Martes, 30 de noviembre de 2017 (HealthDay News) — La epidemia de abuso de opiáceos en Estados Unidos ha puesto a las salas de emergencias de los hospitales en primera línea, y el personal cada vez ha de batallar más con infecciones relacionadas con el problema. Las salas de emergencias están observando una cantidad cada vez mayor de pacientes que buscan atención médica para infecciones graves que resultan del uso inyectado de heroína, fentanilo, oxicodona y sustancias de este tipo, muestra una nueva investigación.
Los radiólogos de emergencias con frecuencia son los primeros en diagnosticar dichas complicaciones, mediante el uso de radiografías, resonancias magnéticas, TC y ultrasonidos para detectar infecciones que normalmente resultan del uso de agujas no esterilizadas, afirmaron los investigadores.
La nueva información sobre el modo en que la epidemia de opiáceos se está desarrollando en las salas de emergencias proviene de un análisis de 12 años centrado en más de 1,000 pacientes con un abuso de sustancias que buscaron atención médica por complicaciones relacionados con dicho abuso entre 2005 y 2016.
Los hallazgos reflejan el hecho de que «la epidemia de opiáceos es una emergencia nacional», dijo el autor del estudio, el Dr. Efrén Flores, radiólogo de emergencias en el Hospital General de Massachusetts, en Boston.
«Los resultados de este estudio», dijo, «son consistentes con nuestra práctica diaria, en la que continuamos observando un aumento de la cantidad de pacientes con trastornos por consumo de sustancias que se presentan en el departamento de emergencias para una evaluación de las complicaciones relacionadas con su enfermedad».
Además, dijo Flores, muchos de estos pacientes (con un promedio de edad de 36 años) «son adultos jóvenes que están al principio de sus vidas productivas».
Aunque no es un miembro del equipo del estudio, el Dr. Paul Petersen indicó que «este aumento de las infecciones relacionadas con el abuso de drogas por vía intravenosa se anticipaba y no es sorprendente para la comunidad médica, a medida que la epidemia de opiáceos sigue aumentando en Estados Unidos».
Petersen es miembro docente del departamento de emergencias del Centro Médico Mount Sinai en Miami Beach, Florida.
«El abuso de drogas por vía intravenosa puede provocar infecciones locales en el lugar de la inyección, por una bacteria mezclada en el medicamento o por una aguja sucia o la piel sucia a través de la cual pasa la aguja», explicó. «Las bacterias también pueden crecer en el torrente sanguíneo y preferir acumularse y crecer en las válvulas cardiacas, provocando una enfermedad cardiaca valvular».
«Además, desde las válvulas, estas infecciones o agrupaciones vegetativas de bacterias en desarrollo se desplazan, normalmente a los pulmones, al cerebro y a la médula espinal, donde siguen creciendo y provocan enfermedades», advirtió Petersen.
Las complicaciones de estas infecciones son graves, dijo. «Con frecuencia son letales, y habitualmente provocan enfermedades crónicas debilitantes de la médula espinal, los pulmones, el corazón o el cerebro, lo que requiere de múltiples cirugías y/o de atención institucionalizada», añadió.
Dos terceras partes de los pacientes de este último análisis eran hombres y el 78 por ciento eran blancos.
Por Alan Mozes
Reportero de HealthDay
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