Carga viral, clave en seguimiento a gestantes con hepatitis B o C

El control de la infección por hepatitis en las embarazadas y el seguimiento en las diferentes etapas de la gestación, así como nuevas claves para una alimentación adecuada han centrado el interés de los especialistas.

La infección por VIH está ampliamente estudiada en gestantes,  pero no ocurre lo mismo con otras infecciones víricas, como las hepatitis B y C. “Aunque la prevalencia del virus B en embarazadas es difícil de establecer debido a la ausencia de un cribado adecuado, en España oscila entre el 0,53-1,4 por ciento en embarazadas, cifra similar a la de la población general”, ha explicado María José Devesa Medina, jefa de la Unidad de Hígado del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, que ha participado en la III Jornada Ibérica y VIII Española Aquarius de Formación en Gastroenterología, que se ha celebrado en Guimaraes (Portugal).

Hay que tener en cuenta que el cribado del VHB y VHC en el embarazo está implantado en España y se ha visto que el VHB no produce ni aumento en la mortalidad fetal ni teratogenicidad. Devesa ha comentado que “es raro ver una mujer cirrótica embarazada, puesto que es difícil conseguir un embarazo en esas condiciones por la deficiencia hipotálamo-hipofisaria que tiene lugar en ellas”.

En las mujeres con VHB embarazadas disminuye la respuesta inmune, hay un aumento de carga viral y un descenso de las transaminasas que hay que vigilar durante la gestación. Por eso, en los seis meses posteriores al parto se recomienda vigilar a la mujer para ver si se restaura su sistema inmunitario.

Despejar dudas

La especialista ha recordado a los asistentes a las jornadas, residentes de Gastroenterología, Medicina Interna y Atención Primaria, la importancia de vigilar dicha infección en las embarazadas y que hay que valorar el tratamiento. De hecho, “de los tratamientos disponibles, la FDA sólo recomienda telmovudina y tenofovir; el resto no ha demostrado su seguridad en gestantes”.

También hay que ver qué pasa con una mujer que tiene hepatitis B y que se quiere quedar embarazada. Como primera medida -ha dicho Devesa-, se recomienda retrasar el tratamiento, ya que el interferón se asocia a teratogenicidad. “Al suspender el tratamiento antirretroviral, la carga viral aumenta y, por eso, hay que vigilarla de cerca en la semana 28 o 30. No hay acuerdo entre las sociedades científicas sobre las recomendaciones más adecuadas de tratamiento”, ha apuntado la especialista, y ha añadido que no hay evidencias científicas sobre si la cesárea reduce la tasa de transmisión de virus. Por ahora, se recomienda siempre el parto vaginal.

Con respecto a la lactancia, no se asocia con riesgo de transmisión siempre que el recién nacido esté vacunado, pero hay que evitar la lactancia en las mujeres tratadas con análogos de los nucleósidos, ya que se han encontrado concentraciones mínimas en la leche.

Hepatitis C

La situación en la hepatitis C es similar en cuanto a la situación de inmunidad, pero se sabe que hay menos de un 4 por ciento de transmisión vertical y que también se produce un aumento de la carga viral en el 14,3 por ciento de las gestantes, aunque faltan por conocer muchos aspectos de cómo la hepatitis C influye en el embarazo.

Fuente: Diario Médico.

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