Diferencias mínimas entre los biofármacos aprobados para el asma grave

Las diferencias de efectos secundarios y eficacia entre los fármacos biológicos aprobados para el tratamiento del asma eosinofílica grave son tan mínimas que no alcanzan los umbrales de importancia clínica, según muestra un metanálisis en red.

«Sabemos relativamente poco sobre la eficacia comparativa o la tolerabilidad de los fármacos biológicos aprobados para el tratamiento del asma, pero dado que el número de estos biofármacos sigue aumentando ―y sus indicaciones son cada vez mayores―, las oportunidades de utilizar estos fármacos biológicos no harán sino aumentar y necesitamos saber más sobre su eficacia comparativa para optimizar su uso», comentó a Medscape Noticias Médicas la Dra. Ayobami Akenroye, maestra en salud pública del Brigham and Women’s Hospital y la Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos.

«Pero la decisión de utilizar o no utilizar un biofármaco es compleja y va más allá de la eficacia comparativa y factores como cobertura del seguro, conveniencia de la autoadministración y comorbilidades desempeñan un papel en la elección de los productos biológicos y todos los resultados evaluados en el estudio contribuyen o reflejan el control del asma subyacente del paciente», señaló.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 27 de junio en Journal of Allergy and Clinical Immunology.

Entre los fármacos dirigidos a diversas vías de señalización de las interleucinas implicadas en la patogenia del asma se encuentran mepolizumab, benralizumab y dupilumab, los cuales han demostrado disminuir las tasas de exacerbación, mejorar la función pulmonar y la calidad de vida de los pacientes con asma eosinofílica grave.

En un metanálisis de red bayesiano que permite comparar simultáneamente estos tres tratamientos, los investigadores analizaron ocho ensayos aleatorizados controlados con placebo en los que se comparaba cada uno de los fármacos con el placebo. En total, en los ensayos participaron 6.461 pacientes; la duración del seguimiento fue de 24 a 56 semanas.

«En el subgrupo de pacientes con recuentos de eosinófilos ≥ 300 células/μl, los tres productos biológicos fueron significativamente mejores que el placebo para reducir las exacerbaciones», informaron la Dra. Akenroye y sus colaboradores. Por ejemplo, dupilumab redujo 68% el riesgo de exacerbación, con un relative risk (RR) de 0,32 (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,23 a 0,45), mientras que mepolizumab lo redujo casi en la misma proporción: 63% (RR: 0,37; IC 95%: 0,30 a 0,45).

Benralizumab fue ligeramente menos eficaz que los otros dos biofármacos, reduciendo 51% el riesgo de exacerbación (RR: 0,49; IC 95%: 0,43 a 0,55). «En los pacientes con recuentos de eosinófilos ≥ 300 células/μl, los tres biofármacos tuvieron una probabilidad de uno para mejorar la tasa de exacerbación 20% o más, en comparación con el placebo», subrayaron los autores.

En cuanto al efecto de cada fármaco en la mejora del volumen espiratorio forzado en el primer segundo , la diferencia media (DM) en mililitros con dupilumab antes y después del tratamiento fue de 230 (IC 95%: 160 a 300), mientras que para benralizumab la diferencia media fue de 150 (IC 95%: 100 a 220) antes y después del tratamiento. En el caso de mepolizumab la diferencia media en el volumen espiratorio forzado en el primer segundo antes y después del tratamiento fue también de 150 (IC 95%: 66 a 22).

En el mismo subgrupo de pacientes con recuentos de eosinófilos ≥ 300 células/μl, los tres biológicos volvieron a tener una probabilidad de uno en la mejora del volumen espiratorio forzado en el primer segundo en 50 ml o más por encima del efecto del placebo. Un tercer criterio de valoración que se analizó fue la reducción potencial de las puntuaciones del cuestionario de control del asma (ACQ). Con mepolizumab la diferencia media antes y después del tratamiento fue de -0,65 (IC 95%: -0,81 a -0,45), con dupilumab fue de -0,48 (IC 95%: -0,83 a -0,14) y con dupilumab fue de -0,32 (IC 95%: -0,43 a -0,21).

«Dupilumab fue significativamente mejor que benralizumab para mejorar las exacerbaciones», señalan los autores (RR: 0,66; IC 95%: 0,47 a 0,94), mientras que mepolizumab también fue mejor que benralizumab (RR: 0,75; IC 95%: 0,60 a 0,95), añadieron.

Por otra parte, tanto dupilumab como benralizumab produjeron mayores mejoras en el volumen espiratorio forzado en el primer segundo que mepolizumab, aunque los efectos de dupilumab y benralizumab en las puntuaciones del cuestionario de control del asma no fueron significativamente diferentes para los pacientes cuyos recuentos de eosinófilos inferiores estaban entre 150 y 299 células/μl.

En lo que respecta a los resultados en tolerabilidad, tanto mepolizumab como benralizumab se asociaron a un menor riesgo de efectos adversos graves, pero dupilumab no se diferenció del placebo en cuanto a la tolerabilidad en general, según los autores. «La elección final del biofármaco para cada paciente dependerá de múltiples factores, como el costo y el momento de la administración», señalaron los autores.

«Sin embargo, estos resultados pueden ser útiles para que los médicos optimicen la atención a los pacientes», concluyeron. Las limitaciones del análisis incluyen el hecho de que las comparaciones indirectas no pueden sustituir a los ensayos aleatorizados en los que se comparan directamente los tres fármacos.

Tomado de: Diferencias mínimas entre los biofármacos aprobados para el asma grave – Medscape – 21 de jul de 2022.

Comparta su opinión

Los campos marcados con un asterisco (*) son obligatorios.

*

code