2014 Archivos

El programa, puesto en marcha en el Hospital del Mar, genera además un ahorro en el coste por paciente de alrededor del 18%.

Hepatólogos del Hospital del Mar han desarrollado un Programa de Apoyo Multidisciplinar dirigido a pacientes con hepatitis C crónica que ha logrado aumentar en un 16% la adherencia al tratamiento. La evaluación de esta nueva estrategia de abordaje de la enfermedad se publica en Journal of Hepatology.

El Programa de Apoyo Multidisciplinar desarrollado en el Hospital del Mar fue llevado a cabo por dos hepatólogos, dos enfermeras, un farmacéutico, un psicólogo, un psiquiatra y apoyo administrativo. Las enfermeras y los hepatólogos proporcionaron información a los pacientes sobre la epidemiologia de la Hepatitis C, su evolución, diagnóstico y seguimiento, así como el tratamiento antiviral. El farmacéutico reforzó las instrucciones de los medicamentos y promovió la adherencia al tratamiento, y el psicólogo y el psiquiatra permitieron la detección termprana y el tratamiento eficaz de los trastornos psiquiátricos asociados.

«Lamentablemente, las características del tratamiento y las comorbilidades psiquiátricas son comunes en pacientes con hepatitis C y esto condiciona su adherencia al mismo, su resultado y la evolución de la enfermedad. Por ello es importante desarrollar programas específicos que eviten estos condicionantes a la efectividad del tratamiento» explica Ricard Solà, responsable del área de Hepatología del Hospital del Mar e impulsor del proyecto.

Ahorro en el coste por paciente

Según Solà, la información aportada a los pacientes acerca de la importancia del buen cumplimiento del tratamiento, así como la vigilancia estricta del equipo de apoyo multidisciplinario durante el proceso han sido los factores claves para el éxito del programa. Asimismo, añade, se ha comprobado que la utilización del Programa de Apoyo Multidisciplinar ha sido eficiente también económicamente, a nivel de coste-eficacia. Los pacientes con genotipo 1 incluidos en el programa alcanzaron la curación en el 62,5% de los casos, un 14,5% más que los tratados de forma convencional. El coste por paciente fue de 13.319 euros en el grupo multidisciplinar y de 16.184 euros en el grupo control. Además, el grupo de apoyo multidisciplinar logró un aumento significativo de los años de vida ajustados por calidad (AVAC) de 16,3 AVAC respecto a 15,8 AVAC en los controles.

«Los resultados demuestran que la aplicación de un programa de este tipo puede ayudar a individualizar el tratamiento, mejorar el manejo de los efectos secundarios así como la identificación de los factores de riesgo. Además, creemos que los buenos resultados obtenidos avalan el coste-efectividad y en definitiva, la utilidad de un Programa de Apoyo Multidisciplinar también en otras patologías con características parecidas», concluye el Dr.Solà.

Fuente: JANO.es · 13 Marzo 2014

uvsinfomeditoLa Junta Directiva de la Sociedad Cubana de Gastroenterología convoca a todos los interesados a participar en sesión científica a celebrarse el próximo miércoles 26 de marzo de 2014, a partir de las 09:00 horas, en el salón de conferencias del Hospital Clínico-quirúrgico «Hermanos Ameijeiras». El tema a tratar está relacionado con el cuidado y conservación de los endoscopios y será desarrollado por los especialistas del Centro Nacional de Ingeniería Clínica.

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higadoLo que los profesionales de atención primaria necesitan saber sobre el carcinoma hepatocelular

Autor: Dureja Agarwal P. Fuente: Clinical Liver Disease. Suplemento especial en Español 1. 2013; 2 (S4): S1–S3.

El carcinoma hepatocelular (CHC) es un problema de salud en todo el mundo, con una incidencia cada vez mayor en Estados Unidos. Hasta hace poco tiempo, era siempre una enfermedad mortal. En el siglo XXI se ha producido un cambio importante en el manejo del CHC, que hoy en día es un cáncer potencialmente curable si se detecta de forma precoz. Para minimizar la mortalidad relacionada con la enfermedad es imprescindible que los profesionales que atienden a los pacientes de riesgo realicen una vigilancia continuado, evalúen cuidadosamente las lesiones detectadas en las pruebas de tamizaje y elijan la terapia más apropiada según el estadío de la enfermedad. Estos son los elementos que se revisan el el presenta ertículo.

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tuboInflammatory bowel disease: An increased risk factor for neurologic complications

Autor: Morí G. Fuente: World J Gastroenterol. 2014; 20(5): 1228–1237.

En el paciente con enfermedad inflamatoria del intestino pueden ocurrir complicaciones neurológicas como la enfermedad cerebrovascular, neuropatías periféricas o enfermedades desmielinizantes, presumiblemente relacionadas con fenómenos autoinmunes o protrombóticos. También se han descrito en casos que reciben tratamiento con los inhibidores del factor de necrosis tumoral. Los autores de este trabajo consideran que, aunque estos fenómenos son de aparición infrecuente, los médicos asistenciales deben conocerlos para identificarlos adecuadamente e instaurar un tratamiento precoz, para evitar la mortalidad por estas causas.

El estudio concluye que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca asociadas a la EHM.

Investigadores del Instituto de Investigación del Clínico (Incliva), dirigidos por la doctora Carmina Montoliu, han diseñado un método para detectar la encefalopatía hepática mínima o deterioro cognitivo a través de la resonancia cerebral. El hallazgo ha sido publicado en GUT.

Según ha informado la Generalitat en un comunicado, la investigación ha sido codirigida por el doctor Vicente Felipo, del Centro de Investigación Príncipe Felipe, y se ha realizado en colaboración con el Hospital Clínico Universitario, el Hospital Arnau de Vilanova, ambos de Valencia, la Universidad Jaume I de Castellón y la Fundación ERESA.

La encefalopatía hepática mínima (EHM) es la fase inicial de la encefalopatía hepática y sus síntomas no son evidentes, por lo que es necesario realizar estudios específicos para detectarla. En España la padecen, en algún grado, unas 200.000 personas y más de 12.000 fallecen cada año como consecuencia de las afecciones hepáticas.

Según la doctora Montoliu, durante la primera fase hay un leve deterioro cognitivo, déficit de atención, alteraciones en la personalidad, la actividad y la coordinación motoras, que van progresando y que finalmente afectan a la calidad de vida y a la capacidad para realizar tareas cotidianas. Por ello, es importante detectar la enfermedad en sus estadios iniciales para poder prevenirla, «ya que si no se diagnostica a tiempo, cuando los síntomas ya son muy evidentes éstos pueden conducir al coma y a la muerte». Actualmente, la detección de la encefalopatía hepática mínima se realiza mediante tests psicométricos, que requieren bastante tiempo.

La doctora Montoliu y sus colaboradores han detectado, mediante resonancia magnética cerebral, que los pacientes con EHM tienen afectada la sustancia blanca cerebral. Utilizando una técnica denominada tensor de difusión, han analizado la integridad de los tractos neuronales del cerebro, las conexiones nerviosas intracerebrales, que constituyen la sustancia blanca cerebral, y los resultados permiten concluir que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca cerebral asociadas a la EHM que reflejarían la presencia de una integridad estructural reducida.

«La sustancia o materia blanca es una parte del sistema nervioso central compuesto por fibras nerviosas, que son como conexiones eléctricas que comunican las neuronas entre sí y los centros nerviosos con todos los órganos del cuerpo. Podemos decir que en los pacientes con EHM fallan estas conexiones», ha explicado la Dra. Montoliu.

Elevada prevalencia

La encefalopatía hepática se produce cuando el hígado deja de realizar su función y, como consecuencia, las toxinas se acumulan, llegan al cerebro y alteran la función cerebral, provocando daños como alteraciones en la personalidad, la función cognitiva, la actividad y coordinación motoras y el nivel de conciencia.

Entre un 33 y un 50% de los pacientes con cirrosis hepática sin síntomas evidentes de encefalopatía hepática clínica presentan encefalopatía hepática mínima. La encefalopatía hepática mínima es la fase incipiente de la encefalopatía hepática, que puede conducir al coma hepático y a la muerte, salvo trasplante.
Fuente: Jano Online

Una prueba de ADN en heces podría servir en el cribado del cáncer colorrectal (CCR). Los resultados de un ensayo sobre esta prueba no invasiva emulan la eficacia de la colonoscopia. Una prueba de ADNen heces podría servir en el cribado del cáncer colorrectal (CCR). Los resultados de un ensayo sobre esta prueba no invasiva emulan la eficacia de la colonoscopia, el método de análisis de referencia para este cáncer. El estudio, que se publica en la edición electrónica de The New England Journal of Medicine, concluye que la prueba de ADN en heces detecta el CCR con una sensibilidad del 92,3 por ciento, un 20 por ciento más (73,8 por ciento) que con la prueba inmunohistoquímica fecal. Además, la prueba de ADN fecal consigue una sensibilidad del 94 por ciento en las fases iniciales (más susceptibles de curarse) del cáncer: los estadios I y II. La prueba, llamada Cologuard, analiza las huellas de ADN que el cáncer o las lesiones precancerosas dejan en las deposiciones; las muestras se recogen sin necesidad de una preparación intestinal previa ni de cambios en los hábitos alimentarios; de hecho, el análisis puede realizarse con muestras enviadas por correo. El test está desarrollado y patentado por Exact Sciences, pero no cuenta todavía con la luz verde para su comercialización de la agencia reguladora estadounidense FDA. Triple análisis El estudio Deep-C está coordinado por David  Ahlquist, gastroenterólogo de la Clínica Mayo y uno de los inventores del Cologuard, y por Thomas Imperiale, profesor de Medicina en la Universidad de Indiana. En total, se incluyeron 10.000 individuos con entre 50 y 85 años de 90 centros en Estados Unidos y Canadá. Además de la prueba de ADN, se les realizó la de sangre oculta en heces y una colonoscopia. «Las tasas de detección con el test Cologuard del cáncer en estadios precoces y de pólipos precancerosos de alto riesgo validadas en este amplio estudio fueron espectaculares y no se han obtenido con otros métodos no invasivos», afirma Ahlquist. «Esperamos que la precisión y la facilidad de uso del test ampliará la eficacia del cribado y contribuirá a frenar los índices de cáncer colorrectal de la misma forma que ha ocurrido con la citología en la detección del cáncer de cérvix». Según Imperiale, el hallazgo más importante de este estudio es «la alta sensibilidad de Cologuard para detectar el cáncer colorrectal en un estadio curable, lo que representa la sensibilidad más alta obtenida por una prueba no invasiva». En un editorial al respecto en New England, se matiza que antes de determinar el papel de este test en el cribado del CCR habría que revisar algunos factores, como la baja especificidad y el elevado coste de la prueba, comparado con el del test de sangre oculta. Fuente: Diario Médico

El 6 por ciento de los pacientes que no tenían ningún problema de salud después del procedimiento contrajeron cáncer de colon entre 3 y 5 años después, halló un estudio.

El cáncer colorrectal pasa inadvertido en aproximadamente el 6 por ciento de las colonoscopias, según un estudio nuevo.

«No solo vimos que la colonoscopia no es perfecta, sino que descubrimos una serie de factores asociados con estos cánceres ‘no detectados'», comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Utah el autor principal del estudio, el Dr. Jewel Samadder, del Instituto Oncológico Huntsman de la universidad.

«Tendían a aparecer en pacientes mayores de 65 años, en pacientes con antecedentes médicos de cáncer colorrectal y en pacientes a los que se habían encontrado anteriormente pólipos», indicó.

Una colonoscopia implica insertar un tubo fino con una cámara por el recto para comprobar si hay alguna señal de cáncer o de pólipos precancerosos en el intestino.

Los investigadores analizaron los datos de los pacientes que se sometieron a colonoscopias entre 1995 y 2009. Aproximadamente al 6 por ciento de los pacientes a quienes no se encontró nada después de una colonoscopia se les diagnosticó un cáncer colorrectal entre 3 y 5 años después.

Estos cánceres podrían haber pasado desapercibidos durante la colonoscopia o se podrían haber desarrollado rápidamente entre una colonoscopia y otra, según el estudio, publicado en línea el 20 de marzo en la revista Gastroenterology.

Las colonoscopias para la evaluación del cáncer colorrectal deberían realizarse cada 10 años para las personas de a partir de 50 años de edad en la población general, y cada 5 años para los que tengan un riesgo más alto, según los expertos.

Los investigadores también hallaron que muchos de los cánceres que pasaron desapercibidos se produjeron en el lado derecho del colon, que está en el extremo del alcance del colonoscopio.

«Lo primero que pensamos fue que quizá los médicos no vieron todo el colon, o que la preparación del procedimiento no fue completa, lo que dificultaría su visión», indicó Samadder. «Sin embargo, los expedientes médicos de los pacientes con cánceres que pasaron desapercibidos mostraron que rara vez se produjeron estos problemas».

Los cánceres situados en el lado derecho del colon son a menudo diferentes biológicamente que los de otras partes del colon, ya que aparecen a partir de diferentes tipos de pólipos, explicó Samadder. «Estos tipos de pólipos son más planos y crecen más rápidamente, lo que podría explicar por qué no se ven durante la colonoscopia, además de cómo pudo desarrollarse un cáncer aunque los pólipos no fueran visibles», señaló.

La tasa de cánceres colorrectales que no se detectaron durante las colonoscopias de este estudio es ligeramente más baja que la que se halló en estudios parecidos realizados en Canadá y en Alemania.

«Solo si comprendemos las limitaciones de la colonoscopia podremos mejorar su uso y la capacidad de detectar pólipos, y con ello reducir los casos de cáncer colorrectal», añadió Samadder.

Fuente: Noticias de salud, MedlinePlus.

Enfoque diagnóstico de la hipertensión portal.
La hipertensión portal es un síndrome clínico que se caracteriza por esplenomegalia, ascitis, varices gastrointestinales y encefalopatía, y que se define por un gradiente de presión venosa hepática (HVPG) mayor de 5 mm Hg a 5 mm Hg. La hipertensión portal es la principal causa de complicaciones graves y muerte en pacientes con cirrosis, pero también aparece en ausencia de cirrosis, y denomina «hipertensión portal no cirrótica» (HPNC). Tanto en la hipertensión portal cirrótica como en la no cirrótica, el objetivo es diagnosticar y caracterizar su gravedad a fin de minimizar las complicaciones, potencialmente graves y mortales. El objetivo de esta revisión es ofrecer una descripción general sobre el enfoque diagnóstico de la hipertensión portal. Sin embargo, para entender el diagnóstico y el manejo de este síndrome, es fundamental conocer la fisiopatología subyacente y sus rasgos etiológicos.

cancerprecozEl pronóstico de paciente con cáncer gástrico está relacionado de forma muy estrecha con su estadio. Con la detección precoz es posible la curación del mismo. La endoscopía digestiva, tanto con luz blanca como con técnicas de realce de imágenes, juega un importante papel en el disgnóstico y en la terapéutica. En el artículo The Current State of Diagnosis and Treatment for Early Gastric Cancer, publicado en la revista electrónica Diagnostic and Therapeutic Endoscopy (volumen correspondiente al año 2013), los autores (Tomoyuki Yada, Chizu Yokoi y Naomi Uemura) realizan una revisión del tema, que incluye las nuevas técnicas endoscópicas como las disecciones mucosa y submucosa y sus resultados.

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