Otras voces, otros ámbitos

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Julio MtnezEstaba lleno de anécdotas. Había vivido mucho y pese a la edad —83 años— su memoria era prodigiosa. Hablaba pausadamente, en voz baja, casi inaudible, y mientras conversaba apenas hacía un gesto con la mano ni movía un músculo de la cara…Así comienza este interesante relato que publicó Ciro Bianchi Ross en el diario Juventud Rebelde.

Cuenta que Martínez Páez tenía 49 años de edad y 23 de ejercicio profesional cuando decidió irse a la Sierra Maestra. Una edad en la que se está de vuelta de muchas cosas y en la que la vida no suele tomarse ya como aventura. Era médico del hospital docente Calixto García, instructor de la cátedra de Ortopedia de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, y su prestigio le había permitido abrir una consulta privada con una clientela extensa y acomodada que le garantizaba entradas económicas de consideración.

Carecía de militancia política, pero poco a poco se fue comprometiendo. Un día le pidieron que escondiera a Pichirilo, el dominicano que vino en el yate Granma como ayudante de máquinas, y otro, le confiaron a Haydée Santamaría y Armando Hart, entonces figuras principales en la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio. Pasó la pareja  todo un mes en la residencia del médico y luego él fue el encargado de transportarla y buscarle sitio seguro para sus reuniones, a veces en su propia consulta.

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Fuente: Periódico Juventud Rebelde. Suplementos. El tintero 7/4/2018

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