepatología

El Congreso ha albegado la presentación del Libro Blanco de la Hepatología en España, una iniciativa liderada por la AEEH, con la colaboración de Porib y Gilead, que pretende poner de manifiesto el rol de la hepatología en nuestro país, dando a conocer datos sobre los recursos asistenciales, humanos, diagnósticos y terapéuticos, que están disponibles actualmente para el manejo de estos pacientes.

Gracias a este trabajo, en el que han participado un total de 161 hospitales españoles de referencia, sabemos, por primera vez, que nuestro país dispone de un total de 590 médicos destinados al manejo de los pacientes hepáticos (ratio de 1,28 por cada 100.000 habitantes), y que, además, el 56% de estos especialistas se localizan en los hospitales de más de 500 camas y que poseen una edad media de 47 años.

El documento también revela que la mortalidad asociada a las enfermedades hepáticas (8%) duplica la tasa de mortalidad por cualquier otra causa dentro de los servicios hospitalarios de gastroenterología y medicina interna (3%) y la tasa de mortalidad de los hospitales consultados (4%). Además, las enfermedades hepáticas son responsables del 2% del total de ingresos que se produjeron en nuestro país en el año 2011 (3.640.064), y es la segunda enfermedad que ha experimentado un mayor crecimiento en el número de ingresos en los últimos cinco años.

Otro dato analizado en la investigación realizada por la AEEH, ha sido saber cuales son las patologías hepáticas más frecuentes de las consultas externas, es decir, aquellas revisiones que realiza el especialista a aquellos pacientes que ya no están hospitalizados. Así, se ha visto que el 80% de las consultas se debieron a hepatitis virales (36%), trasplante hepático (27%) y cirrosis (16).

En este sentido el Dr. Calleja señala que «estos datos nos hacen preveer que la carga asistencial asociada a las patologías hepáticas irá en aumento durante los próximos años, con lo que es necesario que las autoridades sanitarias se comprometen a diseñar una estrategia nacional en hepatología, que pueda garantizar una calidad asistencial a todos los pacientes».

Fuente: Jano Online.