La bacteria Escherichia coli productora de toxinas Shiga (STEC) O157 suele encontrarse en las heces de los animales como el ganado vacuno y las ovejas. Cuando infecta a los seres humanos, puede causar intoxicación alimentaria y enfermedades graves. Aproximadamente el 30 % de las personas afectadas requieren hospitalización y puede ser mortal en los niños.
En septiembre de 2022, un gran brote de Escherichia coli productora de toxinas Shiga (STEC) TEC O157:H7 se identificó en el Reino Unido. En solo 72 horas el laboratorio de referencia del país confirmó 73 casos de intoxicaciones alimentarias causadas por esta bacteria.
En el artículo An outbreak of Shiga toxin-producing Escherichia coli (STEC) O157:H7 associated with contaminated lettuce and the cascading risks from climate change, the United Kingdom, August to September 2022, publicado en la revista Eurosurveillance en el año 2024, los investigadores presentan los resultados de una investigación dirigida a identificar la fuente del brote e informar sobre las estrategias de mitigación de los riesgos. Se utilizó la secuenciación del genoma completo para identificar los casos asociados al brote.
Un equipo de gestión de incidentes (IMT), integrado por varias agencias, se propuso investigar la fuente del brote mediante la realización de los análisis epidemiológicos tradicionales y de las investigaciones de rastreo. Un subgrupo independiente del IMT exploró una nueva metodología de triangulación utilizando los datos meteorológicos, de riesgo de inundaciones, de uso y clasificación de la tierra y de densidad de la cría de ovejas, para explicar la contaminación y determinar de forma independiente la fuente potencial del brote de STEC.
El serotipo O157 de Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC) es un patógeno gastrointestinal transmitido por los alimentos que supone un riesgo para la salud pública. Las infecciones por STEC pueden presentarse como casos esporádicos o como brotes, y ser sintomáticas o asintomáticas.
Los síntomas pueden variar desde diarrea leve hasta los calambres abdominales, los vómitos y la diarrea sanguinolenta grave; aproximadamente el 30 % de los casos requiere ingreso hospitalario. En general, alrededor del 5 % de los casos (que aumenta al 11 % en los niños de 1 a 4 años) desarrollan síndrome hemolítico-urémico, que es una enfermedad multisistémica grave que afecta predominantemente a los riñones y puede ser mortal.
En 2022, STEC ocupó el tercer lugar entre los microorganismos patógenos zoonóticos de transmisión alimentaria más notificados en los países de la Unión Europea/Espacio Económico Europeo (UE/EEE). De los 29 países de la UE/EEE que reportaron datos del año 2022, 25 comunicaron un total de 8 565 casos confirmados de infección por STEC, con 71 brotes de STEC de transmisión alimentaria notificados por 14 países.
En el brote objeto de estudio, en total, se confirmaron 259 casos en todo el Reino Unido con fechas de inicio de la enfermedad entre el 5 de agosto y el 12 de octubre de 2022.
Las investigaciones epidemiológicas señalaron como la fuente del brote a un alimento de vida útil corta, distribuido a nivel nacional y cultivado en el Reino Unido. La epidemiología analítica y el análisis de la cadena alimentaria sugirieron que la lechuga era el vehículo probable de la infección. El rastreo de la cadena de suministro de los alimentos identificó al “Fabricante X” como el probable productor implicado.
Independientemente de los estudios de la cadena alimentaria, se desarrolló un nuevo análisis geoespacial que triangula los datos meteorológicos, de riesgo de inundaciones, de densidad animal y de uso de la tierra, y que también identifica al productor X como la fuente probable
Las investigaciones desarrolladas permitieron confirmar la lechuga contaminada como el probable vehículo de infección en el brote mediante el uso de la secuenciación del genoma completo, entrevistas a los casos y el seguimiento de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro.
Los autores, entre sus conclusiones, resaltan el hecho de que el cambio climático tendrá un impacto cada vez mayor en la salud y la seguridad alimentaria. Seguirán ocurriendo más eventos de lluvias intensas. Las lechugas implicadas en este brote pueden haber sido contaminada por las fuertes lluvias y las inundaciones, que transportaron la bacteria STEC de las heces de los animales hacia los cultivos en los campos.
El desarrollo de nuevas técnicas podría ayudar a predecir y prevenir futuros brotes y a fundamentar las evaluaciones y la gestión de los riesgos para los agricultores que cultivan productos frescos para el consumo humano.
Fuente: Eurosurveillance
Dejar un comentario