El manejo de la presión arterial (PA) elevada en el ambiente hospitalario es un desafío común. Se estima que entre el 50% y el 70% de los adultos experimentan elevaciones de la PA (≥140/90 mm Hg) durante la hospitalización, lo que puede deberse a hipertensión esencial subyacente, medición inexacta, causas iatrogénicas o factores estresantes fisiológicos de la hospitalización y enfermedad aguda. Proponemos la lectura de este artículo sobre los criterios para decidir el tratamiento de la PA asintomática en pacientes hospitalizados.
El tratamiento de la hipertensión en estos pacientes hospitalizados es heterogéneo. En no pocos casos se asumen conductas agresivas frente a la elevación asintomatica de la PA durante la hospitalización y el alta, incluso entre pacientes con una esperanza de vida limitada y PA ambulatorias previamente controladas. Sin embargo, una creciente evidencia sugiere que o anterior no modifica el riesgo de que se desencadene una emergencias hipertensivas mientras que si pude asociarse con daños, incluida la lesión renal aguda, lesiones miocárdicas y accidentes cerebrovasculares. Estos hallazgos fueron consistentes en todos los grados de elevación de la PA, y el riesgo de daño fue mayor entre los pacientes tratados con antihipertensivos intravenosos.
Si bien estos estudios observacionales corren el riesgo de sufrir un sesgo de selección y confusión no medida, sus hallazgos sugieren la necesidad de tomar precaución en el tratamiento de PA elevadas asintomáticas en pacientes hospitalizados. Deben ser consideradas en aquellos casos con elevaciones persistentes de la PA, comorbilidades subyacentes, control inicial deficiente y disposición para implementar cambios en la medicación. Los cambios se deben introducir de forma cuidadosa y gradual.
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