El objetivo del proyecto de desarrollo de estas directrices fue ayudar a los legisladores y profesionales a enfrentar los problemas éticos presentados por la vigilancia de la salud pública.
La vigilancia, cuando se realiza éticamente, es la base de programas para promover el bienestar humano a nivel de la población. Puede contribuir a reducir las desigualdades: los espacios de sufrimiento que son injustos y prevenibles no pueden abordarse si no se hacen visibles primero. Pero la vigilancia no está exenta de riesgos para los participantes y a veces plantea dilemas éticos. (Más información)