El Congreso Mundial de Cáncer Gastrointestinal ha arrancado en Barcelona con estudios sobre opciones terapéuticas, supervivencia y efectos adversos.
Un análisis de los estudios sobre el tratamiento del cáncer colorrectal metastásico con bevacizumab revela que los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) más reducido son los que alcanzaron una menor supervivencia global. El estudio se ha presentado en el Congreso Mundial de Cáncer Gastrointestinal, organizado por la Sociedad Europea de Oncología Médica en Barcelona.
Los autores, dirigidos por Yousuf Zafar, del Duke Cancer Institute, en Durham (Estados Unidos), revisaron la supervivencia global y la progresión libre de enfermedad en función de cuatro categorías de IMC (menor de 25, entre 25 y 30, entre 30 y 35 y superior a 35). Los 6.128 pacientes incluidos en el análisis padecían cáncer colorrectal metastásico y habían sido tratados con bevacizumab como primera línea en combinación con quimioterapia. Participaron en cuatro estudios.
En el conjunto de pacientes con un IMC inferior a 25 Kg/m2 se apreció una supervivencia significativamente inferior que en los de las otras tres categorías. En cambio, la progresión libre de enfermedad fue similar en todos los grupos.
Zafar ha explicado que estos resultados contradicen la hipótesis con la que se plantearon el estudio: «Existen suficientes evidencias de que la obesidad incrementa el riesgo de padecer cáncer colorrectal y de que aumenta el riesgo de recurrencia tras la administración de una terapia curativa». De ahí que predijeran que un mayor IMC podría estar relacionado con una menor supervivencia. Pero no fue así. De hecho, la relación entre menor IMC y peor supervivencia se mantuvo tras ajustar los distintos factores que podían influir, como la edad, el sexo, la escala ECOG o la hipertensión.
En cuanto a la explicación de estos hallazgos, Zafar ha indicado que, de momento, sólo se han descrito mecanismos biológicos que podrían incrementar el riesgo de incidencia y recurrencia del cáncer colorrectal en personas obesas. La insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina podrían justificar, aunque sólo sea en parte, este vínculo.
En cuanto a la relación entre obesidad y supervivencia en cáncer colorrectal metastásico, ha aventurado que «es posible que la caquexia relacionada con el cáncer contrarreste la influencia biológica negativa de la obesidad o cualquier dosificación inadecuada». En todo caso, advierte que no se puede extraer la conclusión de que la obesidad ejerza ningún efecto protector. En cambio, lo que sí se podría inferir es que los pacientes más delgados afrontan un mayor riesgo de alcanzar un peor resultado terapéutico.
Prevención de emesis
Otro de los aspectos tratados en la primera jornada del congreso de ESMO ha sido la prevención de la emesis en pacientes con cáncer colorrectal que reciben quimioterapia con oxaliplatino. El ensayo en fase III SENRI, realizado con 413 pacientes tratados en 25 centros de Japón, muestra la eficacia del antagonista de NK1 aprepitant. Los investigadores apreciaron que los beneficios de este tratamiento antiemético eran significativamente superiores en las mujeres.
Fuente: Diario Médico:
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