El espejo frontal constituye el símbolo más reconocido en medicina, solo superado por el estetoscopio. El mismo tiene sus orígenes a mediados del siglo XVIII, a manos de un francés llamado Levert. En 1858 el profesor de fisiología de la Universidad de Budapest, Johann Nepomuk Czermak es catapultado a la historia como su inventor. El espejo frontal ha resistido la prueba del tiempo sufriendo pocos cambios en relación con el aparecido en los años 1800.