La reducción de la carga de muerte debida a las infecciones es una prioridad urgente de la salud pública mundial. Estudios anteriores han calculado el número de defunciones asociadas a las infecciones resistentes a los medicamentos y a la sepsis, y han descubierto que siguen siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Comprender la carga global de los patógenos bacterianos comunes (tanto susceptibles como resistentes a los antimicrobianos) es esencial para identificar las mayores amenazas de estos agentes para la salud pública.
Hasta la fecha, no existían estimaciones de la carga mundial de muchos patógenos bacterianos comunes, lo que dificulta el establecimiento de las prioridades de salud pública. Las pocas estimaciones que existían suelen limitarse a patógenos específicos, síndromes infecciosos o países de ingresos altos.
En el artículo, “Global mortality associated with 33 bacterial pathogens in 2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019”, publicado en la revista The Lancet en el año 2022, los autores se fijaron como objetivo determinar las primeras estimaciones globales de las muertes asociadas a 33 patógenos bacterianos clínicamente significativos (tanto susceptibles como resistentes a los antimicrobianos), a través 11 síndromes infecciosos, durante el año 2019.
Para ello utilizaron los datos del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors Study, GBD) 2019 y el estudio de la Carga Global de Resistencia Antimicrobiana (Global Burden of Antimicrobial Resistance) 2019 para estimar la mortalidad mundial, la regional y la nacional y los años de vida perdidos asociados con estos 33 patógenos bacterianos a través de 204 países y territorios y 286 causas subyacentes de muerte, por edad y por sexo, en el año 2019.
Este estudio incluyó 343 millones de registros individuales o aislamientos. Se utilizaron tres pasos de modelización para estimar el número de defunciones asociadas a cada patógeno: las muertes en las que la infección tuvo un papel, la fracción de muertes debidas a la infección que son atribuibles a un determinado síndrome infeccioso, y la fracción de muertes debidas a un síndrome infeccioso que son atribuibles a un determinado patógeno.
Se elaboraron estimaciones para todas las edades, y para hombres y para mujeres, en 204 países y territorios durante el año 2019. Se calcularon intervalos de incertidumbre (UI) del 95 % para las estimaciones finales de las muertes y de las infecciones asociadas con los 33 patógenos bacterianos siguiendo los métodos estándar de la GBD.
De una estimación de 13.7 millones (95 % UI 10.9-17.1) de muertes relacionadas con infecciones en el 2019, hubo 7.7 millones de muertes (5.7-10.2) asociadas con los 33 patógenos bacterianos (tanto resistentes como susceptibles a los antimicrobianos) en los 11 síndromes infecciosos incluidos en este estudio.
Según los datos analizados las muertes asociadas con los 33 patógenos bacterianos comprenden el 13.6 % (10.2-18.1) de todas las muertes globales y el 56.2 % (52.1-60.1) de todas las muertes relacionadas con sepsis en 2019.
Cinco patógenos principales; Staphylococcus aureus (S. aureus), Escherichia coli (E. coli), Streptococcus pneumoniae (S. pneumoniae), Klebsiella pneumoniae (K. pneumoniae) y Pseudomonas aeruginosa (P. aeruginosa); fueron responsables del 54.9 % (52.9-56.9) de las muertes entre todas las bacterias investigadas.
Los síndromes infecciosos y los patógenos más mortíferos variaron según la localización y la edad. La tasa de mortalidad estandarizada por edad asociada a estos patógenos bacterianos fue más alta en la subregión del África subsahariana, con 230 muertes (185-285) por cada 100 000 habitantes, y más baja en la subregión de ingresos altos, con 52.2 muertes (37.4-71.5) por cada 100 000 habitantes.
S. aureus fue la principal causa bacteriana de muerte en 135 países y también se asoció con la mayor cantidad de defunciones en individuos mayores de 15 años, a nivel mundial. Entre los niños menores de 5 años, S. pneumoniae fue el patógeno asociado con la mayor cantidad de fallecimientos.
En el 2019, se produjeron más de 6 millones de muertes como consecuencia de tres síndromes infecciosos bacterianos, siendo las infecciones respiratorias bajas y las infecciones del torrente sanguíneo las causantes de más de 2 millones de muertes cada una, y las infecciones peritoneales e intraabdominales de más de 1 millón de defunciones cada una.
Los autores establecieron que las muertes asociadas a los 33 patógenos investigados ocurrieron en personas con infecciones causadas por al menos una de estas bacterias; sin embargo, no pueden afirmar de manera concluyente que, si se eliminaran todas las infecciones debidas a estos 33 patógenos, se habrían evitado todos esos fallecimientos.
Muchas de estas muertes se identificaron como defunciones por sepsis, cuando la causa subyacente no era la infecciosa. En un subgrupo de estas muertes, la causa subyacente de la muerte podría haber sido tan grave que se habría producido un fallecimiento independientemente de la infección.
Por ejemplo, una persona con cáncer de páncreas en fase terminal que muere de peritonitis por Escherichia coli se contabiliza igual que un neonato que muere de sepsis neonatal por E. coli.
Sin embargo, la mayoría de los 7.7 millones de muertes estimadas se produjeron cuando la infección por una de las 33 bacterias fue la causa subyacente de la muerte, y en esos casos, se puede suponer, razonablemente, que esas muertes se habrían evitado si la infección no se hubiera producido.
Los 33 patógenos bacterianos que se investigaron en este estudio son una fuente sustancial de pérdidas de salud a nivel mundial, con una variación considerable en su distribución entre los síndromes infecciosos y los lugares.
En comparación con las causas subyacentes de muerte del nivel 3 de la GBD, las defunciones asociadas a estas bacterias se situarían como la segunda causa de muerte a nivel mundial en 2019; por lo tanto, deberían considerarse una prioridad urgente de intervención dentro de la comunidad sanitaria mundial.
Las estrategias para hacer frente a la carga de las infecciones bacterianas incluyen la prevención de las infecciones, la optimización del uso de los antibióticos, la mejora de la capacidad del análisis microbiológico, el desarrollo de las vacunas y un uso mejor y más generalizado de las vacunas disponibles. Estas estimaciones pueden utilizarse para ayudar a establecer prioridades en cuanto a la necesidad, la demanda y el desarrollo de las vacunas.
En resumen, los autores plantean que los análisis muestran que las infecciones bacterianas son una causa clínicamente significativa de pérdidas de vida en todo el mundo. Más de la mitad de todas las muertes por esta causa en el mundo durante el año 2019 se debieron a cinco patógenos bacterianos: S. aureus, E. coli, S. pneumoniae, K. pneumoniae y P. aeruginosa.
La importante carga de pérdidas de vidas asociadas a estos cinco patógenos exige una mayor atención por parte de la comunidad sanitaria mundial y la adopción de enfoques de intervención colaborativo.
Tres síndromes infecciosos, cada uno responsable de más de 1 millón de muertes en 2019, comprendieron más del 75 % de las muertes debidas a las infecciones bacterianas. Una realidad aleccionadora es que una alta carga de las infecciones tratables se produjo en jóvenes.
Conocer los principales síndromes infecciosos y los patógenos asociados a estos de cada región es de suma importancia para poder llevar a cabo esfuerzos de prevención específicos. Este estudio puede utilizarse para orientar las estrategias de reducción de la carga de las enfermedades infecciosas bacterianas, incluidas las medidas de prevención y control de la infección, el desarrollo y la aplicación de las vacunas y la disponibilidad de los servicios básicos de atención aguda. Estas estrategias de prevención esenciales incluyen la mejora del acceso al agua potable y a las instalaciones de saneamiento y al acceso al antibiótico adecuado para cada infección.
La construcción de sistemas de salud más fuertes con una infraestructura de diagnóstico más robusta, la mejora de las posibilidades de diagnóstico y de la capacidad microbiológica, y los flujos de trabajo estandarizados son pasos cruciales para abordar esta carga sustancial, junto con la implementación de las medidas adecuadas de control de las infecciones y la administración de los antimicrobianos.
Es necesario conciliar el derecho al acceso a los antimicrobianos con un uso no perjudicial, especialmente en lo que respecta a los más costosos y a los de nueva generación. La modelización matemática predictiva y los nuevos avances en la epidemiología genómica de las infecciones aumentarán los conocimientos a nivel mundial para comprender la evolución de los patógenos bacterianos.
Fuente: Ikuta KS, Swetschinski LR, Robles Aguilar G, Sharara F, Mestrovic T, Gray AP, et al. Global mortality associated with 33 bacterial pathogens in 2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. The Lancet [Internet]. 2022 [citado 12 Dic 2022]:[28 p.]. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673622021857 doi: 10.1016/S0140-6736(22)02185-7
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