El abuso en el consumo y el autoconsumo de medicamentos favorecen el desarrollo de las alergias por medicamentos

La mayor parte de las alergias a medicamentos se producen por la automedicación y el abuso.

Un 15% de la población española puede sufrir efectos adversos por la toma de fármacos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es una alergia. Para concluir que esas reacciones son alérgicas es necesario contar con una historia clínica completa del paciente e información sobre el medicamento sospechoso y de todos los detalles sobre dosificación y síntomas.

La mayor parte de las reacciones adversas que producen las vacunas infantiles no son alérgicas.

Logroño, 22 de octubre de 2009.- La mayor parte de las alergias a medicamentos se producen por el uso no necesario de fármacos o por el abuso en su ingesta, hecho que se da con mucha frecuencia, sobre todo en el tratamiento de enfermedades respiratorias. Así se ha puesto de manifiesto en el Symposium Internacional de Alergia a Medicamentos que se está celebrando en Logroño, en el que participan más de 800 especialistas en alergología nacionales e internacionales.

Cuando se trata de un cuadro viral (85% de los casos) resulta infructuosa la aplicación de antibióticos, ya que no tendrán efecto sobre el agente que provoca la enfermedad. Por el contrario, su uso prolongado y recurrente puede ocasionar una reacción alérgica al medicamento. «El método para evitar una alergia o una reacción adversa con medicamentos consiste en tomar sólo los estrictamente necesarios, según las indicaciones del médico en cuanto a vía de administración, dosis, intervalo y duración del tratamiento», tal como explica doctor Joaquín Martín Lázaro, Médico Especialista en Alergología del Hospital Arquitecto Marcide en Ferrol (La Coruña). «En caso de presentar alguna reacción adversa o síntoma extraño -añade- es conveniente aclarar las dudas con el médico o con el farmacéutico, para no generar incertidumbre en futuros tratamientos o evitar nuevas reacciones». 

Un 15% de la población española puede sufrir alguna reacción adversa a fármacos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es realmente una alergia. En general, las reacciones adversas a los medicamentos son comunes y casi cualquier medicamento puede causarlas, desde una irritación o efectos secundarios leves, tales como náuseas y vómitos, hasta una anafilaxia potencialmente mortal. La mayoría de las veces se producen erupciones cutáneas y urticarias menores; sin embargo, hay ocasiones en que se pueden desarrollar otros síntomas y se producen reacciones alérgicas agudas potencialmente mortales que comprometen todo el organismo. «Todo el mundo debe saber que cualquier medicamento es capaz de provocar una reacción en el organismo, sea alérgica o no, y es una razón más para no automedicarse y para acudir al médico ante cualquier duda de salud para que él nos aconseje de la mejor manera»- señala el doctor Martín Lázaro. Tal es el caso del consumo de analgésicos, con o sin receta, cuyo significativo aumento está  provocando cada vez más casos de reacciones alérgicas.

Retos para el alergólogo

«Si se piensa en la cantidad de medicamentos que se consumen diariamente en el mundo, la incidencia de reacciones adversas es pequeña y, de ésas, sólo una pequeña parte son verdaderamente alérgicas, por lo que el papel del alergólogo consiste en intentar descubrir cuáles son verdaderamente alérgicas y cuáles no, aconsejando al paciente la forma de evitar nuevas reacciones en el futuro», señala este especialista.

Para realizar un correcto diagnóstico de esta patología es fundamental contar con una historia clínica completa e información detallada del fármaco o fármacos sospechosos, así como de la enfermedad por la cual se indicó el tratamiento, del espacio de tiempo entre la toma del medicamento y la aparición de los síntomas presentados, de la duración de los mismos y de la necesidad de tratamiento para controlarlos (antihistamínicos, corticoides…) «Otra de las peculiaridades de la alergia a medicamentos es que muchas veces es una auténtica labor de investigación averiguar el fármaco causante. Por eso es muy importante, en caso de presentar una reacción adversa con un medicamento, tener en cuenta datos importantes como las enfermedades que padece el paciente y el tratamiento habitual (nombre comercial y principio activo) del medicamento/os implicados en la supuesta reacción; debe saberse asimismo el número de dosis recibidas antes de aparecer la reacción, el tiempo transcurrido entre la última dosis y la aparición de la reacción, los síntomas y/o tipo de lesiones que aparecieron, la duración de la reacción  (horas, días, semanas); si descamó la piel o quedaron lesiones residuales (pigmentación…), etc. y si necesitó o no atención en urgencias y tratamiento que recibió»-detalla el alergólogo.

El estudio de la alergia a medicamentos representa un reto importante para el alergólogo por los continuos cambios que se producen en este campo: aparecen nuevos medicamentos que potencialmente pueden producir reacciones alérgicas, pero también nuevas enfermedades que precisan a su vez terapias con nuevos fármacos. Por ello es necesaria una investigación permanente, tanto clínica como experimental, para comprender los mecanismos responsables de los efectos indeseables (de naturaleza alérgica o no) que puede producir un medicamento.

Algunos mitos en la alergia a medicamentos: vacunas infantiles

«La alergia a medicamentos está expuesta a distintas interpretaciones y rumores que se extienden más rápido que las evidencias con fundamento científico»- afirma el doctor Martín Lázaro.  En el caso concreto de las vacunas infantiles, por lo general, son bien toleradas y no presentan efectos adversos más allá de lo que es el dolor del propio procedimiento o reacciones locales leves como hinchazón, enrojecimiento y fiebre. Otros efectos secundarios suelen ser moderados y no dejan secuelas permanentes. Como con cualquier otro medicamento, existe la posibilidad de reacción grave (anafiláctica) a la propia vacuna o a alguno de sus componentes.

En este sentido, la vacuna triple vírica en niños alérgicos al huevo era una de las grandes temidas. «La vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) se cultiva con fibroblastos (un tipo de células) de embrión de pollo. De ahí surgió la posibilidad de que en alérgicos a huevo pudiera haber algún problema. Esto se vio reforzado por la existencia de reacciones graves en algunos pacientes- detalla el experto. Después de revisar los casos referidos de reacciones adversas, se observó que en la mayoría de los casos las reacciones adversas con las vacunas se dieron en niños no alérgicos a huevo y, en un gran porcentaje de ellos, se encontró alergia a la gelatina. Algún otro caso se atribuía al antibiótico neomicina o a otros componentes de la vacuna. El contenido de huevo en la vacuna es entre nulo y una millonésima parte de miligramo de pollo». Se ha estudiado la tolerancia de la vacuna triple vírica en niños alérgicos a huevo y se ha visto que es tan buena como en los no alérgicos a huevo. El comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda vacunar a todos los niños de forma habitual y remitir al hospital a vacunar a los niños con alergia a huevo demostrada y grave.

 
Enviado a Red alergia por José M. Negro Alvarez

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