diciembre 2013 Archivos

vacuna-150x125Tratamiento actual de la hepatitis B: ¿dónde encajan los nuevos análogos de los núcleos(t)idos?

Autores: Fuentes Olmo, J. Uribarrena Amézaga, R. Fuente: Gastroenterología y Hepatología. 2011; 34 (7).

La aparición de los análogos de nucleós(t)idos ha sido uno de los avances más importantes en el tratamiento de la hepatitis crónica por infección del virus de la hepatitis B. Los primeros antivirales empleados presentaban una eficacia limitada por la tasa de resistencias elevada pero en los últimos años han aparecido nuevas moléculas (tenofovir, entecavir) con mayor potencia antiviral y menor tasa de resistencias, y por ello las guías clínicas más actuales los consideran de primera elección. No obstante, el interferón todavía puede tener un papel relevante en el tratamiento de la hepatitis B en pacientes seleccionados. Además, en determinadas circunstancias como la insuficiencia renal, el embarazo o la inmunodepresión no se ha definido con exactitud el papel de los nuevos antivirales orales. En esta revisión se analizan estos aspectos, así como algunas peculiaridades del manejo de los pacientes tratados con análogos de nucleós(t)idos.

Artículos de autores cubanos publicados en nuestras revistas médicas nacionales:

angiodisplasiaReview article: gastrointestinal angiodysplasia – pathogenesis, diagnosis and management.

Autores: S. S. Sami, S. A. Al-Araji, K. Ragunath. Publicado en: Al Pharmacol Ther. 2013; 39(1):15-34.

Un artículo dirigido a proporcionar un resumen completo y actualizado de la literatura sobre el tema, con una atención particular a la patogenia así como modalidades diagnósticas y terapéuticas actuales y emergentes. Las recomendaciones para el tratamiento se hacen sobre la base de las pruebas disponibles y la opinión de consenso de los autores.

Las probabilidades de que la diverticulosis se convierta en un trastorno grave son más bajas de lo que se pensaba.

Investigaciones previas habían concluido que hasta una cuarta parte de las personas con diverticulosis contraerán una infección dolorosa y a veces grave conocida como diverticulitis. Pero este nuevo estudio de quince años de duración muestra que el riesgo es en realidad de apenas más o menos un 1 por ciento en un periodo de siete años.

«Esas bolsas en el colon se detectan comúnmente en las colonoscopias, y los pacientes se preguntan si son importantes y qué hacer al respecto», comentó el autor principal del estudio, el Dr. Brennan Spiegel, profesor asociado de medicina de la Universidad de California, en Los Ángeles. «En resumen, la diverticulosis no es algo de lo que haya que preocuparse mucho. Hay pocas probabilidades de que suceda algo», dijo Spiegel en un comunicado de prensa de la universidad.
El equipo de la UCLA también halló que las personas diagnosticadas con diverticulosis a una edad más temprana son más propensas a contraer diverticulitis que las diagnosticadas a una edad mayor.
El estudio incluyó a más de 2,200 pacientes de diverticulosis a quienes se dio un seguimiento de unos siete años. De esos pacientes, alrededor del 4 por ciento contrajeron diverticulitis según una definición liberal de la afección. Pero apenas el 1 por ciento contrajeron una diverticulitis que cumpliera con una definición estricta de la afección.

Y aunque las personas que fueron diagnosticadas con diverticulosis a una edad más temprana eran más propensas a contraer diverticulitis, su riesgo ni siquiera se acercaba al 25 por ciento mencionado anteriormente, según el estudio que aparece en la edición de diciembre de la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology.
La mayoría de personas contraen diverticulosis a medida que envejecen. Más de la mitad de las personas mayores de 60 y dos tercios de las mayores de 70 sufren de la afección, pero en general no provoca ningún problema. Si un paciente contrae diverticulitis, los médicos por lo general tratan la afección con antibióticos. En los casos graves, se podría necesitar cirugía.

Fuente: MedlinePlus.

Usar durante dos años o más inhibidores de la bomba de protones y antagonistas de los receptores de histamina 2 se asocia con la deficiencia de vitamina B12.

Según un estudio publicado en JAMA, usar durante dos años o más inhibidores de la bomba de protones (IBP) y antagonistas de los receptores de histamina 2 (ARH2), ambos inhibidores de la secreción de ácido gástrico, se asocia con un nuevo diagnóstico posterior de la deficiencia de vitamina B12.

De acuerdo con el artículo, «la deficiencia de vitamina B12 es relativamente común, especialmente entre los adultos mayores. Tiene complicaciones médicas potencialmente muy graves. Si la deficiencia de vitamina B12 no tratada se deja sin diagnosticar puede conducir a la demencia, al daño neurológico, a la anemia y otras complicaciones que pueden ser irreversibles». Inhibidores de la bomba de protones y antagonistas de los receptores de histamina 2 suprimen la producción de ácido gástrico, lo que puede conducir a la malabsorción de la vitamina B12. Sin embargo, existen pocos datos acerca de cualquier forma de asociación entre la exposición a largo plazo a estos medicamentos y la deficiencia de la vitamina B12.

Un equipo de Kaiser Permanente, en  California, evaluó la relación entre el consumo de medicamentos de prescripción de supresores del ácido y la deficiencia de vitamina B12 en una parte de la población de Kaiser Permanente Northern California. Los investigadores identificaron a 25.956 pacientes con nuevos diagnósticos de deficiencia de vitamina B12 entre enero de 1997 y junio de 2011, y a 184.199 pacientes sin deficiencia de B12. Compararon su exposición a los inhibidores de ácido a través de bases de datos de la receta electrónica, de laboratorio y de diagnóstico.

La duración de 2 o más años de suministro de los IBP y los ARH2 se asoció con un mayor riesgo de deficiencia de vitamina B12. Ingerir más cantidad de 1,5 pastillas al día tuvo mayor asociación con la deficiencia de vitamina B12 que los que tomaron cantidades de menos de 0,75 pastillas al día.

Los investigadores encontraron que la magnitud de la asociación fue más fuerte en las mujeres y en los grupos de edad más jóvenes, con la supresión del ácido más potente,  y que la asociación se redujo después de la interrupción de su uso. No hubo una tendencia significativa con el aumento de la duración del consumo.

Fuente: Diario Médico

Se revela que un complejo mecanismo estomacal, que regula la producción de grelina, inhibe el apetito y podría ser modulada farmacológicamente.

Especialistas del Instituto de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) del grupo dirigido, desde Santiago de Compostela, por Felipe F. Casanueva, han descubierto, tras un estudio realizado en roedores, la existencia de un complejo mecanismo en el estómago que regula la producción de grelina (la conocida como hormona del hambre), inhibe el apetito y puede ser modulada farmacológicamente mediante el uso de derivados del sistema canabinoide endógeno.

El trabajo supone un nuevo paso dentro de la línea de investigación seguida por este grupo desde hace años y centrada en el papel del estómago como órgano endocrino capaz de regular el apetito. Pone de manifiesto la relevancia de la comunicación gástrica?cerebral como vía esencial de regulación del peso.

La investigación, publicada en el último número de PLoS One, ha sido dirigida por Luisa María Seoane, y ha contado con la colaboración del equipo de Uberto Pagotto, de la Universidad de Bolonia, y líder mundial de investigación en canabinoides.

El trabajo demuestra cómo el tratamiento con compuestos derivados del sistema canabinoide, concretamente el rimonabant, bloquea los receptores canabinoides CB1 en el estómago, lo que es interpretado por sensores presentes en las células gástricas como una señal de saciedad al cerebro que responde disminuyendo la ingesta.

Un viejo conocido
El rimonabant es un viejo conocido comercializado en el año 2006 como una prometedora terapia contra la obesidad por presentar un potente efecto reductor del apetito. En 2008 fue retirado del mercado por sus efectos adversos a nivel central, ya que algunos pacientes presentaban episodios de depresión asociados a su uso. «A pesar de la polémica que desató la retirada del fármaco, el trabajo que ahora publicamos reabre la puerta a nuevas terapias con derivados canabinoides en la batalla contra la obesidad».

Precisamente el nuevo mecanismo encontrado demuestra un efecto beneficioso de este medicamento sobre el control del peso corporal y propone que el desarrollo de fármacos de características similares, con acción exclusiva sobre el estómago, «podría evitar efectos adversos en el sistema nervioso central».

Fuente: Diario Médico.

El procedimiento ‘Apollo’, que se realiza de forma transoral, ya ha sido aplicado a 16 pacientes españoles.
La cirugía de reducción de estómago cuenta desde hace poco más de un año con una técnica que sigue la estela de las intervenciones mínimamente invasivas. Se trata del método Apollo, que permite realizar la gastroplastia en manga con abordaje transoral. Este procedimiento endoscópico dura en torno a una hora y el paciente recibe el alta en menos de 24 horas.

La primera paciente española -y de Europa- fue intervenida hace seis meses y, desde entonces, la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del hospital HM Universitario Sanchinarro, que dirige Gontrand López-Nava, ha puesto en práctica el nuevo método en otros 15 individuos. En todo el mundo se ha intervenido a unos 100 pacientes. El especialista reconoce que aún es pronto para aventurar resultados a largo plazo, pero la seguridad de la técnica pronostica su rápida expansión. De momento, la intención es «comprobar cómo es la curva de aprendizaje».

Manuel Galvao, pionero en endoscopia de la obesidad y especialista del Gastro-Obeso Center, en Sao Paulo (Brasil), ha acompañado a López-Nava en la presentación del sistema Apollo en España. Este experto ha corroborado que «todavía no se sabe cuál es la duración de los resultados de este método», y ha añadido que, en todo caso, «la obesidad no tiene cura; tiene control».

López-Nava ha resumido el procedimiento: «Una vez introducido el endoscopio a través de la boca, se suturan las paredes del estómago desde el interior». Se realizan «de siete a diez suturas endoscópicas uniendo las paredes gástricas para reducir el volumen disponible para la ingesta».

Postoperatorio
El especialista en obesidad ha destacado la práctica eliminación de complicaciones de carácter alérgico, ya que la sutura es de polidioxanona y todo el sistema se encuentra libre de látex. Además, el método se caracteriza por presentar un dolor postoperatorio limitado, que se añade a la rápida recuperación.

El especialista ha hecho hincapié en que este método constituye «una ayuda al cambio de hábitos» y que no servirá de nada sin «apoyo nutricional, psicológico y deportivo». En este sentido, ha recordado el mensaje que se debe transmitir al paciente: Tienes el estómago suturado, pero te queda lo más difícil.

Hoy por hoy, Apollo se emplea para tratar a individuos con una obesidad que no sea excesivamente mórbida. También está indicado en pacientes a los que ya se sometió a gastroplastia tradicional pero sus estómagos se empiezan a dilatar. «En esos pacientes, hasta ahora, no podíamos hacer nada; no les podíamos volver a operar», ha apostillado el experto.

López-Nava cree que la ausencia de incisiones animará a muchas más personas a optar por la reducción de estómago. «Hay que resolver la obesidad de forma mínimamente invasiva porque actualmente el 99 por ciento de pacientes susceptibles a la cirugía no se tratan», ha señalado. En el caso de la gastroplastia, sólo se operan el 5 por ciento de los que podrían beneficiarse de ella, porcentaje que se reduce al 1 por ciento en el caso de las cirugías metabólicas destinadas a provocar una malabsorción de los alimentos.

Desde 2003 existe un sistema mínimamente invasivo: el balón intragástrico. «Ya hay unos nueve tipos de balones. Los pacientes adelgazan y se obtienen buenos resultados, pero en muchos casos duran lo que dura el balón: entre seis meses y un año. Ahí es cuando se hace necesario suturar el estómago», ha recalcado.

Fuente: Diario Médica

La prueba Se-SeHCAT permite diagnosticar de manera rápida la malabsorción de las sales biliares que provoca diarrea crónica.

Entre un 3 y un 5 por ciento de la población española sufre diarrea crónica y la malabsorción de sales biliares afecta al 50 por ciento de los casos de esta patología. El diagnóstico precoz y preciso de las causas de diarrea crónica es fundamental para realizar el tratamiento más adecuado. «La diarrea por malabsorción de sales biliares es un trastorno infradiagnosticado e infratratado. A menudo, estos pacientes son diagnosticados de síndrome del intestino irritable cuando en realidad el problema es debido a la malabsorción de sales biliares», explica Jordi Guardiola, jefe de sección del Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Bellvitge, en Barcelona.

El Hospital Universitario de Bellvitge es uno de los pocos hospitales españoles que utiliza la prueba Se-SeHCAT para diagnosticar la diarrea crónica provocada por malabsorción de sales biliares de manera rápida y no invasiva a todo tipo de pacientes. Esta prueba consiste en la ingesta por vía oral de una cápsula que contiene una pequeña cantidad de radioactividad, la cual permite medir la actividad abdominal y la retención de las sales biliares que producimos. La información se puede obtener mediante las heces o desde el exterior del cuerpo utilizando un detector especial denominado gammacámara. Así se consigue una imagen que muestra si existe malabsorción de sales biliares.
Con Se-SeHCAT se evita la realización de una colonoscopia a la gran mayoría de los pacientes, ya que es una técnica invasiva que requiere sedación que, en estos casos, solo se utiliza en situaciones de incertidumbre.

Expertos de este centro están investigando la posible relación que puede existir entre la malabsorción de sales biliares y los síntomas que presentan enfermedades digestivas como el Crohn y la colitis ulcerosa. Datos preliminares muestran que una parte importante de pacientes enfermos de estas enfermedades presentan malabsorción de sales biliares, unos resultados relevantes para la optimización de su tratamiento.

Fuente: Diario Médico

El llamado ‘diagnóstico óptico’ permite caracterizar los pólipos de colon para determinar no sólo si son malignos, sino también su grado de invasión.

Las nuevas técnicas endoscópicas podrían, en un futuro, permitir el diagnóstico de los pólipos colorrectales durante la colonoscopia y en tiempo real, sin necesidad de recurrir al estudio anatomopatológico de la biopsia. Hacia ello se encamina el llamado «diagnóstico óptico», comenta Andrés Sánchez Yagüe, de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Costa del Sol, en Marbella. Gracias al perfeccionamiento de la endoscopia, con la introducción de sistemas como la imagen de banda estrecha (narrow banda imagine o NBI, en inglés) desarrollado por Olympus, se puede observar con mayor ampliación y detalle los tejidos y vasos. De esta forma, «ya podemos caracterizar las lesiones, e incluso el grado de invasión en las malignas. Así, se puede determinar si hay que resecar una lesión, y también si es posible hacerlo por vía endoscópica». Para ello, se emplea la clasificación Nice (NBIInternational Colorectal Endoscopic), promovida por un consorcio internacional de expertos entre los que se encuentra Roy M. Soetikno, del Hospital de Veteranos de Palo Alto (California), con quien se ha formado Sánchez-Yagüe. El especialista del hospital marbellí explica que ahora el grupo de trabajo de Soetkino se encuentra en plena fase de estudio y validación de la denominada estrategia Discard, por la que se persigue una clasificación de las lesiones que permita descartar ciertos pólipos sin necesidad de enviar biopsias al anatomopatólogo. Además de racionalizar el uso de los recursos, esta estrategia, si demuestra su validez científica, permitiría trasladar el diagnóstico directamente al paciente, evitando la ansiedad de la espera.

El diagnóstico óptico ha sido uno de los temas centrales en la XXXV Jornada Nacional de la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva (SEED), celebrada recientemente en Madrid. La principal aplicación son los pólipos colorrectales, pero también se estudia su uso en esófago y en estómago. «En este último es más complejo, por su gran variabilidad morfológica; en esófago, hay patrones en los capilares intramucosos que podrían guiar la caracterización de las lesiones mediante la nueva técnica». También en las jornadas de la SEED se ha tratado la técnica de la disección submucosa endoscópica (DSE), que consiste en la resección en bloque de neoplasias en fase inicial del tracto digestivo. Sánchez Yagüe coordina el recién formado Grupo español de DSE para promover el estudio y la implantación de este abordaje de mínima invasión.

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