Destacan avance en tratamiento contra la sordera

La audición en jerbos, roedores del tamaño de una rata, se vio parcialmente mejorada luego de que se reconstruyeran los nervios en el oído, encargados de transmitir los sonidos al cerebro, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Nature.

Obtener la misma mejoría en humanos implicaría que alguien incapaz de escuchar el ruido del tráfico puede escuchar una conversación. Sin embargo, el tratamiento en humanos todavía es una posibilidad lejana.

Si uno quiere escuchar la radio o charlar con un amigo, el oído debe convertir las ondas de sonido en el aire en señales eléctricas.

Esto ocurre dentro del oído interno donde las vibraciones mueven pequeños cabellos y es eso lo que crea la señal eléctrica.

Sin embargo, en alrededor de una de cada diez personas con una pérdida auditiva profunda, las células nerviosas que deberían recoger la señal están dañadas. Es como si se cayera el testigo en una carrera de relevo en la primera etapa de la competencia.

El objetivo de los investigadores de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, era reemplazar estas células, conocidas como neuronas del ganglio espiral, con otras nuevas.

Usaron células madre de un embrión humano, que son capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula en el cuerpo humano.

A las células madre se les agregó una sopa química que las convirtió en células similares a las neuronas del ganglio espiral. Luego fueron delicadamente inyectadas en los oídos internos de 18 jerbos sordos.

A lo largo de diez semanas su audición mejoró. En promedio, al final del estudio, 45% de su capacidad auditiva fue restablecida.

«Significaría pasar de ser tan sordo como para no escuchar un camión en la calle, al punto de ser capaz de escuchar una conversación», explica el doctor Marcelo Rivolta, responsable del estudio.

«No es una cura completa, no serán capaces de escuchar un suspiro, pero sin duda serían capaces de mantener una conversación en una habitación», agrega.

Alrededor de un tercio de los jerbos respondieron de muy buena forma al tratamiento. Algunos de ellos recuperaron hasta el 90% de su capacidad auditiva, mientras que poco menos de un tercio apenas respondieron al experimento.

Los jerbos fueron utilizados porque son capaces de oír el mismo rango de sonidos que la gente, a diferencia de los ratones que escuchan tonos de alta frecuencia.

Los investigadores detectaron la mejora en la audición mediante la medición de las ondas cerebrales.

A los jerbos se los estudió durante diez semanas. Si esto se convirtiera en un estudio para humanos, entonces el efecto tendría que darse en un período de tiempo mucho más largo.

También existen cuestionamientos en torno a la seguridad y a la ética de los tratamientos con células madre.

«Es un gran momento, realmente es un gran avance», le dijo a la BBC el profesor Dave Moore, director del Instituto de Investigación Auditiva del Consejo de Investigación Médica de Nottingham, Inglaterra.

Sin embargo, advirtió que todavía habrá dificultades para repetirlo en humanos.

«El mayor problema en realidad es llegar a la parte del oído interno donde se va a hacer algún bien. Es muy pequeña y muy difícil de llegar y que será una empresa realmente formidable», dijo.

El doctor Ralph Holme, director de investigación biomédica en la ONG Action on Hearing Loss, aseguró: «Esta investigación es tremendamente alentadora y nos da una esperanza real de que es posible reparar en el futuro la causa de algunos tipos de pérdida auditiva». 15 de septiembre de 2012

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