marzo 2015 Archivos

cpre-pancreatitis1Los siguientes artículos revisan el estado actual de la terapéutica endoscópica de la pancreatitis crónica, en los que se incluyen la evaluación de los resultados de diferentes estudios publicados. La endoscopía, por su carácter menos invasivo que la cirugía, constituye una alternativa que, en muchos pacientes, es la primera opción terapéutica.

Los beneficios son mayores para los que comen pescado, señalan los investigadores.
Una dieta vegetariana podría reducir el riesgo de cáncer colorrectal en un 20 por ciento, halla un estudio reciente.

Para los vegetarianos que comen pescado, el vínculo protector fue incluso más firme, comentaron los investigadores.

El cáncer colorrectal es la segunda causa principal de muerte por cáncer en Estados Unidos. Los esfuerzos de detección, que incluyen la colonoscopia, han ayudado a salvar muchas vidas al detectar pólipos precancerosos, apuntó el investigador líder del estudio, el Dr. Michael Orlich.

«Pero es incluso mejor prevenir la formación de cánceres en primer lugar. Es lo que llamamos prevención primaria», dijo Orlich, que es profesor asistente de medicina preventiva de la Universidad de Loma Linda, en California. «La dieta es en potencia un método importante para reducir el riesgo de contraer cáncer colorrectal».

El nuevo estudio, en que participaron más de 77,000 adultos, halló que las personas que consumen una dieta vegetariana saludable tienen un riesgo de cáncer de colon y rectal más bajo que las no vegetarianas, dijo Orlich.

«Nuestros vegetarianos no solo comían menos carne que los no vegetarianos, sino también menos dulces, refrigerios, granos refinados y bebidas con calorías», comentó. Y comían más frutas, verduras, granos integrales, habichuelas y frutos secos, añadió.

Evidencias anteriores han vinculado comer carnes rojas y procesadas con un riesgo más alto de cáncer colorrectal, y consumir alimentos ricos en fibra con un riesgo más bajo, apuntó Orlich.

Sin embargo, el Dr. Alfred Neugut, profesor de epidemiología del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, dijo que nadie ha identificado con certeza el motivo de que una dieta vegetariana pudiera reducir el riesgo de cáncer de colon.

No se sabe si es algo de las verduras que resulta protector, o si algo de la carne es nocivo, planteó.

Los estudios sobre la dieta solo pueden mostrar una asociación entre el cáncer y la dieta, y no una relación causal, dijo Neugut. «Ese es el problema con los estudios dietéticos sobre el cáncer. No sabemos exactamente cuál es la conexión», lamentó.

Neugut dijo que una dieta vegetariana podría ser señal de otras conductas saludables, como hacer ejercicio y no fumar, lo que podría también reducir el riesgo de cáncer.

La investigación de Orlich, publicada en la edición en línea del 9 de marzo de la revista JAMA Internal Medicine, incluyó datos sobre casi 77,000 hombres y mujeres registrados en el Estudio de la salud adventista 2. Tras siete años de seguimiento, se identificaron 380 casos de cáncer de colon y 110 casos de cáncer colorrectal.

«Más o menos la mitad de la población de nuestro estudio se clasificó como no vegetariana, que se definió como comer carne al menos semanalmente», dijo.

Los demás participantes se dividieron en cuatro grupos: los semi vegetarianos, que comían carne menos de una vez por semana; los vegetarianos que comían pescado y mariscos, pero evitaban las demás carnes; los lacto-ovo-vegetarianos, que evitaban la carne pero comían huevos y/o lácteos; y los veganos, que evitaban todas las carnes, los huevos y los lácteos, explicó Orlich.

«Todos los vegetarianos, en conjunto, presentaban una reducción del 22 por ciento en el riesgo de contraer cáncer colorrectal, en comparación con los no vegetarianos», dijo. En términos de los cánceres individuales, eso equivalió a un riesgo un 19 por ciento más bajo de cáncer de colon y a un riesgo un 29 por ciento más bajo de cáncer rectal, hallaron los investigadores.

Los vegetarianos que comían pescado disfrutaban de una reducción del 43 por ciento en los cánceres colorrectales, en comparación con los no vegetarianos. Entre los veganos y los lacto-ovo-vegetarianos, el riesgo se redujo de un 16 a un 18 por ciento, mientras que los semi vegetarianos tenían un riesgo un 8 por ciento más bajo, según los hallazgos del estudio.

El Dr. David Bernstein, gastroenterólogo del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York, dijo que se necesita investigación adicional, pero que es probable que comer más verdura sea bueno, al igual que limitar la carne roja.

«Hay que hacer todo en moderación, pero este estudio es algo que la gente debe tomarse en serio», dijo Bernstein.
Fuente: Noticias de Salud, MedlinePlus: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_151402.html

Hace 50 años que «JAMA» publicó «A new antigen in leukemia sera» (J Am Med Assoc 1965; 191: 541-546), de Blumberg BS, Alter HJ, Visnich S, un artículo sobre el HBsAg, el antígeno Australia que supuso un antes y un después para las hepatitis víricas, según Miquel Bruguera, que leyó ese artículo justo al acabar la carrera y posteriormente, como hepatólogo (y referencia internacional en biopsia hepática), ha sido testigo de todo lo que ha permitido aquel hallazgo.

«A raíz del descubrimiento se dispuso de un sistema de identificación de infectados por el VHB, se cambió la política de aceptación de donantes de sangre y se eliminó la hepatitis postransfusional, se caracterizó el VHB y se desarrolló una vacuna, se dispuso de tratamientos para el VHB, se redujo la incidencia del carcinoma hepatocelular y se orientaron los estudios para la identificación del VHA, VHD, VHC y VHE», explica a Diario Médico tras elaborar una recopilación de la evolución del saber sobre la enfermedad para la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la que es miembro.

El HBsAg (antígeno de superficie de la hepatitis B), descubierto por Baruch Blumberg, consta de una glucoproteína que se inserta en la superficie del VHB y cuando se detecta en el torrente sanguíneo indica infección actual de hepatitis B aguda y crónica.

Según Bruguera, antes de eso se habían descrito casos de ictericia y epidemias de ictericia (Hipócrates, Papa Zacarías), como la primera en España, en la isla de Menorca, en 1751.

En la literatura médica previa a la descripción del antígeno Australia hay teorías sobre la patogenia de las ictericias epidémicas (Virchow 1864, Mc Donald 1908), dudas sobre la existencia de la ictericia catarral (Hans Eppinger) y descripciones de ictericia en diabéticos (Clínica de Diabetes de Goteburg, 1925) y en vacunados contra la fiebre amarilla (Findlay GM, MacCallum FO, 1937; Sawyer WA, 1944). Pero fue en la Segunda Guerra Mundial cuando los estados mayores de los ejércitos estadounidense y británico mostraron su preocupación y decidieron impulsar estudios sobre la transmisión. Así se iniciaron experimentos -«de dudosa moralidad», apunta Bruguera- como el de transmisión de hepatitis administrando extractos de heces o aspirado duodenal de pacientes con hepatitis a voluntarios (Mac Callum FO, Bradley WH, 1944).

Por el buen camino Pero lo que orientó a la medicina por el buen camino para el conocimiento y control de las hepatitis virales fue el antígeno Australia: «Blumberg buscaba algún polimorfismo de las lipoproteínas que comportaba una predisposición genética a determinadas enfermedades, examinando la presencia de anticuerpos contra proteínas en los multitransfundidos; y H.J. Alter pretendía investigar si las reacciones transfusionales febriles no relacionadas con los grupos sanguíneos eran debidas en los sujetos multitransfundidos a anticuerpos contra proteínas de los donantes», relata Bruguera.

Estudios de prevalencia Tras su artículo en «JAMA» se sucedieron los estudios de prevalencia y de asociación con otras enfermedades (London WT, 1969; Prince AM, 1968-1970; Dane DS, 1970). En 1967 (JAMA 1970) se realizó el primer estudio de hepatitis transfusional en pacientes cardiacos operados, en los que se registró una incidencia de más del 30 %, lo que permitió concluir que el mayor riesgo de hepatitis era recibir sangre de donantes retribuidos y/o con antígeno Australia. A partir de ahí se cribaron los donantes mediante la determinación del antígeno.

Otros estudios, igualmente de «dudosa moralidad», en referencia a los de la Escuela Willowbrook de Nueva York para niños con retraso mental, un centro en el que la hepatitis era endémica, sirvieron, entre otras cosas, para que Krugman y su equipo (JAMA 1967) describieran dos tipos distintos de hepatitis. Posteriormente, un virólogo de MSD logró una vacuna de la hepatitis B; Chiron Corporation consiguió una vacuna recombinante antihepatitis B; Robert Purcell, Albert Kapikian y Stephen Feinstone identificaron el virus de la hepatitis A (Science, 1973); se reconoció la hepatitis no A no B; se descubrió el VHC, y se confirmó que el VHC es el Vhnanb.

En materia de recursos terapéuticos, el interferón, que se utilizó antes de que se describiera el VHC, fue sustituido por interferón recombinante, ribavirina, inhibidores de la proteasa, simeprevir, boceprevir, telaprevir, sofosbuvir, daclatasvir y, pronto, nuevos fármacos antivirales de acción directa contra el virus de la hepatitis C de segunda generación que se están aprobando en Estados Unidos y Europa. «Ahora tenemos vacunas para el VHA y VHB y pronto para el VHE; tratamiento eficaz para el VHB y el VHC, y podemos actuar sobre los mecanismos de transmisión de los virus de las hepatitis. Pero falta un mapa preciso de la seroprevalencia en España y planes de prevención de la transmisión tanto entre personas con prácticas de riesgo como en hospitales».

Bruguera criticó la semana pasada lo aprobado por el Ministerio de Sanidad para el VHC porque no se ha tenido en cuenta que hay pocos hepatólogos, no hay un registro de pacientes y no se ha elaborado un reglamento sobre qué enfermos tienen que tener prioridad. Premio Nobel para el descubridor

El 28 de julio fue instituido en 2010 como el Día Mundial de las Hepatitis Virales por el cumpleaños del descubridor del agente etiológico de la hepatitis B (antígeno Australia), Baruch Samuel Blumberg, premio Nobel de Medicina de 1976.

Blumberg extrajo de datos epidemiológicos aparentemente inconexos una inusual reacción entre el suero de individuos politransfundidos y el de un aborigen australiano. En ensayos de inmunodifusión doble de Outcherlony observó una banda de precipitación que se teñía de rojo con azocarmín (para visualizar proteínas) y no con colorantes para lípidos. marzo 12/2015 (Diario Médico).

Tomado de: Al Día, Infomed: http://www.sld.cu/?iwp_post=2015%2F03%2F13%2F%20El%20ant%C3%ADgeno%20Australia%3A%20un%20antes%20y%20un%20despu%C3%A9s%20para%20las%20hepatitis%20v%C3%ADricas%2F1640502&iwp_ids=16_40502&blog=1_aldia

hpyloriDiagnosis of Helicobacter pylori by invasive test: histology.

Autores: Lee JY, Kim N. Fuente: Ann Transl Med. 2015 Jan; 3(1): 10.

La detección segura del Helicobacter pylori es esencial para hacer su tratamiento. Dentro de los métodos diagnósticos, la histología tiene un papel importante ya que, además de confirmar la presencia del gérmen aporta información sobre el grado de inflamación y la existencia o no de atrofia, metaplasia intestinal o cáncer. El valor de este procedimiento se realza en este artículo de revisión donde podrá encontrarse información relevante acerca del sitio óptimo para la toma de muestras, los colorantes utilizados con mayor frecuencia y el valor de la densidad de las bacterias. También se analizan los distintos escenarios clínicos de la infección.

sangradoOptimal initiation of Helicobacter pylori eradication in patients with peptic ulcer bleeding.
Fuente: World J Gastroenterol. 2015 Feb 28; 21(8): 2497–2503.
Autores: Yoon H y cols.

Los autores recomiendan iniciar lo más pronto posible un esquema de erradicación del Helicobacter pylori en todo paciente que sangra por úlcera péptica. De acuerdo al método empleado, la confirmación de la infección muchas veces no se hace durante la hospitalización, por lo que los pacientes pierden la oportunidad de recibir la terapéutica.

varices-esofagicasManagement of Acute Variceal Bleeding.
Autor: Kim YD. Fuente: Clin Endosc. 2014 Jul; 47(4): 308–314.

Un artículo que confirma las tendencias actuales en el tratamiento del sangrado por várices del paciente cirrótico. La estabilización hemodinámica, el tratamiento con antibióticos y la terapéutica endoscópica siguen siendo los pilares del tratamiento. La hemorragia varicosa que se presenta en cirróticos con ascitis y encefalopatía tiene consecuencias fatales para este enfermo.

cirrosisLa cirrosis hepática trae consigo alteraciones en el funcionamiento hepático que deterioran los mecanismos de respuesta inmune del organismo. Estos elementos fisiopatológicos se abordan el el artículo Cirrhosis-associated immune dysfunction: Distinctive features and clinical relevance. El mismo es de la autoría de Agustín Albillos, Margaret Lario y Melchor Álvarez Mon y fue publicado en Hepatology (Año 2014; Volumen 61, número 6, Páginas 1385–1396). Estas alteraciones favorecen el desarrollo de infecciones en este tipo de pacientes, lo que ensombrece su pronóstico y dificulta su tratamiento. Los autores Acevedo y Fernández han publicado el artículo New determinants of prognosis in bacterial infections in cirrhosis. El mismo ofrece información actualizada sobre la emergencia de bacterias multirresistentes que llevan al fallo de la terapéutica empírica. Se exponen los factores involucrados y las opciones de tratamiento en base a estos conocimientos. (World J Gastroenterol. 2014 Jun 21; 20(23): 7252–725).