genética

Un equipo de investigación con participación española ha revelado que el sexo biológico afecta a la forma en la que actúan los genes en casi todos los tejidos. Entre hombres y mujeres existen muchas y pequeñas de estas diferencias moleculares, que están implicadas en la grasa corporal y el cáncer. Ampliar…

Mutaciones hereditarias raras en el regulador maestro del cuerpo del sistema de reparación del ADN, el gen TP53, pueden dejar a las personas en mayor riesgo de desarrollar múltiples tipos de cáncer en el transcurso de sus vidas, según publican los investigadores en la revista Cancer Research, la revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. Ampliar…

Científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia «Josep Carreras» han descubierto una molécula en el genoma no codificante que provoca la proliferación de células y facilita que las tumorales se multipliquen y expandan. Los resultados se publican en Nature Communications. Sonia Guil, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, y Lourdes Farré, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), han descrito cómo en una región del genoma no codificante existe una molécula intermedia implicada en la regulación de procesos clave para el desarrollo y diferenciación de las células, y para la expansión de células tumorales. Ampliar…

El ejercicio de resistencia y el de alta intensidad ralentizan y podrían revertir el envejecimiento celular, según un estudio de la Universidad de Leipzig, en Alemania, que se publica en European Heart Journal. No se obtendría el mismo efecto, por otra parte, con el entrenamiento de fuerza.

El estudio liderado por Ulrich Laufs, contó con la participación de 266 jóvenes sanos pero inactivos al comienzo del estudio a los que se asignó a cuatro grupos de forma aleatoria. Así, un grupo realizó durante seis meses ejercicio de resistencia (carrera de resistencia), otro entrenamiento interválico de alta intensidad (calentamiento seguido de cuatro series de carrera de alta intensidad alternada con trote y para finalizar vuelta a la calma con carrera lenta), entrenamiento de fuerza -con un circuito compuesto por ocho máquinas- y, en el último caso, los participantes continuaron con su estilo de vida inactivo.

Los individuos en los grupos de intervención con ejercicio realizaron tres sesiones semanales de 45 minutos cada una y solo 124 completaron el estudio. Los investigadores analizaron en muestras sanguíneas de los participantes -recogidas al comienzo del estudio y siete días antes de finalizar el trabajo- la longitud de los telómeros y la actividad de la telomerasa en los linfocitos.

“Nuestro principal hallazgo es que, al comparar los resultados con las muestras recogidas al comienzo del estudio y en el grupo control, se observó un aumento en la actividad de la telomerasa y en la longitud de los telómeros en los participantes que realizaron ejercicio de resistencia y ejercicio interválico de alta intensidad; un resultado que no se observó en el grupo que realizó ejercicio de musculación”, ha explicado Laufs.

De hecho, la actividad de la telomerasa aumentó de dos a tres veces y la longitud de los telomeros lo hizo de forma significativa en los grupos de resistencia y de alta intensidad en comparación con el resto de la muestra. “El estudio identifica un mecanismo por el cual el entrenamiento de resistencia mejora el envejecimiento saludable. Los resultados podrían ayudar a tener en cuenta la longitud de los telómeros como un indicador de la edad biológica en estudios de intervención futuros”.

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Tomado de Noticias Al Día. Diciembre 5 de 2018.