Con este título realizó una de sus presentaciones en el siposio «Gastroenterología 2011» la Dra. Vivianne Anido Escobar, especialista de II Grado en Gastroenterología del Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso.
El Esófago de Barrett es el resultado final de un proceso donde, para que aparezcan las lesiones que lo caracterizan, actúan diferentes causas, además de un reflujo patológico. Entre estas causas debe considerarse la propia mucosa esofágica, en relación con variaciones en la respuesta inflamatoria del individuo aún a agresiones fisiológicas.
De acuerdo con la especialista, existen pacientes que, aún con el diagnóstico de Barrett confirmado, no muestran alteraciones importantes en la barrera antirreflujo que expliquen el desarrollo de la enfermedad. Por tanto, considera que en aquellos enfermos con integridad de la barrera antirreflujo y pHmetría negativas, el tratamiento quirúrgico es de cuestionable aplicación. Estos casos se beneficiarían más con la aplicación de tratamiento endoscópico, de los cuales la mucosectomía parece ser el de mejores resultados, así como mantener vigilancia endoscópica por tiempo aún por definir.
Según su experiencia, los pacientes que presentaron los hallazgos endoscópicos de islotes y lengüetas cortas, tienen menos criterio para la indicación de la cirugía antirreflujo, como primera opción de tratamiento.
«Es importante continuar con el estudio del Esófago de Barrett, su etiopatogenia, saber en quiénes se produce y por qué. De estas respuestas dependerá la mejor elección del tratamiento», concluyó la experta.
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