Situación actual en el tratamiento del cáncer gástrico
El cáncer gástrico es un tumor de alta incidencia y mortalidad en todo el mundo, y su pronóstico está íntimamente relacionado con la situación neoplásica al diagnóstico, que incluye su extensión en el grosor de la pared gástrica, sobre los ganglios linfáticos locorregionales y su capacidad de generar metástasis a distancia, extensión basada en la clasificación TNM. En aquellos tumores localizados al diagnóstico, caracterizados por la invasión únicamente de mucosa-submucosa, la supervivencia a 5 años se establece entre el 70 y el 95% con manejo quirúrgico exclusivo, sin embargo, cuando la extensión en la pared es mayor y/o existe afectación ganglionar locorregional, la supervivencia disminuye al 20-30% a 5 años. Actualmente en centros con alto volumen de pacientes, la extensión de la gastrectomía se individualiza en función de varios parámetros, optándose, en cada vez más casos, por la realización de una gastrectomía total con linfadenectomía D2 y preservación esplenopancreática, pues esta aumenta las posibilidades de conseguir una cirugía R0 y mejora la relación entre ganglios resecados y ganglios afectados, lo que se traduce en una disminución del riesgo de recidiva locorregional a largo plazo.
Con el objetivo de mejorar estos resultados, se han ensayado distintas estrategias terapéuticas de quimioterapia o quimiorradioterapia asociadas a la cirugía. Entre todas ellas destaca el ensayo 0116 del intergroup, publicado en el 2001, que cambió la práctica clínica asistencial en Estados Unidos, ya que demostró que un tratamiento de quimiorradioterapia tras la cirugía mejoraba la supervivencia (de 26 a 37 meses de mediana) de estos pacientes. En Europa es la quimioterapia perioperatoria el tratamiento estándar habitual, desde que se publicaron dos estudios aleatorizados fase III que demostraron un aumento en la supervivencia a 5 años en el grupo tratado con quimioterapia.
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