El conocimiento histórico

El conocimiento del pasado y el aprendizaje de las lecciones de la historia ayudan a no repetir los mismos errores. Esa es una ventaja clara y práctica de la necesidad del conocimiento histórico.

«El maestro» (1914). Autor: Carlos Bonvalot (1893-1934). El cuadro representa una lección de Anatomía impartida por el Professor Henrique de Vilhena, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa.

La vida nos ha enseñado también que todos, de una forma u otra, tenemos necesidad de encontrar héroes y fuentes de inspiración en los que apoyar el desempeño profesional. Estos hombres y mujeres heredaron de sus predecesores herramientas, creencias y actitudes, y a partir de ellas, lograron hacer magníficas contribuciones personales para el progreso de la medicina, cada uno en su contexto.

La información que tengamos de épocas pasadas, nos ayuda a predecir los cambios y rumbos que seguirá la ciencia. Al conectar nuestro pasado con el presente, es posible proyectar, de alguna manera, una línea hacia el futuro ya que, como establece la geometría, son necesarios 2 puntos para definir una línea, y uno de esos puntos es el pasado.

Por otra parte, el estudio de la historia es una lección de humildad. Nuestros predecesores creyeron que estaban haciendo lo mejor, pero nosotros sabemos que nadaron en un océano de errores y prejuicios, y que trabajaron con herramientas limitadas, si las miramos desde nuestro momento histórico. En el curso de la carrera médica, en un tiempo de rápida expansión del saber, es inevitable que las prácticas que aprendemos en la facultad y que se han utilizado durante muchos años sean cambiadas y descartadas.

Muchos conceptos que incorporamos con dificultad, pronto serán obsoletos y deberemos asimilar los nuevos. En ese camino, será inevitable recordar a los pacientes que fueron mal atendidos por nuestro conocimiento defectuoso. Aun así, debemos seguir haciendo con humildad y compromiso lo mejor que podamos con lo mejor que tenemos.

Finalmente, el estudio de la historia afirma los principios fundamentales de la medicina, esos que no cambian, a pesar de los avances científicos, tecnológicos o sociopolíticos: nuestra profesión tiene una base inmutable en la asistencia, la preocupación por los demás y la curiosidad. Estos pilares son los que han sostenido el progreso y han permitido perdonar nuestras fallas y guiar nuestros objetivos al servicio de la humanidad.

En esta sección, rendimos humilde homenaje a aquellos que trazaron el camino que seguimos hoy.

Fuente:

Buzzi, A. E. ¿Por qué es importante estudiar la historia de la medicina? Revista Argentina de Radiología. 2014: 78(2) 118-119. DO – 10.1016/j.rard.2014.06.011