El estudio concluye que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca asociadas a la EHM.
Investigadores del Instituto de Investigación del Clínico (Incliva), dirigidos por la doctora Carmina Montoliu, han diseñado un método para detectar la encefalopatía hepática mínima o deterioro cognitivo a través de la resonancia cerebral. El hallazgo ha sido publicado en GUT.
Según ha informado la Generalitat en un comunicado, la investigación ha sido codirigida por el doctor Vicente Felipo, del Centro de Investigación Príncipe Felipe, y se ha realizado en colaboración con el Hospital Clínico Universitario, el Hospital Arnau de Vilanova, ambos de Valencia, la Universidad Jaume I de Castellón y la Fundación ERESA.
La encefalopatía hepática mínima (EHM) es la fase inicial de la encefalopatía hepática y sus síntomas no son evidentes, por lo que es necesario realizar estudios específicos para detectarla. En España la padecen, en algún grado, unas 200.000 personas y más de 12.000 fallecen cada año como consecuencia de las afecciones hepáticas.
Según la doctora Montoliu, durante la primera fase hay un leve deterioro cognitivo, déficit de atención, alteraciones en la personalidad, la actividad y la coordinación motoras, que van progresando y que finalmente afectan a la calidad de vida y a la capacidad para realizar tareas cotidianas. Por ello, es importante detectar la enfermedad en sus estadios iniciales para poder prevenirla, «ya que si no se diagnostica a tiempo, cuando los síntomas ya son muy evidentes éstos pueden conducir al coma y a la muerte». Actualmente, la detección de la encefalopatía hepática mínima se realiza mediante tests psicométricos, que requieren bastante tiempo.
La doctora Montoliu y sus colaboradores han detectado, mediante resonancia magnética cerebral, que los pacientes con EHM tienen afectada la sustancia blanca cerebral. Utilizando una técnica denominada tensor de difusión, han analizado la integridad de los tractos neuronales del cerebro, las conexiones nerviosas intracerebrales, que constituyen la sustancia blanca cerebral, y los resultados permiten concluir que existen alteraciones microestructurales de la sustancia blanca cerebral asociadas a la EHM que reflejarían la presencia de una integridad estructural reducida.
«La sustancia o materia blanca es una parte del sistema nervioso central compuesto por fibras nerviosas, que son como conexiones eléctricas que comunican las neuronas entre sí y los centros nerviosos con todos los órganos del cuerpo. Podemos decir que en los pacientes con EHM fallan estas conexiones», ha explicado la Dra. Montoliu.
Elevada prevalencia
La encefalopatía hepática se produce cuando el hígado deja de realizar su función y, como consecuencia, las toxinas se acumulan, llegan al cerebro y alteran la función cerebral, provocando daños como alteraciones en la personalidad, la función cognitiva, la actividad y coordinación motoras y el nivel de conciencia.
Entre un 33 y un 50% de los pacientes con cirrosis hepática sin síntomas evidentes de encefalopatía hepática clínica presentan encefalopatía hepática mínima. La encefalopatía hepática mínima es la fase incipiente de la encefalopatía hepática, que puede conducir al coma hepático y a la muerte, salvo trasplante.
Fuente: Jano Online
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