Antecedentes nefrológicos en Cuba antes de 1959
La Nefrología como especialidad médica, nació y se desarrolló en Cuba paralelamente y casi sincrónico con el resto de los países latinoamericanos. Antes de la década del 40 no existía en Cuba la especialidad y ni siquiera se conocía la palabra «nefrología». El estudio y tratamiento de las enfermedades del riñón eran abordados por diferentes especialidades médicas, en especial pediatría, urología y la medicina interna.
En nuestro país, paralelamente al desarrollo de las bases que dieron nacimiento a la especialidad, se pueden identificar tres elementos de desarrollo del conocimiento de las funciones y tratamiento de las enfermedades renales en el período de 1947 a 1958, todos concentrados en la capital del país.
El primero y más relevante fue la realización de las primeras biopsias renales por punción percutánea (BRP) en riñones de tamaño normal en el mundo, por el patólogo y cancerólogo cubano doctor Antonino Pérez Ara, patólogo del Hospital Militar «Dr. Carlos J. Finlay» y patólogo y cancerólogo de la Casa de Salud «Covadonga», hoy Hospital «Salvador Allende», en los pabellones «Juan Bances Conde» actual «Manuel Fajardo» y «José García» hoy «Juan M. Márquez», en el período comprendido entre los últimos meses de 1948 y 1950. El reporte preliminar fue presentado en el Congreso de Patología en la Plata, Argentina de 1950 y publicado ese año en una revista cubana de pobre difusión internacional y en idioma Español (Boletín Liga contra el cáncer 1950; 25: 121-147) y con posteridad en La Habana (1952).
El otro hecho relacionado con la biopsia renal en el periodo, fue el primer trabajo publicado en Europa, en idioma Español, por un grupo cubano formado por los Doctores Victoriano Pardo, C. F. Cárdenas y Calixto Masó, del departamento de Anatomía Patológica del Hospital Universitario «Calixto García», aparecido en fecha tan temprana como el 30 de junio de 1953 en la Revista Clínica Española (Pardo V., Cárdenas C.F., Masó C. Biopsia renal por punción. Comunicación de 55 casos. Revista Clínica Española 1953; XLIX (6): 378-382).
El segundo elemento en la década del 40, estuvo representada por los doctores Enrique Galán Conesa, Calixto Masó y Manuel Pérez Estable, en los hospitales pediátricos «Arturo Aballí» y el Infantil de la Habana «Pedro Borrás», orientados hacia la nefrología pediátrica, realizando importantes investigaciones, con reconocimientos internacionales, en estudios funcionales renales de niños normales y nefróticos y en las glomerulopatias, en niños y adultos.
El tercer hecho fue la instalación en la Habana de los primeros cuatro riñones artificial de tipo Kolff de Travenol en 1957; Hospital Municipal Clínico Quirúrgico «Mercedes del Puerto» (actualmente Hospital Clínico Quirúrgico Docente «Joaquín Albarrán») Hospital Militar de la Habana ( en la actualidad Hospital Militar «Carlos J. Finlay») y otro en dos clínicas privadas de la Habana, «Centro Médico Quirúrgico» (actual Instituto de Neurología y Neurocirugía) y en la Clínica de Miramar (hoy Hospital «Cira García»). De ellos solo dos se utilizaban muy esporádicamente, por el Dr. Guido Álvarez, médico cirujano (cirugía ginecológica), sin formación nefrológica y con poca base clínica, con un corto entrenamiento en el manejo del riñón artificial en el servicio de Kolf en los EE.UU., en casos de insuficiencia renal aguda, principalmente por aborto complicado y transfusión de sangre incompatible, y coma tóxico, sin cobertura especializada nefrológica, urológica o clínica.
Etapa de 1959 al 1965. Nacimiento de la especialidad en Cuba. Primera parte
Los primeros pasos. Creación de la primera Unidad Dialítica
Con el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 se eliminó por el Gobierno Revolucionario todo lucro relacionado con la salud, como un derecho de todo cubano. Hasta ese momento la diálisis solo se había empleado en reducido número de pacientes con insuficiencia renal aguda en la capital por el Dr. Guido Álvarez, único médico entrenado para su realización, que abandonó clandestinamente el país en 1961, quedando paralizado este servicio hasta mediados de 1962.
Al quedar paralizado el tratamiento de la insuficiencia renal aguda y el coma tóxico, el profesor de Medicina Interna del hospital Joaquín Albarán, profesor Abelardo Buch López (1912-1996), gestionó con el entonces ministro de Salud Pública, Dr. José Ramón Machado Ventura, la posibilidad de reiniciar el tratamiento de estos enfermos. Por ese entonces había un asesor checo en el Ministerio de Salud Pública que sugirió traer a un nefrólogo de esa nacionalidad (en esos años nacía la especialidad de nefrología en el mundo, uno de cuyos polos de desarrollo estaba situado en Praga en el servicio del profesor Jan Brod), para entrenar a un grupo de médicos cubanos en el empleo del riñón artificial.
En el segundo semestre de 1962, tres miembros de Medicina Interna del Hospital Universitario Clínico Quirúrgico «Joaquín Albarrán» de la Habana (Dres. Abelardo Buch López Charles Magrans Buch, Reynaldo Mañalich Comas) fueron seleccionados para trabajar con la asesoría del Dr. Jiri Jirka, médico checoeslovaco con 11 años de experiencia en la atención al enfermo renal, del Instituto de Cardiología, Sección de Nefrología de Praga, Checoslovaquia, por orientación del entonces Ministro de Salud Pública, se crea la primera Unidad Dialítica del país (embrión de la Nefrología cubana) en dicho hospital, para el tratamiento con hemodiálisis y diálisis peritoneal a pacientes con insuficiencia renal aguda, fundamentalmente debida a aborto séptico (actualmente aborto complicado), la transfusión de sangre incompatible y el shock.
Como hecho curioso es de destacar que a pesar de la formación nefrológica del Dr. Jiri Jirka, no tenía entrenamiento en la realización de la hemodiálisis con el tipo de riñón que poseía el hospital Albarrán, ni en diálisis peritoneal. Ambos procedimientos fueron aprendidos e introducidos en el país por auto preparación del grupo de iniciadores.
En esos pocos meses y con el trabajo mancomunado de ese el grupo reunido en la «Unidad Dialítica», se perfeccionaron los procedimientos dialíticos, en especial la hemodiálisis con acceso vascular por punción venosa, y la diálisis peritoneal con catéteres adaptados, lo que permitió mejorar los resultados del tratamiento de la insuficiencia renal aguda, pero a pesar de ello la mortalidad por insuficiencia renal aguda era alta, de varias etiología, predominando las relacionadas con el «aborto séptico» y transfusión de sangre incompatible.
Al mismo tiempo, se organizaron cursos de actualización sobre la estructura y fisiopatología del riñón e igualmente y se familiarizó al grupo con el conocimiento de los principales síndromes de las afecciones renales. En esa época se realizaban biopsias renales por la técnica de Pérez Ara por el Dr. Mañalich y el Dr. Israel Borrajero como patólogo.
Fuente: Alfonzo Guerra Jorge P. Historia de La Nefrología en Cuba. Editorial Ciencias Médicas. La Habana 2013. Capítulos 2 y 3, pág 18-27.