Investigadores estadounidenses identifican una proteína, la TRPV4, capaz de activar la liberación del óxido nítrico, que bloquea una de las enzimas (CYP2E1) que contribuye a la progresión de esta acumulación de grasa en el hígado. Investigadores estadounidenses han descubierto una nueva vía molecular que abre la puerta a tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico, que afecta al 25% de la población y que puede derivar en cirrosis e incluso cáncer u otras enfermedades hepáticas más graves. En el estudio, publicado en la revista Free Radical Biology & Medicine, participan investigadores de las universidades de Carolina del Sur, Duke y Alabama, además de la empresa Metabolon Research Triangle Park.
En concreto, los autores encontraron una proteína, la TRPV4, que forma parte del sistema inmune del organismo y es capaz de activar la liberación del óxido nítrico, que bloquea una de las enzimas (CYP2E1) que contribuye a la progresión de esta acumulación de grasa en el hígado.
La TRPV4 ya se conoce por su efecto protector frente a anomalías cardiovasculares, y ahora que se ha descubierto la capacidad de esta proteína para bloquear el desarrollo de la enfermedad hepática grasa no alcohólica, el siguiente paso es aprovechar su potecncial preventivo y de tratamiento.
De hecho, los autores confían en poder probar una nueva generación de agonistas de TRPV4, basados en un compuesto químico que se uniría a esta proteína para activar la liberación de óxido nítrico y bloquear la enzima dañada.
«Actualmente no hay medicamentos clínicamente probados para tratar la enfermedad hepática grasa no alcohólica», subraya uno de los impulsores de esta iniciativa, Saurabh Chatterjee, que señala: «Este nuevo mecanismo de defensa interna dentro del hígado ofrece una ruta muy prometedora». Los investigadores también advierten de las consecuencias de la inhibición del canal de iones TRPV4, un enfoque que puede aumentar la hepatotoxicidad o daño hepático causado por productos químicos.
«Hay que tener cuidado al intentar inhibir la TRPV4 con fines terapéuticos, como cuando se trata el dolor, inflamación u otras condiciones, en particular cuando se inhibe TRPV4 por la aplicación sistémica de TRPV4-bloqueadores», ha añadido Wolfgang Liedtke, neurólogo de la Universidad de Duke, que describió por primera vez esta proteína hace 16 años.
Fuente: Jano Online
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