Beber a diario eleva el riesgo de cirrosis hepática relacionada con el alcohol, encontró un estudio reciente.
En general se cree que el consumo total de alcohol es el mayor factor que contribuye a la cirrosis. Pero estos nuevos hallazgos sugieren que la frecuencia con que consume ese coctel o cerveza, además del consumo reciente, tiene un rol significativo, dijeron los investigadores.
La cirrosis, una cicatrización del hígado, es la fase final de la enfermedad alcohólica del hígado, según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
En los hombres, beber a diario aumentó el riesgo de cirrosis más que un consumo menos frecuente. Y el consumo reciente, no el consumo de alcohol de por vida, fue el factor predictivo más potente de cirrosis relacionada con el alcohol, informaron los investigadores en la edición en línea del 26 de enero de la revista Journal of Hepatology.
«Por primera vez, nuestro estudio apunta a una diferencia en el riesgo entre beber a diario y beber cinco o seis días a la semana en la población general de hombres, ya que los estudios anteriores se llevaron a cabo con personas que usaban mal el alcohol y con pacientes remitidos por enfermedad hepática, y comparaban el consumo diario con el ‘patrón de atracones’ o la bebida ‘episódica'», anotó la investigadora líder, la Dra. Gro Askgaard, del Instituto Nacional de Salud Pública de la Universidad del Sur de Dinamarca.
«Dado que no se conocen los detalles de la lesión hepática inducida por el alcohol, solo podemos especular sobre el motivo de que la exposición diaria al alcohol empeore el daño hepático o inhiba la regeneración del hígado», añadió Askgaard en un comunicado de prensa de la revista.
Para el estudio, los investigadores observaron datos sobre casi 56,000 personas de 50 a 64 años de edad en Dinamarca. Los participantes rellenaron cuestionarios sobre la comida y contestaron a preguntas sobre sus hábitos de estilo de vida, que incluían la cantidad de cerveza, vino o licor destilado que bebían cada semana. También se les pidió que recordaran qué tanto bebían en promedio cuando tenían entre 20 y 59 años de edad.
Del total, 257 hombres y 85 mujeres contrajeron cirrosis, hallaron los investigadores.
Hasta un nivel moderado de consumo semanal, el vino pareció asociarse con un riesgo más bajo que la cerveza y el licor, dijeron los investigadores.
Se hallaron las mismas tendencias generales en las mujeres, pero no se pudo llegar a conclusiones firmes debido a la falta de significación estadística, apuntaron los autores del estudio.
Los expertos se alegraron del informe.
«Se trata de una contribución oportuna sobre uno de los factores de riesgo más importantes, o incluso el más importante, para la cirrosis hepática global, dado que nuestro conocimiento general sobre los patrones de bebida y la cirrosis del hígado son escasos y en parte contradictorios», comentó Jurgen Rehm, director de investigación social y epidemiológica del Centro de Adicciones y Salud Mental de Toronto.
Rehm, que no participó en el estudio, dijo que el informe «no solo amplía nuestro conocimiento, sino que también plantea preguntas para las investigaciones futuras». Pero «falta mucho para resolver la duda sobre los patrones de atracones de bebida y la mortalidad», añadió, y dijo que quizá haya diferencias genéticas u otros factores aún no descubiertos que podrían tener un rol.
Fuente: Noticias de Salud, MedlinePlus: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_150667.html
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