La sociedad española considera que la soledad no deseada es un problema importante a la vez que invisible, que puede afectar a todas las personas en algún momento de su vida. Esta percepción no se aleja de la realidad: una quinta parte (20.0 %) de la sociedad española sufre soledad no deseada en el presente y el 70.0 % la ha sufrido en el presente o en algún momento de su vida.
El Informe Barómetro de la soledad no deseada en España 2024, elaborado por la Fundación ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) y la Fundación AXA, tiene como objetivo identificar la frecuencia de la soledad no deseada en España, indagando en las posibles causas o correlaciones. Además, busca conocer la opinión de la población sobre el fenómeno de la soledad.
La soledad no deseada es un sentimiento, subjetivo por naturaleza, que experimenta una persona, de carecer de la cantidad y/o calidad deseada de relaciones con otras personas. Implica, por tanto, que no es un fenómeno objetivo, y puede experimentarse incluso en momentos o entornos en los que se está rodeado de personas.
La experiencia de la soledad no deseada se ve influida por las expectativas subjetivas acerca de la cantidad y la calidad de las relaciones personales, que en algunos casos pueden ser muy exigentes y carecer de realismo.
El estudio se basa en una encuesta realizada a 2 900 personas, de entre 18 y más años, mediante llamadas telefónicas. Se obtuvo la frecuencia de percepción de la soledad y una amplia diversidad de datos sobre el perfil y la situación vital de la persona (sexo, edad, nivel educativo, situación laboral, hábitat, estado de salud, discapacidad u otras cuestiones), lo que permite comparar los resultados de las personas que se sienten solas con las que no sienten soledad a través de los factores antes mencionados.
El instrumento para la recolección de la información utilizado en la investigación se muestra en la sección de anexos del informe.
Entre los resultados obtenidos se destaca que el 20.0 % de los adultos que viven en España se siente solo en el momento de realizar este estudio. Este aislamiento involuntario es, además, un problema persistente. Dos de cada tres personas (67.7 %) que sufren soledad llevan en esta situación desde hace más de 2 años y un 59.0 % desde hace más de tres. En España la soledad crónica (personas que sufren soledad desde dos o más años) se sitúa en el 13.5 % de la población.
De las personas que actualmente no se sienten solas, dos de cada tres (63.0 %) se han sentido solas en algún momento de su vida.
Por lo tanto, siete de cada diez personas han sufrido soledad no deseada en algún momento de su vida, sea en el momento actual o en alguna etapa del pasado.
La soledad no deseada es más frecuente entre las mujeres (21.8 %) que entre los hombres (18.0 %). Las diferencias entre los hombres y las mujeres tienen lugar especialmente a partir de los 55 años, donde se observan disimilitudes de más de 7 puntos porcentuales.
La soledad no deseada está especialmente extendida entre la juventud: supera en 14 puntos porcentuales a la media y va decreciendo con la edad hasta alcanzar el valor mínimo en la franja de 55 a 74 años.
Las personas que sufren soledad tienden a relacionarse más en línea que de forma presencial con otras personas. El porcentaje de personas que se relacionan principalmente en internet con su familia es del 45.1 % entre las personas que sufren soledad frente al 24.8 % entre quienes no la sufren. El 38.4% de las personas que sufren soledad se relaciona con sus amistades principalmente en línea, en comparación con solo un 17.6 % de las personas que no sufren soledad.
La mitad de las personas con problemas de salud mental sufren soledad no deseada, entre tres y cuatro veces más que las personas sin problemas de salud mental. Además, cerca de la mitad (43.0 %) de la población que sufre soledad ha tenido pensamientos suicidas o autolesivos. Este porcentaje de personas que han tenido pensamientos suicidas o autolesivos entre la población que sufre soledad es casi cuatro veces superior que entre la que no sufre soledad.
Entre las conclusiones de la investigación los autores señalan que la percepción general es que la soledad no deseada es un problema social cada vez más importante y está especialmente extendida entre la juventud.
La percepción de la soledad no varía notablemente entre el entorno urbano y el rural a pesar de la menor dotación de los servicios y los problemas de despoblación del medio rural, y además, vivir en el medio rural no es una variable significativa para explicar la soledad. Sin embargo, en el medio rural la juventud experimenta niveles muy elevados de soledad (y la población mayor muy reducidos), mientras que en el medio urbano sucede a la inversa, las personas mayores sufren más soledad.
Más allá de la importancia de la soledad como forma de sufrimiento de las personas, los datos muestran que la soledad no sólo está relacionada con una falta de compañía subjetiva, sino que además está a menudo vinculada con otras formas de vulnerabilidad, como los problemas de salud física o mental, el nivel económico, la orientación sexual o la situación de desempleo. Esto hace que muchas personas se enfrentan a estos problemas de gran envergadura sintiéndose, además, solas.
La investigación, poner números a la extensión de la soledad, es el primer paso para su visibilización, al tiempo que la regularidad en el estudio es esencial para conocer la evolución del fenómeno y por tanto aproximarse poco a poco a un conocimiento más profundo sobre el mismo. De la misma manera se necesitan más investigaciones para comprender mejor los flujos de causalidad de los fenómenos que tienen un efecto sobre la soledad no deseada.
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