En la noche de ayer, 5 de noviembre dejó de existir el Dr. Hilario Gómez Barry, maestro de muchas generaciones de patólogos cubanos y figura ilustre de la medicina cubana.
Nació el 3 de agosto de 1923. Hombre de extraordinaria capacidad intelectual, de profundos y vastos conocimientos en el terreno de la anatomía patológica y de cualidades docentes que lo distinguían de manera muy especial como profesor en las aulas universitarias, nos deja un vacío sumamente difícil de llenar.
El profesor Gómez Barry ostentaba desde el año 1960 la categoría de Profesor Titular y de Consultante en 1997. En el año 1981 alcanzó la condición de Investigador Titular mientras en el 2005 ostentaba las de Investigador y Profesor de Mérito de la Universidad de la Habana.
De igual forma se desempeñaba como Dr. en Ciencias.
Integró varias sociedades científicas nacionales e internacionales ostentando además cerca de 20 distinciones como reconocimiento a su vida dedicada por entero a las ciencias y a la docencia médica.
El Dr. Gómez Barry fue fundador del Instituto de Nefrología en 1968 siendo además pionero en la introducción de las técnicas de microscopia electrónica especialmente aplicadas a la nefropatologia .
Hombre de notable capacidad creativa fue el autor de más de 120 publicaciones nacionales e internacionales así como de varios libros que aun conservan vigencia.
Tres de los libros confeccionados por el Dr. Gómez Barry constituyeron los textos oficiales de la asignatura de anatomía patológica de la Universidad de la Habana durante el periodo 1964-1969.
En su larga vida profesional, el Dr. Goméz Barry tuvo una amplia participación como tutor de trabajos científicos y como integrante de los tribunales estatales y de grados científicos.
La historia de nuestra medicina deberá hacer constar el aporte del profesor en los avances diagnósticos de las enfermedades renales en general y de las patologías glomerulares en particular.
El Dr. Gómez Barry fue uno de los 14 primeros profesores de medicina designados por el Gobierno Revolucionario, integrando además el grupo de profesionales que en el año 1959 permaneció al servicio de su pueblo.
Hombres como el Dr. Hilario Gómez Barry, vivirán por siempre en la memoria de su pueblo agradecido, de sus alumnos y compañeros que reconocen en su persona al científico que en momentos muy difíciles permaneció inamovible junto a ellos sin importar el viento en contra.