Papel de las vacunas alergénicas.
Rojas-Hijazo B, Colás C, Ferrer L, Sobrevía M, Cubero JL. 
O.R.L. ARAGON’2009; 12 (1) 15-19

La inmunoterapia específica consiste en la administración de extractos alergénicos para alcanzar la tolerancia clínica de los alergenos que causan los síntomas a los pacientes con rinitis y asma alérgicos y con hipersensibilidad a veneno de himenópteros. La inmunoterapia alergénica está indicada en pacientes cuyos síntomas no se controlan con tratamiento sintomático. La inmunoterapia específica puede disminuir los síntomas, el consumo de medicación y modificar el curso natural de la enfermedad alérgica, reduciendo el riesgo de desarrollar nuevas sensibilizaciones e inhibiendo el desarrollo de asma en pacientes con rinitis alérgica. Además, los efectos persisten mucho tiempo después de completar el tratamiento. Hay muchas investigaciones encaminadas a mejorar la  seguridad de las vacunas alergénicas conservando su eficacia.
 Palabras claves: Inmunoterapia, alergenos, rinitis alérgica.

Aproximación práctica al diagnóstico de la alergia alimentaria.
Góngora-Meléndez M A, Sienra-Monge J J L, Río-Navarro B E, Ávila C L.
Bol Med Hosp Infant Mex 2010; 67: 390-7.

» La alergia alimentaria representa la primera expresión clínica de atopia durante la vida, ya sea con manifestaciones gastrointestinales o cutáneas, seguidas de asma y rinitis. A este continuo desarrollo de enfermedades se ha denominado “marcha atópica”. Es un problema importante de salud, no sólo para los pacientes sino también incluye al grupo familiar y social. Se define como una respuesta inmunológica anormal ante la ingesta de proteínas alimenticias que ocasionan una reacción clínica adversa. La mayoría de las personas desarrolla tolerancia a los antígenos alimentarios, los cuales constantemente acceden al organismo. Sin embargo, cuando la tolerancia falla, el sistema inmune responde con reacciones de hipersensibilidad. El diagnóstico de la alergia alimentaria todavía es un ejercicio clínico que depende de una historia cuidadosa, de la determinación específica de IgE, pruebas de parche, una apropiada dieta de exclusión y la realización de reto cegado».

Palabras clave: diagnóstico, alergia, alimentos, atopia, antígenos

Diagnostic evaluation of food-related allergic diseases.
Eckman J ,  Saini S  and Hamilton R G.
Allergy, Asthma & Clinical Immunology 2009, 5:2.
PDF (610KB)

Aproximadamente el 6 % de los niños y el 3,7% de los adultos experimentan síntomas de alergia mediada por IgE tras la ingestión de alimentos. Esto contrasta con el 20% de la población que altera su dieta porque percibe tener reacciones adversas con los alimentos. Esta revisión examina el proceso de diagnóstico que se inicia con la historia clínica del paciente y su examen físico.  El alergólogo tiene el reto de identificar con precisión las reacciones adversas inmunológicamente mediadas o no,  en el contexto de esta percepción, utilizando la información proporcionada por la historia del paciente, las pruebas cutáneas  y las pruebas de serología para IgE específica a alimentos.  Una serie de cuestiones de carácter general deben ser considerados en la revisión de los estudios sobre el diagnóstico de  alergia a los alimentos. Estas consideraciones son las características de la población de pacientes, la instrumentación y la interpretación de las pruebas  cutáneas y las pruebas serológicas de determinación de  IgE alergeno-específica y y las variaciones en los protocolos de provocación alimentaria.

 

Existen receptores para el sabor amargo en las vías respiratorias. Tienen una potente acción dilatadora que podría tratar algunas patologías. Hace tan solo una década, un grupo de investigadores del Instituto Médico Howard Hughes (EEUU) describió los receptores gustativos del sabor amargo y qué genes eran los responsables de su existencia. Ahora, un equipo de la Universidad de Maryland ha hecho un descubrimiento muy interesante. En primer lugar, han visto receptores de este tipo en las vías respiratorias y, además, han observado que su estimulación provoca su dilatación, lo que podría convertirlos en un buen tratamiento para el asma o el EPOC.

Nuestra lengua contiene miles de receptores gustativos que no sólo sirven para distinguir los sabores sino también, como es el caso de los destinados al amargo, para evitar intoxicarnos con los alimentos. La teoría dice que estos evolucionaron para que distinguiéramos, por ejemplo, entre las almendras dulces, inocuas, y las amargas, que contienen amigdalina, una sustancia venenosa. Pero ésta podría no ser su única misión. «De forma inesperada, encontramos recientemente la expresión de varios receptores del sabor amargo en el músculo liso de las vías aéreas», explican los autores en la revista ‘Nature Medicine’. El motivo de su presencia en este extraño sitio era una incógnita así que se pusieron manos a la obra para averiguar cómo funcionan y para qué sirven. En principio, pensaron que su presencia en las vías aéreas indicaba que algunas enfermedades broncoespásticas como el asma ocupacional (el que se genera en el ambiente de trabajo) podrían ser provocadas por sustancias inhaladas que actúan sobre estos receptores causando la contracción de los bronquios.

Esta hipótesis se basaba en las reacciones químicas desencadenadas por los receptores del amargo, que eran las típicas que ocurrían en los fenómenos de contracción. Sin embargo, cuando utilizaron sustancias que las activaban, vieron que su efecto era el contrario: dilataban las vías aéreas. Y lo hacían «con la eficacia que cualquier agente terapéutico conocido», señala el artículo.

«Parece ser que los compuestos amargos funcionan al contrario de como pensábamos», indica Stephen Liggett, director del Programa de Genómica Cardiopulmonar de la Universidad de Maryland y autor del estudio. «Abrían las vías respiratorias mejor que cualquier fármaco conocido para el tratamiento del asma o el EPOC [enfermedad pulmonar obstructiva crónica]».

En los experimentos realizados en el laboratorio, los autores observaron que activando estos receptores se reducía un 90% la contracción de las vías respiratorias de los roedores provocada por la acetilcolina o la serotonina -dos conocidos constrictores-. En el caso de tejido humano, la reducción era del 50% al 80%. Los resultados fueron igualmente buenos al estimular los receptores en modelos animales con asma.

«Basándonos en nuestro trabajo, creemos que los mejores fármacos serían modificaciones químicas de compuestos amargos, que se administrarían a través de un inhalador», añade Liggett. Habrá que llevar a cabo más estudios que los prueban en combinación con las terapias existentes, sugieren finalmente los autores.

25 octubre de 2010.  Fuente; Intramed

Vaccine Adjuvants: Putting Innate Immunity to Work.
Robert L. Coffman, Alan Sher and Robert A. Seder.
Immunity 2010; 33: 492-503.
(PDF 533 KB)

Los adyuvantes (inmunopotenciadores o inmunomoduladores) se han utilizado durante décadas para mejorar, acelerar y prolongar la respuesta inmune específica a los antígenos vacunales. La definición más amplia del término adyuvante se deriva del vocablo latino adyuvare, que significa ayudar. La idea de que algunas sustancias pueden mejorar la respuesta inmune fue reconocida hace muchos años con la obra de William Coley, quien utilizó productos bacterianos para el tratamiento de pacientes con cáncer, y Ramón y Glenny, que utilizaron  reactivos como la tapioca y el hidróxido de aluminio, para mejorar las respuestas  de caballos y conejillos de indias frente a los toxoides diftérico y tetánico (1). Las ventajas de los adyuvantes incluyen una mayor inmunogenicidad de los antígenos, modificación de la naturaleza de la respuesta inmune, la reducción de la cantidad de antígeno necesario para una inmunización correcta, la disminución  de inmunizaciones de refuerzo necesarias y una mejor respuesta inmune en los ancianos e inmunodeprimidos vacunados.  En la última década, se han definido muchos receptores y vías de señalización en el sistema inmune innato, ejerciendo las  respuestas innatas gran influencia en la respuesta inmune adaptativa.  El objetivo de esta revisión es delinear los mecanismos innatos por los cuales los adyuvantes median sus efectos.  Sigue existiendo la necesidad de adyuvantes que mejoren la respuesta de anticuerpos protectores,  especialmente en poblaciones que no responden bien a las vacunas actuales. Sin embargo, el reto más grande es  desarrollar vacunas que generen una fuerte inmunidad de células T con antígenos vacunales purificados o recombinantes.

1- McKee A S, Munks M W and Marrackñ P. How Do Adjuvants Work? Important Considerations for New Generation Adjuvants. Immunity 2007; 27 (5): 687-690.

Eficacia diagnóstica de la prueba cutánea de Prick con extractos alergénicos de ácaros en pacientes asmáticos. Ross P  A, Rodríguez P J, Perez F M, Sarduy R CM. AMC 2009, 13 (3)

Ensayo clínico diagnóstico, controlado, aleatorizado, que evaluó la validez y seguridad del Prick Test con extracto de ácaros en pacientes asmáticos. Incluyó cien pacientes con antecedentes de Asma Bronquial diagnosticada en algún momento de sus vidas, y cien voluntarios sanos que conformaron el grupo control. Resultados: Predominio del Asma Bronquial en el sexo femenino y en edades comprendidas entre 15 y 38 años. La Rinitis alérgica fue la enfermedad que con más frecuencia se asoció al asma. El Dermatophagoides pteronyssinus fue el ácaro de mayor prevalencia y diámetro del habón en Prick Test. Concluyeron que la prueba cutánea de Prick con extractos de ácaros resultó eficaz en pacientes con Asma Bronquial.

El alergólogo Sami Bahna, presidente del colegio americano de Alergia, Asma e inmunología  (ACAAI) declaró en la reunión anual de esta sociedad, celebrada en Phoenix (11- 16 de noviembre) que si se tiene alergia alimentaria, sobre todo severa, no es raro que se tenga una reacción después de besar a una persona que ha comido un alimento o ha tomado por vía oral,  una medicina a la que eres alérgico. Los síntomas incluyen edema de los labios o la garganta, lesiones en piel como urticaria y prurito y sibilancias.
¿Cómo evitar las alergias provocadas por besos?
Los alergólogos recomiendan que la persona que no tiene alergia se lave y enjuague la boca y evite comida a la que es muy alérgica la persona a la que va a besar durante 16 a 24 horas. Pero puede que incluso estas precauciones no sean suficientes. El doctor Bahna presentó el caso de un médico de 30 años alérgico al maní, que sufrió recurrentes episodios de anafilaxia como edema en los labios y picor en la boca después de que su novia le diera un beso. Ella había comido maní dos horas antes, aunque se cepilló los dientes, se enjuagó la boca y masticó un chicle antes de verle. Se conocen casos con alergia a espermicidas, látex, lubricantes e incluso al semen de la pareja.

Fuente: ACAAI.

Skin prick testing in patients using beta-blockers: a retrospective analysis. Irene N Fung and Harold L Kim. Allergy Asthma Clin Immunol. 2010; 6(1): 2. PDF(171K). El uso de beta-bloqueantes es una contraindicación relativa en las pruebas cutáneas con alérgenos, sin embargo, hay una escasez de literatura sobre los eventos adversos en esta circunstancia. Los autores examinaron una población de pacientes con Prick test y tratamiento betabloqueante en busca de algún efecto adverso. Concluyen que existe relativa seguridad con las pruebas cutáneas en los pacientes con tratamiento betabloqueante, aunque se necesitan estudios prospectivos mayores para corroborar estas conclusiones.