Una reacción alérgica después de una inmunización debe investigarse en lugar de evitar futuras inmunizaciones que podrían dejar a los pacientes en un riesgo mayor de enfermedad según las nuevas guías médicas, publicadas en Anales de Alergia, Asma e Inmunolgía, del Colegio americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI).
Hay aproximadamente 235 millones de dosis de vacunas administradas en los Estados Unidos cada año, y sólo 1 dosis por millón causa anafilaxia, una reacción médica seria. Las fatalidades de la anafilaxia inducida por vacunas son sumamente raras.
«Las reacciones locales en el sitio de inyección, los síntomas constitucionales, sobre todo fiebre, son comunes después de las vacunaciones y no contraindican las dosis futuras,» dijo John M. Kelso, M.D., División de Alergia, Asma e Inmunología en San Diego, California, y jefe de redacción de parámetros prácticos.
Dr. Kelso y colegas recomiendan que eventos serios que ocurran después de la administración de la vacuna deben informarse para que puedan evaluarse las posibles asociaciones de las reacciones vacunales.
Todas las reacciones anafilácticas sospechosas a las vacunas deben ser evaluadas por un alergista para determinar el alérgeno responsable y determinar el tratamiento más apropiado y eficaz. Las reacciones a las vacunas son causadas con mayor frecuencia por los componentes de la vacuna en lugar del propio agente inmunizante. Los Componentes de la vacuna que pueden causar las reacciones alérgicas incluyen gelatina, proteína del huevo, y raramente, levadura, látex (contenido en los tapones y jeringuillas) neomicina y timerosal.
«La Gelatina que se agrega a muchas vacunas como estabilizador, sea bovina o porcina , es muy reactiva. Nosotros recomendamos que una historia de alergia a la ingestión de gelatina deba buscarse antes de administrar una vacuna que contenga gelatina,» afirmó el Dr. Kelso. «Las vacunas del sarampión y paperas y un tipo de vacuna para la rabia contienen proteína del huevo, y pueden administrarse a los niños alérgicos sin prueba cutánea anterior. La proteína del huevo está presente en cantidades más altas en las vacunas para fiebre amarilla e influenza y puede causar reacciones en pacientes alérgicos al huevo, que deben ser evaluados por un alergista antes de recibirlas.
«Sin embargo, si un paciente tiene una historia de una reacción de tipo inmediato a la levadura, látex, neomicina o timerosal, nosotros recomendamos que se investigue antes de la inmunización con una vacuna que contenga estos elementos,» dijo.
Fuente: Medical News Today
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