Dengue
Debe sospecharse que una persona tiene dengue cuando presenta una fiebre elevada (40° C) acompañada de dos de los siguientes síntomas durante la fase febril (2 a 7 días):
- dolor de cabeza muy intenso
- dolor detrás de los globos oculares
- dolores musculares y articulares
- náuseas
- vómitos
- agrandamiento de ganglios linfáticos
- sarpullido
Dengue grave
El paciente entra en lo que se denomina fase crítica por lo general de 3 a 7 días después de iniciarse la enfermedad. Durante las 24-48 horas de la fase crítica, una pequeña parte de los pacientes puede manifestar un deterioro repentino de los síntomas. Es en este momento, al remitir la fiebre en el paciente (por debajo de los 38 °C), cuando pueden manifestarse los signos de alerta asociados al dengue grave. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica.
El personal médico debería buscar signos de alerta como los siguientes:
- dolor abdominal intenso
- vómitos persistentes
- respiración acelerada
- hemorragias en las encías o en la nariz
- fatiga
- agitación
- agrandamiento del hígado (hepatomegalia)
- presencia de sangre en el vómito o en las heces
Si los pacientes manifiestan tales signos durante la fase crítica, es esencial someterlos a una observación estrecha en las 24-48 horas siguientes a fin de brindar la atención médica adecuada para evitar otras complicaciones y el riesgo de muerte. La vigilancia estrecha debe continuar también durante la fase de convalecencia.
Métodos de diagnóstico
Pueden utilizarse distintos métodos para establecer el diagnóstico de la infección por el DENV. En función del momento en que se presente el paciente, será más o menos adecuada la utilización de los distintos métodos de diagnóstico. Las muestras recogidas en pacientes durante la primera semana de la enfermedad deben analizarse con los dos métodos mencionados a continuación.
Métodos de aislamiento del virus
El virus puede aislarse en la sangre durante los primeros días de la infección. Existen diversos métodos de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RCP RT). No obstante, la realización de estas pruebas precisa equipo especializado y formación del personal.
El virus también puede detectarse mediante pruebas dirigidas a constatar la presencia de una proteína producida por el virus, denominada NS1. Hay pruebas de diagnóstico rápido disponibles comercialmente que pueden utilizarse a tal fin y que dan el resultado en tan solo unos 20 minutos; además, dichas pruebas no requieren técnicas ni equipo de laboratorio especializados.
Métodos serológicos
Los métodos serológicos, como la inmunoadsorción enzimática (ELISA), pueden confirmar la presencia de una infección reciente o antigua mediante la detección de los anticuerpos contra el virus del dengue. Los anticuerpos IgM pueden detectarse aproximadamente una semana después de la infección y se pueden seguir detectando durante unos 3 meses. La presencia de anticuerpos IgM indica una infección reciente por el DENV. Los niveles de anticuerpos IgG tardan más en aparecer y permanecen en el organismo durante años. La presencia de anticuerpos IgG indica una infección antigua.
Tratamiento
No hay tratamiento específico para el dengue. Los pacientes deben guardar reposo, mantenerse hidratados y buscar el asesoramiento médico. Dependiendo de las manifestaciones clínicas y de otras circunstancias, los pacientes pueden ser enviados a la casa, ser derivados para su manejo en el hospital, o requerir un tratamiento de emergencia y una derivación urgente.
Para controlar los dolores musculares y la fiebre se pueden tomar tratamientos sintomáticos como los antifebriles y los analgésicos.
- La mejor opción terapéutica contra tales síntomas es el paracetamol.
- Deberían evitarse los AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno y la aspirina. Estos medicamentos antiinflamatorios tienen un efecto anticoagulante, y en una enfermedad con riesgo de hemorragias pueden empeorar el pronóstico.
En el caso de dengue grave, la asistencia prestada por el personal médico y de enfermería con experiencia en los efectos y la evolución de la enfermedad puede salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad a menos del 1% en la mayoría de los países.
Vacunación contra el dengue
La primera vacuna contra el dengue, Dengvaxia® (CYD-TDV), desarrollada por Sanofi Pasteur, se aprobó en diciembre de 2015 y su comercialización ha sido autorizada hasta el momento por los organismos de reglamentación de unos 20 países.
En noviembre de 2017 se publicaron los resultados de un nuevo análisis para determinar retrospectivamente el estado serológico en el momento de la vacunación. El análisis reveló que el subgrupo de participantes en el ensayo que eran seronegativos en el momento de la primera vacunación corría mayor riesgo de padecer dengue grave y ser hospitalizado por dengue que el de los participantes no vacunados. Por ello, la vacuna CYD-TDV va dirigida a personas de 9 a 45 años residentes en zonas endémicas que hayan tenido al menos un episodio de infección previa por el virus del dengue. Se están evaluando otras vacunas candidatas contra el dengue.
Factores de riesgo
Una infección previa por el DENV aumenta el riesgo de desarrollar el dengue grave.
La urbanización (especialmente la no planificada) está asociada a la transmisión del dengue en función de múltiples factores sociales y ambientales: densidad de población, movilidad humana, acceso a las fuentes de agua fiables, prácticas de almacenamiento del agua, etc.
Los riesgos de la comunidad frente al dengue también dependen de los conocimientos, la actitud y las prácticas de la población frente al dengue, así como de la ejecución de actividades rutinarias de control vectorial sostenibles en la comunidad.
Por tanto, los riesgos relativos a la enfermedad pueden cambiar y desplazarse con el cambio climático en las zonas tropicales y subtropicales, y los vectores pueden adaptarse al nuevo entorno y clima.
Prevención y control
Cuando una persona sabe que tiene dengue, debe evitar que le piquen más mosquitos durante la primera semana de la enfermedad. Es posible que el virus circule en la sangre durante este periodo, por lo que esta persona podría trasmitir el virus a otros mosquitos no infectados, que a su vez podrían infectar a otras personas.
La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo para el dengue. Hoy por hoy, el método principal para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores. Para ello se deben adoptar las siguientes medidas:
- Prevención de la reproducción de mosquitos:
- Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos mediante el ordenamiento y la modificación del medio ambiente.
- Eliminar correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales que puedan acumular agua.
- Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena el agua para uso doméstico.
- Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena el agua a la intemperie.
- Protección personal contra las picaduras de mosquito:
- Utilizar medidas de protección personal en el hogar, como los mosquiteros en las ventanas, los repelentes, las espirales y los vaporizadores. Estas medidas deben observarse durante el día tanto dentro como fuera del hogar (por ejemplo, en el trabajo o en la escuela) ya que los principales mosquitos vectores pican durante todo el día.
- Se aconseja llevar una ropa que reduzca al mínimo la exposición cutánea a los mosquitos.
- Implicación comunitaria:
- Informar a la comunidad sobre los riesgos de las enfermedades transmitidas por los mosquitos.
- Colaborar con la comunidad para mejorar su participación y su movilización a fin de lograr un control permanente de los vectores.
- Vigilancia activa de los virus y los mosquitos:
- Vigilar activamente la abundancia de los vectores y las especies presentes para determinar la eficacia de las intervenciones de control.
- Supervisar prospectivamente la prevalencia de virus en la población de los mosquitos, llevando a cabo un análisis activo de las recolecciones de mosquitos centinela.
- La vigilancia de los vectores puede combinarse con la vigilancia clínica y la ambiental.
Por otro lado, continúan las investigaciones entre muchos grupos de colaboradores internacionales para buscar nuevas herramientas y estrategias innovadoras que contribuyan a las iniciativas mundiales dirigidas a interrumpir la transmisión del dengue. La OMS alienta la integración de los diferentes métodos de gestión de vectores con el fin de lograr intervenciones sostenibles, eficaces y adaptadas al contexto local.
En resumen, no hay un tratamiento específico para el dengue ni para el dengue grave. La detección precoz del empeoramiento de la enfermedad asociada al dengue grave, y el acceso a atención médica adecuada, reduce las tasas de letalidad del dengue grave a menos del 1 %.
El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas.
La incidencia del dengue en el mundo ha aumentado enormemente, y actualmente alrededor de la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer esta enfermedad. Se estima que hay entre 100 y 400 millones de infecciones cada año, si bien más del 80 % de ellas son generalmente leves y asintomáticas.
La prevención y control del dengue dependen de la adopción de medidas antivectoriales eficaces. La participación comunitaria sostenida puede mejorar considerablemente las iniciativas de la lucha antivectorial.
El dengue grave es una de las principales causas de enfermedad grave y de muerte en algunos países de Asia y América Latina. Deben tratarla profesionales médicos. (Más información)
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)
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