Estaba lleno de anécdotas. Había vivido mucho y pese a la edad —83 años— su memoria era prodigiosa. Hablaba pausadamente, en voz baja, casi inaudible, y mientras conversaba apenas hacía un gesto con la mano ni movía un músculo de la cara…Así comienza este interesante relato que publicó Ciro Bianchi Ross en el diario Juventud Rebelde. Ver más…
. En: De la prensa cubana