Mundial, se contaba entre los principales expertos en el tratamiento de las fracturas. Watson-Jones publicó el libro «Fracturas y Lesiones Articulares» en 1940, que permaneció como una referencia obligada durante varias décadas y se tradujo a muchos idiomas.
En 1942, Albert J. Schein (1910- ) de Nueva York, publicó un artículo que estableció la enfermedad de Gaucher como una causa específica y no demasiado rara de enfermedad de la cadera. Muchos de esos casos eran mal diagnosticados como enfermedad de Perthes.
Austin T. Moore (1899-1963) publicó y realizó la primera sustitución metálica de la cadera en 1942. Había remplazado, por primera vez, toda la porción superior del fémur con una prótesis de vitalio de un pie de longitud. Tenía una cabeza esférica, ojales para la reinserción muscular, y un extremo distal que se deslizaba en la diáfisis rimada donde se fijaba con pernos. Con el transcurso de los años mejoró el diseño de la prótesis y el procedimiento. Existe un tipo de prótesis, la de Austin-Moore, que se utiliza aún hoy en día.
En 1941, el Birmingham Accident Hospital abrió en Inglaterra, siendo el primer hospital dedicado al tratamiento específico de heridas y pacientes víctimas de trauma, convirtiéndose en el primer centro de trauma del mundo. En la década del 50 del pasado siglo, se revoluciona la atención al paciente politraumatizado de manera espectacular al describir, un equipo de cirujanos norteamericanos, el uso de fluidoterapia con soluciones de cristaloides, usando la administración temprana de solución salina y ringerlactato.
En Corea (1950–1953), los norteamericanos lograron desarrollar una terapia antishock, lo que unido al traslado rápido de los heridos a hospitales quirúrgicos móviles (2 a 4 horas) logró una reducción de las muertes a un 2,4 % de sus efectivos. En Viet Nam (1959–1975), los norteamericanos desarrollaron las medidas iníciales de terapia intensiva y lograron reducir considerablemente el tiempo de evacuación a una hora, usando helicópteros para este fin.
Periodo postguerras
En los años que siguieron a la guerra, los cirujanos ortopédicos intentaron perfeccionar el tratamiento de las fracturas, en particular con el uso de clavos metálicos y alambres en la fijación. Con la