“En el Instituto de Gastroenterología he pasado toda mi vida”

Ser testigo del infinito aplauso que le regalaron sus compañeros de trabajo a la doctora Myrna Quintero Díaz fue un apretón en la garganta y una emotiva sensación para quien luego tiene el placer de conversar con esta mujer, toda ejemplo de entrega a la medicina y a un centro que -como ella misma señala- al que le ha dedicado toda una vida y para bien. La doctora Myrna Quintero es de los primeros cuatro residentes de la especialidad de Gastroenterología entrenados en el país por el ya fallecido y eminente médico profesor Raimundo Llanio Navarro.“Desde tercer año de la carrera, en la asignatura de propedéutica clínica, tuve mi primer intercambio con el profesor Llanio y desde ese entonces supe que no quería ser otra cosa que su discípula. De manera que, orientada por su sentido de pertenencia con la profesión médica y su conocimiento, me convertí en una de las primeras residentes de la especialidad formadas en el propio instituto”.
Especialista de II grado de Gastroenterología, la doctora Myrna ha desarrollado una sólida carrera en el campo de la Medicina natural y tradicional en la propia institución. Especialista además de II grado de Medicina Natural y tradicional y Máster en Medicina Bioenergética y Natural, esta médico consagrada comienza a desandar estos caminos cuando por el año 1972 llegan a Cuba y al instituto un grupo de colaboradores de Bulgaria y Rusia; entre las funciones que realizan, crean un laboratorio de investigación preclínica para el estudio de las propiedades de las plantas medicinales para usarlas en el tratamiento de las enfermedades gastroenterológicas. “Yo pasé por la sala y fui jefa de endoscopia por mucho tiempo hasta el año 1972 que comienzo a trabajar en aquel laboratorio y profundizó en las propiedades de las plantas medicinales, específicamente en el estudio del romerillo y la sábila. Estudiamos sus beneficios en el tratamiento de la artritis y las úlceras (romerillo en este caso) y por otra parte las propiedades hepatoprotectoras del aloe (sábila)”. “Ya para ese tiempo decido quedarme en el área de la medicina natural y tradicional. En este campo he trabajado en la acupuntura y ramas afines, en el estudio de plantas medicinales y por último en la homeopatía”, agregó la doctora Quintero Díaz. “Todavía tenemos mucho por descubrir y aprender de la medicina tradicional, siempre, por supuesto, comprobando científicamente todo el tratamiento a usar con determinado paciente. Profundizar de una manera exhaustiva en la hoja de vida del enfermo va a constituir una garantía en el éxito de un tratamiento en determinadas dolencias crónicas”.

Autora: Lic. Johanna Pérez Martínez