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Los niños con síndrome urémico hemolítico (SUH) por Escherichia coli son menos propensos a sufrir de falla renal si reciben líquidos por vía intravenosa tempranamente, según un estudio publicado por Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.

«La expansión del volumen intravenoso (IV) es una intervención subutilizada» en pacientes con riesgo de desarrollar SUH, escribe el equipo del doctor Phillip I. Tarr, de la Escuela de Medicina de Washington University, St. Louis, Missouri.

El SUH aparece después de una fase diarreica provocada por la bacteria productora de toxina Shiga, generalmente la E. coli O157:H7. Desde mayo, cuando se desató el brote de E. coli en Alemania, se registraron más de 900 casos de SUH en Europa y América del Norte.

Los autores estiman que «la cascada patológica» que lleva a la insuficiencia renal podría interrumpirse con una mejor perfusión renal cuando el riesgo se detecta a tiempo en la fase diarreica. Un ensayo previo había indicado que la expansión del volumen IV suele ser protectora.

El equipo estudió a 50 niños con SUH de entre 1 y 17 años, de 11 hospitales pediátricos de Estados Unidos y Escocia; 34 habían tenido un período de oliguria seguido de anuria prolongada.

«Los que desarrollaron SUH oligoanúrico recibieron menos volumen y sodio durante todo el período previo al SUH que aquellos con SUH no oligoanúrico», señala el equipo.

En cuanto a la expansión temprana del volumen IV, la diferencia fue más evidente con la oligoanuria, que apareció en 21 de los 25 niños (84 por ciento) a los que no se les administró fluidoterapia IV en los primeros 4 días de enfermedad, comparado con 13 de los 25 niños (52 por ciento) tratados con fluidoterapia IV en ese período.

Eso se traduce en un riesgo relativo de oligoanuria de 1,6 (p=0,06) cuando no se administran líquidos por vía IV en los primeros cuatro días previos a la aparición del SUH.

El equipo de Tarr señaló: «El perfil clínico permite identificar a los pacientes que podrían estar infectados con E coli O157:H7 y en riesgo de desarrollar SUH. Se recomienda realizar un rápido diagnóstico microbiológico y hospitalizar a los pacientes potencialmente infectados porque la ventana de máxima efectividad y seguridad de la expansión del volumen IV sería breve».

De todos modos, los autores destacaron que «la expansión del volumen no protege por completo de la oligoanuria durante el SUH. La forma más segura de prevenirla es evitar la as infecciones por E coli O157:H7».

(Fuente: Arch Pediatr Adolesc Med, 2011.)

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Un estudio demuestra que la microalbuminuria y las cifras de presión arterial sistólica nocturna pueden evidenciar un control deficiente de la enfermedad.

El equipo de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital del Mar ha realizado un estudio donde determina cuáles son los parámetros de mayor utilidad para valorar la presencia de lesión orgánica y el riesgo de enfermedad grave asociada a hipertensión arterial. Las conclusiones del estudio, publicado en la revista Hypertension
(doi: 10.1161/HYPERTENSIONAHA.110.165563), apuntan a que las cifras de presión arterial sistólica nocturna en combinación con la medida de la excreción de albúmina en orina pueden ser marcadores de riesgo y pronóstico de enfermedad asociada directamente a la hipertensión arterial.

La hipertensión arterial es un problema sanitario de primer orden en todo el mundo. Al tratarse de una enfermedad asintomática y que suele pasar desapercibida, la percepción de riesgo o enfermedad por parte de los que la padecen es inexistente.

Es imprescindible un buen control de las cifras de presión arterial para evitar lesiones orgánicas asociadas. Previamente a la aparición de la lesión orgánica (infarto agudo de miocardio, insuficiencia renal avanzada, etc.), se produce un paso intermedio que se denomina lesión orgánica subclínica. Es fundamental detectar este paso previo para poder instaurar medidas efectivas que eviten, atenúen o minimicen los efectos de la lesión establecida de órgano diana. Un buen marcador para conocer esta lesión subclínica es la microalbuminuria, que es más frecuente en pacientes con hipertensión resistente al tratamiento (un 20% del total de los hipertensos). Hay grupos de pacientes que, aparentemente, tienen un buen control de presión arterial y que no constan como resistentes, pero que también presentan microalbuminuria. En estos casos es importante hacer una monitorización ambulatoria de presión arterial de 24 horas, porque podría ser que de día estuviesen bien controlados pero no de noche.

Según explica la Dra. Anna Oliveras, jefe clínico del Servicio de Nefrología del Hospital del Mar, responsable de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular y una de las coordinadoras del registro nacional de hipertensos resistentes, el estudio completo para detectar la presencia de lesión subclínica asociada a hipertensión incluye muchas “pruebas analíticas, electrocardiogramas, ecografías del corazón, de las arterias carótidas, conocer la velocidad de onda del pulso, la presencia de insuficiencia renal, etc. y, en la práctica, hacer un estudio tan extenso, no es posible en todas partes”. Poder detectar de forma efectiva, sencilla, rápida, no invasiva y económica esta lesión subclínica facilita la detección precoz de daño vascular, indicando la necesidad de extremar las medidas de tratamiento y de prevención adecuadas para evitar complicaciones graves y secuelas a los pacientes, así como gastos al sistema.

Este estudio, realizado con una muestra de más de 350 pacientes hipertensos resistentes, ha sido posible gracias al registro nacional de hipertensión resistente de España. Los hipertensos resistentes son aproximadamente un 20% del total. “Si tenemos en cuenta que en el año 2025 se estima que habrá un 60% más de hipertensos que actualmente y las cifras se situarán en torno a los 600 millones de pacientes afectados en todo el mundo, la repercusión de las consecuencias de la hipertensión son de enorme trascendencia”, explica la Dra. Oliveras, y añade: “En España, el 30% de la población tiene la presión elevada y la cifra prácticamente se duplica cuando nos referimos a pacientes de 65 años o más. Poder disponer de herramientas económicas y fiables que nos indiquen qué enfermos tienen un riesgo de sufrir enfermedad orgánica grave derivada de esta hipertensión y, por lo tanto, qué enfermos tienen mal pronóstico, es fundamental para poder establecer las medidas adecuadas para atenuar y prevenir las graves secuelas de la hipertensión”.

(Fuente: Jano.es) [Tomado de Al día]

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Investigadores de Badalona muestran que los obesos mórbidos presentan con mayor frecuencia lesiones glomerulares.

Un estudio realizado en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona concluye que las personas con exceso de peso tienen más probabilidades de desarrollar daño renal no relacionado con las enfermedades asociadas a la obesidad.

Entre 2001 y 2005, los investigadores del Servicio de Nefrología del citado hospital han analizado los riñones de muchos pacientes intervenidos de obesidad mórbida. Ninguno de ellos presentaba enfermedad renal al inicio de la investigación, pero los investigadores detectaron lesiones en el tejido del riñón precursoras de enfermedad en un porcentaje significativo de los pacientes participantes.

Sus resultados se han publicado recientemente en «Kidney International», revista cuyo editorial citaba que, con este trabajo, se abre una nueva línea de investigación en enfermedad renal.

Los autores recuerdan que la obesidad es una enfermedad asociada a problemas de salud graves con un gran impacto social. Hace tiempo que se sabe que muchos de estos problemas (diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, etc.) pueden comportar enfermedad renal. Aún así, el nuevo estudio es el que descubre por primera vez que la obesidad, independientemente de las enfermedades asociadas, puede desencadenar problemas renales por sí misma.

En el estudio participaron 95 pacientes con un índice de masa corporal superior a 40, correspondiente a «obesidad mórbida». Compararon los resultados obtenidos en estos pacientes con los de un grupo control, compuesto por 40 pacientes con peso y función renal normales, sometidos a biopsia renal.

Lesiones glomerulares
En el primer grupo detectaron un número bastante más elevado que en el segundo de lesiones glomerulares (es decir, daños en el tejido del riñón: acumulación de matriz mesangial, hipertrofia de los podocitos, proliferación de células mesangiales y glomerulomegalia), que pueden preceder al desarrollo de enfermedad renal crónica. Estas lesiones eran más frecuentes a medida que aumentaba el índice de masa corporal. Concretamente, un 77% de pacientes del grupo con obesidad mórbida tenían algún tipo de lesión glomerular, ante un 5% de las personas del grupo de control.

Según la primera firmante del trabajo, la Dra. Assumpta Serra, «los resultados de la investigación podrían explicar la relación entre la obesidad y el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica». En cualquier caso, el equipo investigador continúa estudiando los pacientes con obesidad mórbida que han participado en el estudio para saber si las lesiones detectadas acabarán dando lugar a enfermedad renal crónica y, si es así, averiguar si hay otros factores además de la obesidad que contribuyen a que aparezca, y cuál es el tratamiento preventivo que se debe dar a estos pacientes.

(Fuente: Jano.es)

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Científicos belgas publican que la enfermedad mental en receptores de un trasplante de riñón duplica el riesgo de insuficiencia renal, de necesitar someterse de nuevo a diálisis y de morir

Un nuevo estudio, de investigadores de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) muestra que la depresión entre los pacientes  receptores de un trasplante de riñón duplica el riesgo de insuficiencia renal, de requerir diálisis de nuevo y de morir.

«La preocupación por el rechazo del órgano trasplantado, el temor a una infección, la adaptación a la vida cotidiana y el uso de los fármacos inmunosupresores, que a menudo producen efectos adversos graves», pueden producir problemas emocionales en los adultos de edad avanzada después de un trasplante renal, según publican en el “American Journal of Kidney Diseases”. Pese a ello, se desconocían las consecuencias de desarrollar depresión en estos pacientes.

Para analizar esta circunstancia, el equipo dirigido por la Dra. Fabienne Dobbels identificó a 47.899 pacientes trasplantados renales entre 1995 y el 2003.

Las historial clínicas demostraron que la incidencia acumulativa de la depresión fue del 7%, un año después del trasplante renal, y del 11% y el 13%, a los dos y tres años respectivamente.

Diecinueve pacientes desarrollaron insuficiencia renal, el 8% murió con un riñón activo y el 11% volvió a necesitar diálisis.

Según el equipo, la depresión estuvo asociada con el doble de riesgo de cada uno de los resultados adversos.

«La depresión después del trasplante renal es una condición grave relacionada con malos resultados clínicos», concluyó el equipo. Por lo tanto, el control de la depresión y la reevaluación periódica «son claves para determinar qué pacientes necesitan terapia mental especializada».

(Fuente: American Journal of Kidney Diseases 2008;51:819-828)

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Trasplante renal y enfermedad renal crónica

Autor principal: Dr. Sergio Arce Bustabad, Editorial Ciencias Médicas, 2009.

Hipertensión arterial en la atención primaria de salud

Autor principal: Dr. Jorge P. Alfonzo Guerra, Editorial Ciencias Médicas, 2009.

Fisiología y exploración funcional renal

Autores: Dr. Raymed Bacallao Méndez; Dr. Reynaldo Mañalich Comas; Dra. Katiana Galvizu Díaz. Editorial Ciencias Médcias 2016.

 

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Sección de diagnóstico clínico
Inauguración de una nueva sección a cargo del Dr. Raymed Bacallao del Servicio de Nefrología Clínica del Instituto de Nefrología
Caso 01/2011
 Nombre: P. W. C. A.
 HC: 2186
 Fecha Nacimiento: 04/07/1982
 Edad: 28 años
 Ocupación: Trabajador por cuenta propia (Transportista)
 Residencia en Guanajay. Artemisa
 Fecha de ingreso: 18/5/2011
 Fecha de egreso: 20/5/2011
 MC: “Orina mucho”
 HEA: Paciente masculino blanco de 28 años, con APP de gastritis crónica para lo que lleva tratamiento higiénico-dietético y alergia ambiental. En el mes de enero el paciente comienza con poliuria que superaba los 10 litros por día, acompañada de polidipsia, con una particular preferencia por el agua helada. Esta poliuria y polidipsia le impedían el sueño, pues necesitaba levantarse alrededor de cinco o seis veces en la noche. Por este cuadro asiste a su médico de familia y luego de corroborar la poliuria, le indicó glicemia, la cual fue normal, por lo que es visto por el servicio de medicina interna del Hospital de Guanajay y remitido al Instituto de Endocrinología, donde se le diagnosticó una Diabetes Insípida Nefrogénica, tras realizársele una prueba de restricción hídrica; por lo que es remitido a nuestro centro, para su estudio y tratamiento.
 ANTECEDENTE Y HÁBITOS TÓXICOS
      Operaciones: Apendicectomía en 1998 (16 años de edad), 
      Amigdalectomía y Adenoidectomía en 1986 (4 años de edad)
 APF: Abuelo materno (vivo) HTA + DM tipo 2.
           HÁBITOS TÓXICOS: Fumador de 10 cigarros al día, alcohol ocasional,
                                        café- 2 tazas/día
          
EXAMEN FÍSICO
 Uña del primer artejo del pie derecho, deslustrada, amarillenta e irregular (Onicomicosis), caries dentales en dos molares (no obturadas). Peso: 76 Kg  Talla: 178 cm y  IMC: 24 Kg/m2
           TA: 120/70 mmHg, sin modificaciones posturales. 
           FC: 80/min, FR: 17/min.
   
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
           Hemograma con diferencial:  L-5.4 x 109/, N-0.6,L-0.29, M-0.07, E-0.03,
           B-0.01, Hb-15.5 g/L, Plt- 292 x 109/L
           Eritrosedimentación: 3 mm/h
           Estudios virales: AgSHepB- (-), Ac Hep C – (-) y VIH – (-)
           ECG: normal
           Hemoquímica: Ca-2.6 mmol/l, P- 1.08 mmol/l, FAlc- 129 U/l, Urea – 3.1  
                 mmol/l, Creatinina- 0.72 mg/dl (CrCl (C-G):146.6 ml/min/1.73m2SC), 
                 Colesterol- 3.81 mmol/l, Tg- 0.7  mmol/l, Proteínas totales- 79.1 g/l,
                 Albúmina- 45 g/l, TGP-23.9 U/l, TGO- 27 U/l, Ácido Úrico- 309μmol/l
                 Glicemia- 4.9 mmol/l y densidad urinaria por tira: 1001-1003
   TEST DE SUPRESIÓN HÍDRICA
•        Peso luego de 6 horas de ayuno (líquido): 163 libras
                 Osmp- 281 mosmol/Kg
                 Osmu- 71 mosmol/kg
• 10 horas:
                 Osmp-288 mosmol/Kg
                 Osmu- 86 mosmol/Kg
• 12 horas:
                Osmp-291 mosmol/Kg
                Osmu-99 mosmol/Kg
• 14 horas:
                Osmp-295 mosmol/Kg  (Peso: 158 lbs)
                Osmu- 99 mosmol/Kg
  (se administran 10 μg de  DDVP intranasal)
• 15 horas: (1 hora post-DDVP)
               Osmp-295 mosmol/Kg
               Osmu-546 mosmol/Kg
• 16 horas:
              Osmp- 294 mosmol/Kg
              Osmu-522 mosmol/Kg
ESTUDIOS IMAGENOLÓGICOS
Ecografía abdominal:
 Hígado, bazo y páncreas sin alteraciones, no adenopatías.
 RD: Mide 104 mm de ecogenicidad normal, parénquima de 13.5mm, no dilatación, ni litiasis.
 RI: Mide 110 mm de ecogenicidad normal, parénquima de 13.5 mm, no dilatación, ni litiasis.
Rayos X de tórax, cráneo AP y Lateral, silla turca normales. RMN de cráneo No alteraciones encefálicas en este estudio. Lesiones polipoideas en senos maxilares de 18mm en el derecho y 16 mm el izquierdo.
ADH. No disponible
ESTUDIO DE FUNCIÓN TIROIDEA
 TSH- 1.6 mmol/l (0.27-3.75)
 T3- 2.0 mmol/l (1.0-3.3)
PRUEBA DE TOLERANCIA A LA GLUCOSA
(75 gramos de dextrosa anhidra)
 Ayunas: 3.91 mmol/l
 2 horas: 4.16 mmol/l
¿CUÁL ES SU DIAGNÓSTICO?
Resultados y comentarios el lunes 15 de agosto

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