La directora general del organismo sanitario, la doctora Margaret Chan, insta a los estados miembros a tomar medidas para mejorar el conocimiento de la enfermedad y aumentar el acceso a las pruebas diagnósticas y al tratamiento. Sólo uno de cada 100 enfermos de hepatitis en el mundo está siendo tratado de la infección y de cada 20 infectados sólo uno es consciente de padecer la enfermedad, según ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS), con motivo del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra el próximo 28 de julio.
«El mundo ha ignorado los riesgos de la hepatitis», ha afirmado la directora general de la OMS, la doctora Margaret Chan, quien ha pedido a los estados miembros que tomen medidas para mejorar el conocimiento sobre la enfermedad, y aumentar el acceso a las pruebas diagnósticas y al tratamiento. «Es hora de movilizar una respuesta global contra la hepatitis en una escala similar a la generada para combatir otras enfermedades transmisibles como el VIH/sida y la tuberculosis», ha afirmado.
Según las estimaciones de la OMS, en el mundo hay 400 millones de personas que están infectadas con hepatitis B y C, lo que supone más de 10 veces el número de personas que viven con el VIH. Se estima que 1,45 millones de personas murieron de la enfermedad en 2013, un dato muy por encima del casi millón de 1990.
Países comprometidos
En mayo de 2016, en la Asamblea Mundial de la Salud, 194 gobiernos adoptaron la primera Estrategia mundial del sector sanitario sobre la hepatitis viral y acordaron los primeros objetivos de la historia mundial. La estrategia incluye como objetivo el tratamiento de 8 millones de personas con hepatitis B o C para el año 2020.
Asimismo, se comprometieron a reducir a largo plazo las nuevas infecciones por hepatitis virales en un 90% y reducir el número de muertes debido a la hepatitis viral en un 65% en 2030 a partir de 2016.
«Tenemos que actuar ahora para evitar que la gente siga muriendo innecesariamente de la hepatitis», ha señalado el doctor Gottfried Hirnschall, director del departamento de VIH/sida de la OMS y el Programa Mundial de la Hepatitis. «Esto requiere una rápida aceleración del acceso a los servicios y medicamentos para todas las personas que lo necesitan», ha añadido.
La OMS reconoce que su estrategia es ambiciosa pero, afirman, «las herramientas para lograr los objetivos ya están a mano». Así, recuerdan que existe una vacuna y un tratamiento eficaz para la hepatitis B. Y, aunque no existe una vacuna para la hepatitis C, ha habido un progreso en el tratamiento de la enfermedad en los últimos años gracias al desarrollo de medicamentos orales, los antivirales de acción directa que hacen posible la curación de más del 90 por ciento de los pacientes durante los 2 a 3 meses de tratamiento.
Sin embargo, lamenta el organismo sanitario, «en muchos países, las corrientes de políticas, regulaciones y precios de los medicamentos ponen este tratamiento fuera del alcance de la mayoría de los pacientes».
Con todo, algunos países están buscando la manera de conseguir el tratamiento. En algunos casos consiguiendo un descenso del precio de medicamentos para la hepatitis C, o mediante genéricos. «En 2015, un análisis preliminar estimaba que 300.000 personas que viven en países de bajos y medianos ingresos habían recibido tratamiento con nuevos antivirales para la hepatitis C».
Es el caso de Egipto – un país de ingreso medio bajo, con una de las tasas de prevalencia más altas del mundo de la hepatitis C-, donde 200.000 personas fueron tratadas durante los últimos 12 meses, allí el precio del tratamiento de la hepatitis C para cada persona bajó de los 900 dólares en 2014 a los 200 en 2016.
La prevención de la hepatitis
En cualquier caso, la OMS sabe que uno de los mayores esfuerzos de los países miembros a la hora de acabar con la hepatitis debe ser en la prevención. Por este motivo, recuerda que hepatitis B y C son infecciones se transmiten a través de sangre contaminada así como también a través de agujas y jeringas contaminadas en el entorno médico y entre las personas que se inyectan drogas. Además, los virus también pueden ser transmitidos a través de relaciones sexuales sin protección y de una madre infectada a su hijo recién nacido.
Desde 2014, 184 países vacunan a los recién nacidos contra la hepatitis B como parte de sus planes de vacunación. «Se trata de un importante aumento en comparación con los 31 países de 1992, el año en que la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución recomendando la vacunación mundial contra la hepatitis B», admite la OMS.
Además, la implementación de estrategias de seguridad de la sangre, incluyendo control de calidad garantizado de todos los componentes de donaciones de sangre y utilizados para la transfusión, puede ayudar a prevenir la transmisión de la hepatitis B y C.
Fuente: Diario Médico
La OMS denuncia que sólo uno de cada 100 enfermos de hepatitis recibe tratamiento
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