El caso es la última sorpresa en la marcha global de la cepa de la gripe, un subtipo de H5N1 conocido como clado 2.3.4.4b que, durante más de dos años, ha devastado las aves silvestres y las de corral en todo el mundo. Los inesperados brotes de H5N1 en el ganado plantean difíciles cuestiones sobre cómo proteger a los rebaños y a las personas.
En el artículo “U.S. dairy farm worker infected as bird flu spreads to cows in five states”, publicado en la revista Science en abril de 2024, se reporta que los funcionarios de Texas, en los Estados Unidos de América (EE. UU.), emitieron una alerta de salud sobre el primer caso confirmado de una infección humana con un virus de la influenza aviar que ha llegado a las vacas lecheras.
El trabajador de una granja lechera; infectado cuando la gripe aviar se ha propagado a las vacas en los estados de Texas, Kansas, Nuevo México y Michigan, mientras que Idaho tiene un brote presunto en una granja lechera; desarrolló conjuntivitis, una infección ocular leve que ocurre frecuentemente cuando los virus de la influenza aviar se trasmiten a los humanos.
Algunos indicios sugieren que el virus se transmitió entre las vacas, algo que sigue sin demostrarse. El Departamento de Agricultura de EE.UU. (U.S. Department of Agriculture, USDA) indicó que las pruebas iniciales no han encontrado cambios en el virus que lo hagan más transmisible a los humanos.
Aun así, la aparición generalizada del H5N1 en los mamíferos ha renovado la preocupación de que pueda evolucionar para hacerse más transmisible entre las personas. Y los científicos están tratando urgentemente de responder a una serie de preguntas, entre ellas hasta qué punto se ha propagado el virus entre las vacas estadounidenses y cómo evitar que se infecten más rebaños y más personas.
Aunque las vacas contraen habitualmente virus gripales, es la primera vez que se detecta en ellas una cepa de gripe aviar «altamente patógena». El USDA afirma que alrededor del 10 % de los rebaños afectados han enfermado. Las vacas enfermas presentan signos leves y producen menos leche, más espesa de lo habitual, parecida al calostro, la primera leche que se produce tras el nacimiento de un ternero.
Según el USDA el riesgo actual para el público sigue siendo bajo y la contaminación de la leche comercial «no es preocupante», porque la pasteurización destruye los virus de forma fiable, y no se está vendiendo la leche procedente de las vacas enfermas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (en inglés Centers for Disease Control and Prevention, CDC) de los Estados Unidos de América, han señalado que no se debe beber leche cruda ni comer los productos elaborados con ella, como el queso. El comunicado del USDA señala que los gatos de las granjas también se han infectado.
Si bien hasta el momento no existen pruebas de que el virus haya infectado al ganado vacuno, los investigadores afirman que ello podría deberse simplemente a la falta de vigilancia, o a que estos animales muestran signos más sutiles que los cambios en la producción de leche y su aspecto.
Las pruebas de anticuerpos de los rebaños revelarán la extensión de la infección y el tiempo que lleva infectando al ganado. Los experimentos de laboratorio podrían aclarar cómo un virus que normalmente causa enfermedades respiratorias acabó en las ubres de las vacas, haciéndolo detectable en su leche, y si otros órganos están infectados.
No existen vacunas contra el H5N1 para el ganado, aunque sí para las aves de corral, que se utilizan mucho en China, con algunos éxitos notables. Podría tener sentido un programa intensivo para desarrollar una vacuna equivalente para el ganado. Si las vacunas pueden reducir la propagación del virus, podrían ofrecer cierta protección secundaria a los trabajadores del sector lácteo. (Más información)
Fuente: Science
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