Según tres trabajos publicados en Nature Immunology , los basófilos son las células responsables que comienzan la respuesta alérgica y descartan que las células dendríticas sean las iniciadoras de estos eventos. Los estudios se realizaron en la Facultad de Medicina de la Universidad de Hyogo (Japón) y las universidades de Yale y Pensilvania (Estados Unidos) y publicados en la edición digital de la revista.
Los investigadores han descubierto una nueva función de presentación de antígenos en los basófilos, que les permiten iniciar la respuesta alérgica o promover respuestas inmunes frente a los parásitos y son dianas terapéuticas para las respuestas alérgicas.
Los basófilos son células inmunes que liberan mediadores químicos que pueden desencadenar los estornudos, picores y otros síntomas que acompañan las reacciones alérgicas. Son las primeras células que presentan antígenos a las células T inexpertas, células que instruyen al sistema inmune para que liberen IL 4 e inmunoglobulina E, que ayudan en las defensas contra parásitos e intervienen en las respuestas alérgicas.
Hasta la publicación de estos resultados, la teoría postulaba que los basófilos actuaban después de las sensibilizaciones tras contacto previo. Sin embargo, las nuevas evidencias revelan el mecanismo por el que los basófilos inician y amplifican las reacciones alérgicas de tal modo que, una vez iniciada por el contacto con el alérgeno, son difíciles de controlar.
Los resultados descartan anteriores afirmaciones sobre el papel de las células dendríticas como las células que inician la respuesta alérgica.

Intramed 03 JUN 09

Las mujeres son más sensibles a los efectos nocivos del tabaquismo que los varones, según confirma el estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) y del Brigham & Women’s Hospital de Boston (Estados Unidos) y presentado durante la Conferencia Internacional de la Sociedad Americana del Tórax, celebrada en la ciudad San Diego (Estados Unidos).

Los investigadores analizaron los datos de un estudio noruego que incluía 954 personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) moderada o grave y 955 controles, todos fumadores en algún momento de su vida, incluido el presente.

Concluido el análisis de la totalidad de participantes, no se establecieron diferencias de género con respecto al funcionamiento pulmonar ni a la gravedad de la EPOC. Sin embargo, las mujeres eran más jóvenes y habían fumado menos que los hombres.

Posteriormente, los investigadores establecieron dos nuevos subgrupos: sujetos con EPOC de menos de 60 años de edad, con inicio temprano de la enfermedad; y sujetos con EPOC con un consumo inferior a los 20 paquetes por año, es decir, un grupo con baja exposición. En ambos subgrupos las mujeres tenían una enfermedad más grave y mayores deterioros del funcionamiento pulmonar que los hombres.

Las mujeres fumadoras de nuestro estudio, explica la Dra. Soerheim, experimentaban un menor funcionamiento pulmonar a un nivel menor de tabaquismo y a una edad más temprana que los hombres”.

Se confirmó que ser mujer representaba un mayor riesgo de función pulmonar reducida y una EPOC grave, un efecto relacionado con el género que, además, resulta más pronunciado cuando el nivel de tabaquismo es bajo.

La razón por la que las mujeres podrían ser más susceptibles a los efectos del humo de los cigarrillos sigue sin conocerse, pero existen varias explicaciones posibles: “las mujeres tienen tractos respiratorios más pequeños, por lo que cada cigarrillo podría hacer más daño. Además, existen diferencias de género en el metabolismo del humo de cigarrillo. Los genes y las hormonas podrían también ser importantes”.

Por todo ello, como concluye el Dr. Dawn DeMeo, investigador principal del estudio, “muchas personas creen que su consumo de tabaco es muy limitado como para resultar perjudicial, que unos pocos cigarrillos al día representan un riesgo mínimo. Sin embargo, en el grupo de baja exposición del estudio, la mitad de las mujeres tenían EPOC grave. En consecuencia, no existe una exposición segura al tabaco. Y nuestros descubrimientos sugieren que esto es particularmente cierto en el caso de las mujeres que fuman”.

Fuente: Jano .es, 19 de mayo de 2009

En hijos con un progenitor asmático, el riesgo de padecer la enfermedad a los 8 años se incrementa en un 65% cuando la madre es obesa.
Los hijos de madres obesas presentan mayor riesgo de sufrir asma, según reportan investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos y presentado en la conferencia internacional de la Sociedad Torácica Americana que se está celebrando en la ciudad de San Diego (Estados Unidos).
Según el Dr. Jet Smit, autor principal del estudio, “la obesidad no es un estado neutro: el tejido adiposo es un productor activo de citoquinas proinflamatorias a la vez que también suprime la acción de las citoquinas anti-inflamatorias”.
Los investigadores analizaron datos de cerca de 4.000 niños pertenecientes a un estudio sobre prevención e incidencia del asma y alergia a los ácaros, trabajo diseñado para determinar si la presencia de los factores proinflamatorios que promueve el tejido graso en las madres con sobrepeso aumenta el riesgo de desarrollar asma en sus hijos. Se incluyeron los niños antes de nacer y fueron seguidos anualmente hasta los ocho años.
Los autores definieron el asma como la ocurrencia de al menos un episodio de sibilancias, disnea o la prescripción de corticosteroides inhalados el pasado año. El índice de masa corporal (IMC) superior a los 25 kg/m2 se consideró sobrepeso.
De acuerdo con los referidos criterios, más del 20% de las madres presentaba sobrepeso. Además, en los niños que tenían al menos un padre con asma, la obesidad materna aumentaba su riesgo de asma a los 8 años alrededor del 65% más que en el caso de niños con padres asmáticos cuyas madres no tenían sobrepeso.
Esto sugiere que los niños con madres con sobrepeso están expuestos a mayores niveles de factores pro-inflamatorios durante la vida fetal y podrían tener un riesgo mucho mayor de desarrollar asma que los niños similares cuyas madres no tenían sobrepeso, apuntó el Dr Smit.
Concluyen los autores que los descubrimientos sugieren los múltiples beneficios de mantener un peso sano, no sólo en las mujeres en edad fértil sino también para sus futuros hijos”.

Fuente: Jano.es, 20 de mayo de 2009

Reuters Health, 31 de marzo, 2009
Los niños a los que se les extirpan las amígdalas, en una operación denominada amigdalectomía, con o sin la extracción de las adenoides (adenoidectomía), tienen alto riesgo de engordar después de la cirugía, según Pediatrics.
Para el estudio, estos niños tienen alto riesgo de engordar después de la cirugía, según Pediatrics.
Estudios previos habían asociado la tonsilectomía con un aumento acelerado del peso corporal, pero se desconocía si era un factor de riesgo del sobrepeso, escribió el equipo de Alet H. Wijga, del Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente, en Bilthoven, Holanda.
Para la investigación, el equipo analizó información clínica de 3.963 niños participantes en el estudio desde el nacimiento llamado PIAMA, sigla en inglés de Dutch Prevention and Incidence of Asthma and Mite Allergy.
Utilizaron cuestionarios anuales, que respondieron los padres de los niños, para evaluar el peso, conocer si a los niños se les había hecho una tonsilectomía y otros factores. A los 8 años de edad, el equipo les midió la altura y el peso.
Encontraron que la tonsilectomía con o sin adenoidectomía aumentó significativamente la probabilidad de tener sobrepeso o ser obeso a los 8 años, en un 61 por ciento y un 136 por ciento de los casos, respectivamente. La adenoidectomía solamente no aumentó el riesgo de engordar algunos kilos, pero sí elevó un 94 por ciento el riesgo de obesidad.
«Los datos longitudinales de peso y altura los años previos y posteriores a la cirugía sugieren que la (adeno) tonsilectomía es un paso decisivo entre un período de inestabilidad del desarrollo y un período de crecimiento compensatorio», lo que explicaría el aumento del riesgo de desarrollar sobrepeso después de la cirugía, comentaron los autores.
Recomiendan los autores del estudio a los médicos orientar a los padres para modificar la alimentación y el estilo de vida de niños a los que se les realiza una tonsilectomía.
Controlar el crecimiento después de esa intervención quirúrgica es fundamental para garantizar que el crecimiento compensatorio ocurra dentro de límites saludables.

FUENTE: Pediatrics, abril del 2009.
Medline Plus

Reuters Health – Algunos pacientes con inflamación bucal recurrente (estomatitis aftosa) tienen enteropatía por sensibilidad al gluten, señaló un nuevo estudio.
Los resultados fueron publicados en la revista BMC Gastroenterology.
«Se ha informado que en el 5 por ciento de los pacientes con enfermedad celíaca, la estomatitis aftosa sería la manifestación de la condición», escribió el equipo del doctor Farhad Shahram, de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán, en Irán.
La estomatitis aftosa es una úlcera abierta dolorosa, como una ampolla, que aparece en la boca, tiene aspecto blanquecino o amarillento y está rodeada por una zona roja brillante.
Estas úlceras suelen reaparecer en momentos de estrés y están relacionadas con infecciones virales, alergias a alimentos y otras condiciones.
Se estudiaron 247 pacientes con estomatitis aftosa con un promedio de 33 años que habían presentado al menos tres ataques aftosos durante el año.
Los expertos analizaron los anticuerpos y otros factores inmunes vinculados con la enfermedad celíaca , excluyendo a los pacientes con resultados negativos. A los que presentaron resultados positivos se les realizó biopsia de la mucosa intestinal.
La enteropatía por sensibilidad al gluten se definió a partir de una prueba sanguínea positiva a factores inmunes y a resultados anormales en las biopsias. A los pacientes con la condición se les recomendó una dieta libre de gluten.
De los 247 pacientes, siete que tenían resultados sanguíneos positivos se sometieron a una endoscopia y a biopsias duodenales.
En dos de estos pacientes , los hallazgos endoscópicos eran compatibles con la enteropatía por sensibilidad al gluten , siendo normales en los restantes cinco. Sin embargo, los resultados de las biopsias fueron compatibles con la enfermedad en los siete casos.
La edad promedio de estos pacientes con la enfermedad fue 27 años y la duración de la entidad de 4,5 años.
Los siete pacientes enfermos no habían respondido a los medicamentos convencionales contra las úlceras bucales, incluidos los corticosteroides tópicos, la tetraciclina y la colchicina.
«La enteropatía por sensibilidad al gluten debería considerarse en los pacientes con estomatitis aftosa», concluyeron los autores. La falta de respuesta al tratamiento convencional podría ser otro indicador de riesgo de enfermedad celíaca.

Gluten sensitivity enteropathy in patients with recurrent aphthous stomatitis
BMC Gastroenterology, 2009
Reuters Health

HealthDay News 1 de julio. Un estudio realizado por investigadores de la Clínica Mayo halla que la enfermedad celiaca se ha hecho más común en los últimos años.
De acuerdo con un informe que aparece en la edición de julio de Gastroenterology, la enfermedad es cuatro veces más prevalente en Estados Unidos hoy que en los años 50 y que la tasa de mortalidad entre las personas que tenían la enfermedad pero que no lo sabían, fue mas alta que entre los que no la padecían.
El Dr. Joseph Murray, gastroenterólogo de la Clínica Mayo, que dirigió el estudio comentó, que las causas de este aumento se desconocen y que «afecta ahora a casi una persona de cada cien».
La enfermedad celíaca es causada por una intolerancia al gluten de trigo, cebada y centeno. Una reacción autoinmune daña el intestino delgado y puede causar diarrea severa, molestias abdominales, pérdida de peso, anemia, problemas de fertilidad sin ninguna explicación, pérdida de dientes e incluso osteoporosis prematura o severa. El tratamiento consiste en seguir una dieta sin gluten de por vida.
Es necesario, refirió el Dr Murray, educar a un mayor número de gente, pacientes y proveedores de atención de salud sobre la enfermedad.
La enfermedad celiaca algunas veces se diagnostica mal o no se diagnostica debido a que los síntomas son similares a otras entidades como el síndrome del intestino irritable.
«Este estudio sugiere que tal vez necesitemos analizar la enfermedad celiaca en la población general de forma similar a como se evalúan el colesterol o la presión arterial», apuntó el investigador.

FUENTE: Mayo Clinic, news release, July 1, 2009
HealthDay

La Habana, 6 de julio.- El Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) de Cuba promueve el desarrollo y aplicación de vacunas para el diagnóstico y tratamiento de las alergias. La producción, estabilidad, control de la calidad y el registro de esos medicamentos fueron expuestos en un encuentro organizado por esa institución. Precisamente, entre estos fármacos, están las primeras vacunas registradas en Cuba para el tratamiento de la enfermedad del asma bronquial. Las investigaciones se orientan ahora a promover la sustitución de la aplicación inyectable por la vía sublingual, entre otras opciones.
Hasta ahora los trabajos en esa entidad se han basado fundamentalmente en las alergias provocadas por los ácaros del polvo, pero se inician otros referidos a reacciones a determinados alimentos.

DTC News

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) caracterizaron los epítopos T en el alérgeno principal del melocotón lo que pudiera ser  utilizado en un futuro para vacunas contra esta alergia.

Las alergias alimentarias causadas por vegetales afectan a un 6% de los adultos en países occidentales. Los investigadores de la unidad de Bioquímica de la ETSI Agrónomos, perteneciente a esta Universidad, se propusieron identificar los agentes que provocan esta alergia y cómo evitar nuevas reacciones por alergias cruzadas.

El melocotón y el melón son los dos alimentos que causan más alergias en España, según los resultados preliminares del estudio EuroPrevall. En el caso del melocotón la proteína alergénica responsable se encuentra en la piel, llamada Pru p 3 y pertene a la familia de proteínas transportadoras de lípidos. 

Las alergias a alimentos se producen al ser reconocidas las proteínas contenidas en los alimentos por un tipo de células localizadas en el intestino delgado (células presentadoras de antígenos), lugar donde se produce la absorción de los alimentos. Estas células digieren las proteínas y fragmentos de las mismas que son presentados a los linfocitos T, los cuales se encargan de decidir si ese péptido proviene de algo externo o interno. Si lo consideran como externo deciden a su vez qué tipo de respuesta hay que desarrollar.

En el caso de las alergias, los linfocitos T activan a los linfocitos B que son los productores de anticuerpos o inmunoglobulinas frente al alergeno, como la  inmunoglobulina E (IgE) que al reconocer al alergeno produce una secuencia de acontecimientos que producen los síntomas de la alergia: rinitis, conjuntivitis, prurito, edema, etc.

Aunque se evite el consumo de alimentos vegetales que producen alergias, con el problema de las reacciones cruzadas entre alimentos y entre alimentos y pólenes, se ha puesto de relieve la necesidad de diseñar nuevos tratamientos de inmunoterapia para este tipo de alergias.

En este estudio(*) se aislaron células mononucleadas de sujetos sensibilizados al melocotón y de sujetos control que lo toleraban. Estas células se incubaron en presencia de Pru p 3 o de péptidos derivados del mismo. Así, se pudo comprobar que alrededor de un 70% de las células aisladas de ambos grupos reconocían los mismos péptidos procedentes de Pru p 3.

Pero cuando se analizó el tipo de respuesta que tenían ambos tipos celulares se confirmó que respondían de forma diferente. De hecho, las células procedentes de pacientes sensibles producían mayor cantidad de Interleuquina 4 (marcador de la vía Th2 o alergénica) frente a los controles que producían Interferón (marcador de la vía Th1 o frente a patógenos).

Por tanto, aunque los epítopos T presentes en Pru p 3 sean reconocidos tanto por pacientes como por controles, la respuesta ante ellos es diferente. Los epítopos caracterizados podrían ser empleados en un futuro en vacunas de alergia.

(*) Molecular Immunology 46 (4): 722-728 Feb 2009. T-cell epitopes of the major peach allergen, Pru p 3: Identification and differential T-cell response of peach-allergic and non-allergic subjects. Tordesillas, Leticia; Cuesta-Herranz, Javier; González-Munoz, Miguel; Pacios, Luis F.; Compes, Esther; García-Carrasco, Belén; Sánchez-Monge, Rosa; Salcedo, Gabriel; Díaz-Perales, Araceli.

Fuente: Universidad Politécnica de Madrid