Los recién nacidos con una ictericia significativa no son propensos a contraer un tipo de parálisis cerebral raro y que supone un peligro para la vida si se sigue el tratamiento sugerido por las directrices de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics), según un nuevo estudio.
La ictericia hace que los ojos y la piel se pongan amarillos debido a los niveles altos de bilirrubina, un pigmento producido por el hígado. En la mayoría de los casos, los recién nacidos presentan ictericia porque su hígado está demasiado inmaduro para descomponer el pigmento de forma suficientemente rápida. Normalmente, esta afección se resuelve sin tratamiento.
Pero a algunos bebés se les debe realizar fototerapia. La exposición a unas luces especiales transforma la bilirrubina en un componente que puede ser excretado por el cuerpo, según los investigadores.
Si la fototerapia no funciona, quizá sea necesario realizar un procedimiento que se conoce como exanguinotransfusión. Durante este procedimiento invasivo, se reemplaza la sangre del bebé por la de un donante de sangre. Se recomienda la exanguinotransfusión en función del nivel de bilirrubina, la edad del bebé y otros factores de riesgo de daño cerebral.
La exanguinotransfusión no carece de riesgos. Las posibles complicaciones a partir del tratamiento incluyen la formación de coágulos sanguíneos, la inestabilidad de la presión arterial, el sangrado y cambios en la composición de la sangre, según los investigadores.
Los niveles altos de bilirrubina también conllevan riesgos. Se han asociado con una forma grave de parálisis cerebral llamada kernicterus. A fin de investigar esta asociación, los investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, y la División de Investigación de Kaiser Permanente del Norte de California examinaron los datos de dos grupos de más de 100,000 bebés.
Los bebés nacieron en uno de 15 hospitales entre 1995 y 2011. Un grupo de casi 1,900 recién nacidos tenían los niveles de bilirrubina por encima del umbral que requiere la Academia Americana de Pediatría para la exanguinotransfusión. Se dio seguimiento a los bebés de ese grupo durante un promedio de siete años.
Un segundo grupo contó con más de 104,00 recién nacidos que nacieron al menos a las 35 semanas de gestación y tenían unos niveles de bilirrubina más bajos. Se dio seguimiento a este grupo de bebés durante seis años.
El estudio, publicado el 5 enero en la revista JAMA Pediatrics, reveló 3 casos de kernicterus entre los bebés con los niveles más altos de bilirrubina. Pero los investigadores indicaron que estos tres niños tenían factores de riesgo adicionales de daño cerebral.
«Hallamos que la parálisis cerebral consistente con el kernicterus no apareció en ningún bebé con un nivel alto de bilirrubina sin la presencia de factores de riesgo adicionales», dijo el segundo autor del estudio, el Dr. Michael W. Kuzniewicz, profesor asistente de neonatología del departamento de pediatría de la UC de San Francisco, en un comunicado de prensa de la universidad.
«Esto fue así incluso en los bebés con un nivel de bilirrubina muy alto», dijo Kuzniewicz, que también es jefe de la unidad de investigación perinatal de la división de investigación de Kaiser Permanente del Norte de California.
«Nuestro estudio ha sido el primero en evaluar qué tan bien las directrices de la exanguinotransfusión predicen el riesgo de parálisis cerebral y kernicterus en los bebés con ictericia», dijo el investigador principal del estudio, el Dr. Thomas B. Newman, de los departamentos de epidemiología y pediatría de la UC de San Francisco.
«Fue tranquilizador ver que la lesión cerebral debido a un nivel alto de bilirrubina fue rara y que solamente los bebés con unos niveles muy superiores a los de las directrices de la exanguinotransfusión contrajeron kernicterus», dijo Newman en el comunicado de prensa.
«Basándonos en nuestro estudio, las actuales directrices que indican a quién realizar las exanguinotransfusiones han prevenido el kernicterus con bastante éxito», dijo en el comunicado la autora principal del estudio, la Dra. Yvonne W. Wu, profesora de neurología clínica y pediatría en la UC de San Francisco.
«Pero nuestro estudio también plantea la cuestión de si el umbral para la exanguinotransfusión podría ser más alto para los bebés con niveles altos de bilirrubina que por lo demás están sanos y que no tienen otros factores de riesgo de lesión cerebral», señaló.
Tomado de: Noticias de Salud, Medline Plus: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_150284.html
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