Las pandemias son una amenaza permanente. Reconocer que la salud humana está vinculada a la salud animal y al medio ambiente forma parte del concepto «Una sola salud». Adoptar medidas para mejorar la salud animal tendrá efectos dominó positivos para la salud de la población y la del medio ambiente, realizando así una contribución significativa para reducir la amenaza de sufrir otra pandemia devastadora como la que hemos vivido durante más de un año.
La versión del año 2021 del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las enfermedades transmisibles de los animales trata sobre las enfermedades de los animales que son transmisibles a los otros animales o a las personas. Forja los principios y las normas que previenen y controlan las enfermedades transmisibles en los animales criados por los seres humanos, como las mascotas y el ganado, así como en los animales silvestres y en los productos animales.
En particular, estas normas establecen los requisitos para una serie de ámbitos como, por ejemplo, la prevención de las enfermedades y la sensibilización al respecto, la trazabilidad de los animales y los productos, los desplazamientos dentro de la Unión Europea (UE), la entrada a la Unión y las exportaciones de los animales y los productos animales, así como las medidas de emergencia.
Este nuevo Reglamento ayudará a luchar contra los brotes de las enfermedades, tales como la peste porcina africana (que condujo al sacrificio de 700 000 cerdos en la UE en el año 2014) y la gripe aviar, que han tenido impactos económicos negativos en los últimos años. Asimismo, contribuirá a la erradicación de las zoonosis que pueden afectar gravemente a los seres humanos, como la rabia.
El Reglamento también contribuirá a reducir el uso de los antibióticos, al introducir las medidas para la prevención de las enfermedades transmisibles de los animales, junto con las claras responsabilidades de los operadores y de los dueños con respecto a la salud de sus animales y el uso responsable de los medicamentos veterinarios, que debe conducir a la reducción del uso de dichos medicamentos, incluidos los agentes antimicrobianos, y posiblemente contribuir al objetivo último de reducir la resistencia a los antimicrobianos en la Unión.
Fuente: Comisión Europea (CE)
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