Albee (1876-1945), dinámico e imaginativo, introdujo el uso de la sierra eléctrica en la obtención de injertos óseos; Charles H. Mayo (1865-1939), creador, junto con su hermano William de un portentoso Centro Médico en la pequeña ciudad de Rochester, Minnesota.
Los Europeos mantienen su desarrollo, el alemán, Albert Hoffa (1859-1907), destacó en su libro de 1902, que la excisión de la cabeza femoral en patologías de cadera no debería ser rutinaria. Había observado que no todos los casos de enfermedad de la cadera eran tuberculosos. Hoffa estaba interesado en la escoliosis, pero su nombre se asocia a la hipertrofia de la grasa infrapatelar, conocida actualmente com enfermedad de Hoffa. Otro alemán llamado Georg Axhausen (1877-1960), es considerado como el que primero utilizó la expresión necrosis aséptica. Debe destacarse que la necrosis ósea era frecuente en esta época, por la inexistencia de los antibióticos, y que cualquier estudio de una necrosis ósea de origen no infeccioso era innovador. En un artículo que publicó en 1910, Axhausen escribió que la necrosis ocurría en los extremos óseos de cualquier fractura y que estimulaba y era reemplazada por la proliferación perióstica. También pensaba que la necrosis focal del hueso subcondral originaba cambios en el cartílago articular suprayacente, lo cual conducía a artritis deformante. No fue hasta los años 50 que el término necrosis aséptica de Axhausen fue reemplazado por el de necrosis avascular.
Jacques Calve (1875-1954) de Berck, Francia, Arthur T. Legg (1874-1939) de Boston, EEUU y George Perthes de Tubingen, Alemania, describieron en 1910 la enfermedad de Perthes. De ahí que dicha enfermedad sea denominada en ocasiones enfermedad de Calve-Legg-Perthes. Con la ayuda de radiografías, Calvé comprobó que algunos casos de caderas tuberculosas en niños eran en realidad casos de coxa plana. Observo que estos raros casos de irritabilidad de la cadera tenían evidencias radiológicas de coxa vara, hipertrofia de la cabeza femoral, aumento de densidad, fragmentación y aplanamiento de la epífisis. Noto que la enfermedad tenía una corta duración clínica, buena recuperación, no ocasionaba recaídas y no estaba asociada con adenopatías o abscesos. Calve también describió la osteocondritis vertebral con colapso, que atribuyó a cambios vasculares secundarios a traumatismo (aunque ahora conocemos que el granuloma eosinófilo es la causa más común). Legg estaba interesado en múltiples campos, pero es más conocido por los ocho artículos que publicó sobre la coxa plana. Incluía un tratamiento con una férula de tracción y observó la limitación de movimiento que ocasionaba.