“He cuban doctor”: Esta es la frase, acompañada de una sonrisa, que alumbra el día del nefrólogo Heriberto Rodas Acosta, mientras camina por el condado Voi, de la provincia costera Taita Tabeta, en Kenya. Heriberto, hombre sencillo, no teme esconder sus lágrimas cuando habla de sus tres retoños, de 15, 19 y 25 años de edad; de ámbito familiar, así se define este médico cubano que cumple su primera misión internacionalista en África. Al preguntarle qué pensó cuando le comunicaron el destino alega que conocer la cultura del continente africano era una aventura. “Para un médico es muy enriquecedor conocer a las personas, sus situaciones de vida, los problemas de salud”.
“Allá en Kenya los pacientes que necesitan hemodiálisis lo tienen que pagar todo: un catéter 150 dólares, si es permanente, y 100 si es transitorio. Ellos se tienen que pagar su transporte, se dan solo 2 sesiones de diálisis semanalmente, que es lo mínimo aceptable que le facilita el seguro, mientras que ustedes, en Cuba se realizan 3, el trasplante es gratuito y ellos tiene que pagarlo y es bien caro, de hecho, la mayoría no puede hacerlo”.
Hoy en Kenya, comenta Heriberto, laboran muy pocos nefrólogos para una población de más de 49 millones de habitantes, a este dato se une la sapiencia, la modestia, la sensibilidad para comprender por qué Heriberto es casi un dios en Taita Tabeta.
¿Por qué el cubano es un médico diferente? Parecería una frase gastada, manida, reiterada, pero cuando se escucha el testimonio del nefrólogo se comprende la gran certeza que encierra.
Fuentes: Radio Rebelde. Ciencia y Salud. 2019-10-07
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