El estómago del llamado Hombre de los Hielos presenta rastros de la cepa asiática de la Helicobacter pylori, según un estudio de la Academia Europea, en Bonzen.La momia de Ötzi, de más de 3.000 años de antigüedad, también conocida como e lHombre de los Hielos del Neolítico, presenta evidencias del paso de la Helicobacter, localizadas a partir del análisis de muestras del estómago, según publica la revista Science.
Este hallazgo obliga a replantear el origen mismo del hombre europeo, ya que la versión de la Helicobacter que pudo padecer Ötzi se asemeja más a la versión asiática de la bacteria que a la europea. «Habíamos asumido que encontraríamos en Ötzi la misma cepa de Helicobacter que se encuentra en los europeos de hoy. Resultó ser una cepa que en la actualidad se observa principalmente en el sur de Asia Central», anunció el microbiólogo Frank Maixner, uno de los líderes del estudio.
Según se cree, existieron dos tipos de cepas de la bacteria, en África y en Asia, que se recombinaron para originar una versión europea, la que supuestamente padecía el humano del Neolítico cuando dejó su vida nómada y adoptó la agricultura.
La historia de la población mundial está estrechamente ligada a la historia de las bacterias, dado que su transmisión se produce, por lo general, dentro de la familia. «La recombinación de los dos tipos de Helicobacter solamente puede haber ocurrido en algún momento después de la era de Ötzi y esto demuestra que la historia de los asentamientos en Europa es mucho más compleja de lo que se creía», analizó Maixner.
Para llegar a este descubrimiento, los científicos tuvieron que superar su escepticismo inicial: «La evidencia de la presencia de la bacteria Helicobacter pylori se encuentra en el tejido del estómago de los pacientes hoy en día, por lo que pensamos que era muy poco probable que encontramos algo, porque la mucosa del estómago de Ötzi ya no está», explicó el paleopatólogo Albert Zink.
El equipo de científicos se decidió a extraer el ADN completo del estómago de Ötzi, y después de tres años de investigación logró «reconstruir un genoma de la helicobacter pylori de 5.300 años de antigüedad», añadió.
«No se puede decir con cierto grado de certeza si Ötzi sufrió problemas estomacales, porque su tejido del estómago no ha sobrevivido y es en este tejido donde primero se pueden distinguir esas patologías. Sin embargo, en Ötzi existen las condiciones previas para una enfermedad de ese tipo», admitió.
En cualquier caso, los científicos instan a profundizar en esta investigación para demostrar hasta qué punto estas bacterias pueden ayudar a entender cómo se desarrollaron en los humanos. El estudio, liderado por la EURAC también contó con la aportación de las universidades de Viena, Austria, Venda, Sudáfrica, Kiel, Alemania, y del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, también en Alemania.
Science (2016); doi: 10.1126/science.aae0192
Fuente: Jano Online
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