Celebra el Centro Nacional de Mínimo Acceso dos décadas dedicadas al tratamiento de enfermedades con cirugía poco invasiva.
Aquellos “momentos difíciles, de mucha entrega y dedicación, de luchar ante la duda y la resistencia al cambio, han valido la pena”, rememora el doctor en ciencias Julián Ruiz Torres, director del Centro Nacional de Mínimo Acceso (CNCMA).
Porque a 20 años de su creación —en 1994—, esta institución emblemática, “se ha ganado por su trabajo, y la experiencia individual y colectiva que ha logrado acumular en el manejo de las enfermedades por la vía del mínimo acceso, un espacio de reconocimiento dentro y fuera del país”.
Así quedó evidenciado en días recientes, cuando el CNCMA celebró su jornada científica XX aniversario como una puesta al día sobre los principales retos, realidades y perspectivas de la cirugía mínimamente invasiva en Cuba, los avances tecnológicos, la formación y capacitación de los recursos humanos en este tipo de procedimientos y su impacto en la salud y el bienestar de la población.
La cita integró en el debate a las especialidades de cirugía general, cirugía pediátrica, cirugía reconstructiva, gastroenterología, urología, ginecología, anestesiología, imagenología, enfermería, ortopedia y reumatología, otorrinolaringología y neurocirugía; y permitió mostrar los resultados de trabajo de cada una de ellas en estos años; así como establecer consensos basados en las más estrictas evidencias científicas, que sirvan de guías terapéuticas para el desarrollo sostenido de las mismas.
Un merecido homenaje recibieron los fundadores del CNCMA y pioneros de la cirugía mínimamente invasiva en el país, así como otras personas e instituciones cuya dedicación ha contribuido a la trayectoria de esta institución. Asimismo se le entregó el diploma de fundador a Fidel, “motor impulsor” de este centro, que existe hoy —en palabras de su director— gracias a su “visión de futuro”.
El Ministerio de Salud Pública también hizo llegar su reconocimiento a los trabajadores del CNCMA, por el prestigio que ha ganado dentro del sistema de salud pública cubana.
MIRANDO AL FUTURO
La introducción del mínimo acceso representó un cambio de pensamiento y paradigma, dice a Granma la doctora en ciencias Rosalba Roque González, profesora titular en cirugía general, y vicedirectora de docencia e investigación del CNCMA. “La cirugía sigue siendo cirugía, pero el modo de abordaje del paciente es el que cambia, respetándose más su integridad física”.
“Haber llegado a las dos décadas de vida de esta institución, nos permite recapitular el de- sarrollo que ha tenido desde ese núcleo fundador, cuyo objetivo fue concebir un trabajo multi e interdisciplinario desde el inicio, con especialidades como la gastroenterología, urología, cirugía, anestesiología, imagenología y enfermería”, subrayó la doctora Roque González.
Para ella, es imprescindible esta filosofía que ha defendido siempre el centro, porque “esta cirugía solo puede avanzar si tienes un apoyo de las enfermeras o anestesiólogos con experiencias sólidas, por ejemplo, lo cual conlleva al éxito final del acto quirúrgico. No se trata solamente del protagonismo del cirujano sino de los especialistas y todo el recurso humano que está en el salón en función del paciente, de que este tenga la menor morbilidad posible y la mejor calidad de vida. Las diez especialidades del CNCMA trabajamos muy relacionadas”, dijo.
Profesores de elevado prestigio y experiencia, y “un personal joven, inteligente y altamente capacitado, muestra de la entrega generacional que va sucediéndose”, son para el director de esta institución una de las mayores fortalezas del CNCMA, que convertido hoy en un centro de referencia, ha cumplido durante 20 años la misión que le encargara Fidel cuando confió a sus fundadores el futuro de la investigación y el desarrollo de novedosas técnicas.
“Ha existido siempre la voluntad política y el apoyo del Ministerio de Salud Pública, para la formación de recursos humanos de la institución, con el objetivo de la introducción, el de- sarrollo y la generalización de las especialidades y los procedimientos que pueden llevar a cabo todas estas técnicas quirúrgicas en el resto del país”, puntualizó la doctora Roque González.
Cuba cuenta con una red nacional de cirugía de mínimo acceso y una accesibilidad a estas técnicas que no tiene ninguna nación del tercer mundo. Organizada en 119 servicios distribuidos por todo el territorio nacional, la misma, hoy en proceso de revitalización para la reposición de su equipamiento, cuenta con profesionales capacitados para poder realizar procederes mínimamente invasivos básicos y algunos de avanzada; y tiene entre sus prioridades el desarrollo de cada una de las especialidades quirúrgicas, como parte de la política de avance en las técnicas de mínimo acceso en la Isla.
“El impacto social es evidente”, comenta la entrevistada. “Solo de ver que muchas veces el paciente operado en corto tiempo, apenas horas, ya está caminando y se siente bien. Se habla de que el costo es alto, porque la tecnología es de avanzada y por tanto cara, pero la calidad de vida equilibra cualquier costo. La inserción del paciente a la vida social, el alivio del dolor, ya son suficientes para que en la relación costo-beneficio, esta balanza se incline a favor de la calidad de vida”.
Y es en esta relación que el enfoque de interdisciplinariedad que defiende el CNCMA cobra vital importancia, al colocar al paciente, su salud y bienestar como centro de atención, puntualizó el doctor Ruiz Torres.
“Limitada solamente por la creación del instrumental para resolver los nuevos problemas que aparecen”, la cirugía de mínimo acceso constituye para este profesor, un paradigma de transición hacia procederes mucho más sofisticados, como la verdadera cirugía sin huella. “Hoy se realiza cirugía por orificios naturales o un solo puerto, que son ya procedimientos mucho más armónicos”, dice.
Las tendencias futuras en el mundo —explicó— nos hablan del desarrollo de la robótica y la realidad virtual; de la nanotecnología y sistemas mecánicos microeléctricos con capacidad de cálculo y comunicación; de la cirugía intracelular, o con sistemas guiados por ecoendoscopía para terapia genética y reparación de tejidos.
Cuba tiene el reto, sin desconocer sus limitaciones económicas y condición de país bloqueado y subdesarrollado, de aclimatarse a las nuevas tecnologías que en este campo van surgiendo. Profesionales de alto conocimiento y capacidad tenemos; capaces —como lo han demostrado los últimos veinte años— de defender y colocarse a la vanguardia de una cirugía que no es ya más la del futuro, sino la del presente.
Fuente: Periódico Granma: http://www.granma.cu/cuba/2014-11-23/dos-decadas-despues-vision-de-presente
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