marzo 2014 Archivos

El estudio concluye que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca asociadas a la EHM.

Investigadores del Instituto de Investigación del Clínico (Incliva), dirigidos por la doctora Carmina Montoliu, han diseñado un método para detectar la encefalopatía hepática mínima o deterioro cognitivo a través de la resonancia cerebral. El hallazgo ha sido publicado en GUT.

Según ha informado la Generalitat en un comunicado, la investigación ha sido codirigida por el doctor Vicente Felipo, del Centro de Investigación Príncipe Felipe, y se ha realizado en colaboración con el Hospital Clínico Universitario, el Hospital Arnau de Vilanova, ambos de Valencia, la Universidad Jaume I de Castellón y la Fundación ERESA.

La encefalopatía hepática mínima (EHM) es la fase inicial de la encefalopatía hepática y sus síntomas no son evidentes, por lo que es necesario realizar estudios específicos para detectarla. En España la padecen, en algún grado, unas 200.000 personas y más de 12.000 fallecen cada año como consecuencia de las afecciones hepáticas.

Según la doctora Montoliu, durante la primera fase hay un leve deterioro cognitivo, déficit de atención, alteraciones en la personalidad, la actividad y la coordinación motoras, que van progresando y que finalmente afectan a la calidad de vida y a la capacidad para realizar tareas cotidianas. Por ello, es importante detectar la enfermedad en sus estadios iniciales para poder prevenirla, «ya que si no se diagnostica a tiempo, cuando los síntomas ya son muy evidentes éstos pueden conducir al coma y a la muerte». Actualmente, la detección de la encefalopatía hepática mínima se realiza mediante tests psicométricos, que requieren bastante tiempo.

La doctora Montoliu y sus colaboradores han detectado, mediante resonancia magnética cerebral, que los pacientes con EHM tienen afectada la sustancia blanca cerebral. Utilizando una técnica denominada tensor de difusión, han analizado la integridad de los tractos neuronales del cerebro, las conexiones nerviosas intracerebrales, que constituyen la sustancia blanca cerebral, y los resultados permiten concluir que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca cerebral asociadas a la EHM que reflejarían la presencia de una integridad estructural reducida.

«La sustancia o materia blanca es una parte del sistema nervioso central compuesto por fibras nerviosas, que son como conexiones eléctricas que comunican las neuronas entre sí y los centros nerviosos con todos los órganos del cuerpo. Podemos decir que en los pacientes con EHM fallan estas conexiones», ha explicado la Dra. Montoliu.

Elevada prevalencia

La encefalopatía hepática se produce cuando el hígado deja de realizar su función y, como consecuencia, las toxinas se acumulan, llegan al cerebro y alteran la función cerebral, provocando daños como alteraciones en la personalidad, la función cognitiva, la actividad y coordinación motoras y el nivel de conciencia.

Entre un 33 y un 50% de los pacientes con cirrosis hepática sin síntomas evidentes de encefalopatía hepática clínica presentan encefalopatía hepática mínima. La encefalopatía hepática mínima es la fase incipiente de la encefalopatía hepática, que puede conducir al coma hepático y a la muerte, salvo trasplante.
Fuente: Jano Online

Una prueba de ADN en heces podría servir en el cribado del cáncer colorrectal (CCR). Los resultados de un ensayo sobre esta prueba no invasiva emulan la eficacia de la colonoscopia. Una prueba de ADNen heces podría servir en el cribado del cáncer colorrectal (CCR). Los resultados de un ensayo sobre esta prueba no invasiva emulan la eficacia de la colonoscopia, el método de análisis de referencia para este cáncer. El estudio, que se publica en la edición electrónica de The New England Journal of Medicine, concluye que la prueba de ADN en heces detecta el CCR con una sensibilidad del 92,3 por ciento, un 20 por ciento más (73,8 por ciento) que con la prueba inmunohistoquímica fecal. Además, la prueba de ADN fecal consigue una sensibilidad del 94 por ciento en las fases iniciales (más susceptibles de curarse) del cáncer: los estadios I y II. La prueba, llamada Cologuard, analiza las huellas de ADN que el cáncer o las lesiones precancerosas dejan en las deposiciones; las muestras se recogen sin necesidad de una preparación intestinal previa ni de cambios en los hábitos alimentarios; de hecho, el análisis puede realizarse con muestras enviadas por correo. El test está desarrollado y patentado por Exact Sciences, pero no cuenta todavía con la luz verde para su comercialización de la agencia reguladora estadounidense FDA. Triple análisis El estudio Deep-C está coordinado por David  Ahlquist, gastroenterólogo de la Clínica Mayo y uno de los inventores del Cologuard, y por Thomas Imperiale, profesor de Medicina en la Universidad de Indiana. En total, se incluyeron 10.000 individuos con entre 50 y 85 años de 90 centros en Estados Unidos y Canadá. Además de la prueba de ADN, se les realizó la de sangre oculta en heces y una colonoscopia. «Las tasas de detección con el test Cologuard del cáncer en estadios precoces y de pólipos precancerosos de alto riesgo validadas en este amplio estudio fueron espectaculares y no se han obtenido con otros métodos no invasivos», afirma Ahlquist. «Esperamos que la precisión y la facilidad de uso del test ampliará la eficacia del cribado y contribuirá a frenar los índices de cáncer colorrectal de la misma forma que ha ocurrido con la citología en la detección del cáncer de cérvix». Según Imperiale, el hallazgo más importante de este estudio es «la alta sensibilidad de Cologuard para detectar el cáncer colorrectal en un estadio curable, lo que representa la sensibilidad más alta obtenida por una prueba no invasiva». En un editorial al respecto en New England, se matiza que antes de determinar el papel de este test en el cribado del CCR habría que revisar algunos factores, como la baja especificidad y el elevado coste de la prueba, comparado con el del test de sangre oculta. Fuente: Diario Médico

El 6 por ciento de los pacientes que no tenían ningún problema de salud después del procedimiento contrajeron cáncer de colon entre 3 y 5 años después, halló un estudio.

El cáncer colorrectal pasa inadvertido en aproximadamente el 6 por ciento de las colonoscopias, según un estudio nuevo.

«No solo vimos que la colonoscopia no es perfecta, sino que descubrimos una serie de factores asociados con estos cánceres ‘no detectados'», comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Utah el autor principal del estudio, el Dr. Jewel Samadder, del Instituto Oncológico Huntsman de la universidad.

«Tendían a aparecer en pacientes mayores de 65 años, en pacientes con antecedentes médicos de cáncer colorrectal y en pacientes a los que se habían encontrado anteriormente pólipos», indicó.

Una colonoscopia implica insertar un tubo fino con una cámara por el recto para comprobar si hay alguna señal de cáncer o de pólipos precancerosos en el intestino.

Los investigadores analizaron los datos de los pacientes que se sometieron a colonoscopias entre 1995 y 2009. Aproximadamente al 6 por ciento de los pacientes a quienes no se encontró nada después de una colonoscopia se les diagnosticó un cáncer colorrectal entre 3 y 5 años después.

Estos cánceres podrían haber pasado desapercibidos durante la colonoscopia o se podrían haber desarrollado rápidamente entre una colonoscopia y otra, según el estudio, publicado en línea el 20 de marzo en la revista Gastroenterology.

Las colonoscopias para la evaluación del cáncer colorrectal deberían realizarse cada 10 años para las personas de a partir de 50 años de edad en la población general, y cada 5 años para los que tengan un riesgo más alto, según los expertos.

Los investigadores también hallaron que muchos de los cánceres que pasaron desapercibidos se produjeron en el lado derecho del colon, que está en el extremo del alcance del colonoscopio.

«Lo primero que pensamos fue que quizá los médicos no vieron todo el colon, o que la preparación del procedimiento no fue completa, lo que dificultaría su visión», indicó Samadder. «Sin embargo, los expedientes médicos de los pacientes con cánceres que pasaron desapercibidos mostraron que rara vez se produjeron estos problemas».

Los cánceres situados en el lado derecho del colon son a menudo diferentes biológicamente que los de otras partes del colon, ya que aparecen a partir de diferentes tipos de pólipos, explicó Samadder. «Estos tipos de pólipos son más planos y crecen más rápidamente, lo que podría explicar por qué no se ven durante la colonoscopia, además de cómo pudo desarrollarse un cáncer aunque los pólipos no fueran visibles», señaló.

La tasa de cánceres colorrectales que no se detectaron durante las colonoscopias de este estudio es ligeramente más baja que la que se halló en estudios parecidos realizados en Canadá y en Alemania.

«Solo si comprendemos las limitaciones de la colonoscopia podremos mejorar su uso y la capacidad de detectar pólipos, y con ello reducir los casos de cáncer colorrectal», añadió Samadder.

Fuente: Noticias de salud, MedlinePlus.

Enfoque diagnóstico de la hipertensión portal.
La hipertensión portal es un síndrome clínico que se caracteriza por esplenomegalia, ascitis, varices gastrointestinales y encefalopatía, y que se define por un gradiente de presión venosa hepática (HVPG) mayor de 5 mm Hg a 5 mm Hg. La hipertensión portal es la principal causa de complicaciones graves y muerte en pacientes con cirrosis, pero también aparece en ausencia de cirrosis, y denomina «hipertensión portal no cirrótica» (HPNC). Tanto en la hipertensión portal cirrótica como en la no cirrótica, el objetivo es diagnosticar y caracterizar su gravedad a fin de minimizar las complicaciones, potencialmente graves y mortales. El objetivo de esta revisión es ofrecer una descripción general sobre el enfoque diagnóstico de la hipertensión portal. Sin embargo, para entender el diagnóstico y el manejo de este síndrome, es fundamental conocer la fisiopatología subyacente y sus rasgos etiológicos.

cancerprecozEl pronóstico de paciente con cáncer gástrico está relacionado de forma muy estrecha con su estadio. Con la detección precoz es posible la curación del mismo. La endoscopía digestiva, tanto con luz blanca como con técnicas de realce de imágenes, juega un importante papel en el disgnóstico y en la terapéutica. En el artículo The Current State of Diagnosis and Treatment for Early Gastric Cancer, publicado en la revista electrónica Diagnostic and Therapeutic Endoscopy (volumen correspondiente al año 2013), los autores (Tomoyuki Yada, Chizu Yokoi y Naomi Uemura) realizan una revisión del tema, que incluye las nuevas técnicas endoscópicas como las disecciones mucosa y submucosa y sus resultados.

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