Lugar y papel del método clínico. Néstor Pérez Lache. Rev cubana med. 2011; 50(1)
En el presente artículo se realiza un análisis del método clínico como elemento indisolublemente ligado a la relación médico-paciente, constituyendo su esencia más profunda. Es a partir de esta relación, pautado este método, donde queda definido el papel del médico como sujeto del conocimiento y el papel del enfermo o paciente como objeto de ese conocimiento. La unidad dialéctica de sujeto-objeto resulta imprescindible para el desarrollo de cualquier tipo de conocimiento humano. En el caso de la relación médico-paciente el conocimiento surge y se desarrolla como proceso diagnóstico de la enfermedad que afecta al paciente, solo cuando se emplea el método clínico.
En el presente artículo se realiza un análisis de las enfermedades raras, minoritarias o huérfanas, como también suelen ser llamadas, incluidas las de origen genético, aquellas por las que el enfermo puede encontrarse en peligro de muerte o de invalidez crónica y tienen una frecuencia (prevalencia) baja, de 5 casos por cada 10 000 habitantes en la comunidad, aunque existen otras clasificaciones.
A pesar de los avances científico-técnicos, las complicaciones infecciosas postoperatorias siguen siendo un problema clínico significativo. En muchos hospitales universitarios, entre el 5 % y el 24 % de todos los pacientes intervenidos sufren una debido al alto índice de las complicaciones infecciosas y enfermedades que concomitan con infección, se hace una actualización del tema, con una introducción de la visión histórica de las Infecciones en Cirugía y los conceptos actuales de Sepsis e Infección. De estas bases se exponen en el desarrollo temas controversiales y sin consenso claro, así como novedades en las investigaciones en el mundo relacionadas con la Cirugía. Entre ellas el uso de marcadores de sepsis, medicamentos como antibióticos, sustancias vasoactivas y esteroides, la nutrición, el soporte a otros órganos, la interpretación clínica, humoral y farmacocinética de los pacientes con infección en sus diferentes estadios, todo con el fin de incentivar el cuestionamiento científico, el estudio y el desarrollo de las investigaciones sobre Sepsis e Infección Quirúrgica.
Aunque se han descrito hipoacusia neurosensorial y cambios de color en el iris, la relación entre estos no ha sido estudiada previamente. El presente trabajo se propone describir y analizar la posible asociación de la hipoacusia y profundidad de ésta con el color del iris en una familia afectada con el síndrome, lo que constituiría un nuevo aporte al conocimiento del Síndrome de Waardenburg (SW). Los resultados muestran que 15 individuos presentaron hipoacusia neurosensorial de diferentes distribución e intensidad, con predominio de los ojos pardos y azules bilaterales. Se detectó mayor frecuencia de individuos hipoacúsicos entre los que tenían ojos azules con asociación entre las dos variables (X2= 6,47, gl = 1; p = 0.01). La intensidad de la hipoacusia fue mayor entre los individuos con ojos azules (85.7 % con hipoacusia severa o profunda) 3 veces superior que en los otros colores de los ojos. Se concluye que existe relación entre el color azul del iris y la presencia de la hipoacusia y mayor intensidad de esta última en individuos con SW.











