En la sección Correspondencia de la revista The new england journal o f medicine, especialistas del Departamento de Cirugía del Columbia University Irving Medical Center, de Nueva York, exponen sus experienicas en la reorganización de su servicio a raíz encontrarse en el epicentro de la pandemia de COVID-19 y ante la posibilidad de agotar la disponibilidad de equipos de protección personal (EPP), ventiladores, y camas de la unidad de cuidados intensivos (UCI).
Ante esta situación, explican, el hospital suspendió indefinidamente toda cirugía electiva. Luego, durante el aumento de la demana de cuidados críticos, fue necesario más convertir 23 salones operativos (OR) en UCI.
Esta situación los dejó con solo tres OR en funcionamiento, que, junto con la redistribución de cirujanos, anestesiólogos, y enfermeras, impusieron una severa limitación a nuestra capacidad para realizar cirugía. Así se mantuvieron realizando procedimientos que de emergencias (como traumas penetrantes) o urgentes (como aneurismas en expansión).
Sin embargo, con el tiempo operatorio hospitalario reducido en un 90%, los procedimientos semiurgente tendrían que ser evaluados y con este objetivo desarrollaron un sistema de clasificación que tuvo en cuenta, no solo la urgencia clínica, sino también el estimado de los recursos a utilizar. El grado de urgencia se definió en función de cuánto tiempo la cirugía podría retrasarse sin causar daño al paciente.
Vea más información en el texto completo.
Argenziano, Michael; Fischkoff, Katherine; Smith, Craig R. Surgery Scheduling in a Crisis. N Engl J Med. 2020. Doi: 10.1056/NEJMc2017424
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